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La Divina Pastora y su histórico peregrinar

 

Luis Alberto Perozo Padua
Periodista


La devoción a la Divina Pastora en Barquisimeto es una herencia de la orden capuchina. Los misioneros trajeron de Sevilla, España esa advocación a comienzos del siglo XVIII, para evangelizar a los indígenas de las llanuras de Caracas y particularmente, a los indios gayones alzados en las sabanas y montañas de Barquisimeto, El Tocuyo, Quíbor y Carora.

 

Panorámi­ca del pueblo de San­ta Rosa del Cerrito

Esta ima­gen mar­i­ana fue deter­mi­nante para paci­fi­car­los y some­ter­los en un pueblo de mis­ión denom­i­na­do San­ta Rosa del Cer­ri­to. Cuen­tan las cróni­cas, que en el tem­p­lo de aquel pueblo, una ima­gen de María San­tísi­ma bajo la advo­cación de Div­ina Pas­to­ra, fue des­per­tan­do una devo­ción insospech­able, que cre­ció luego que el sac­er­dote Bernal efec­tu­ara solemne ben­di­ción, colocán­dola en el altar de una de las naves lat­erales de la igle­sia de San­ta Rosa.

 

“Des­de entonces se esforzó en incul­car la devo­ción a la Div­ina Pas­to­ra entre todos sus feli­gre­ses, en su may­oría indios”, afir­ma Sil­va Uzcátegui y agre­ga: “Des­de que cesó como por encan­to la epi­demia del cólera en Bar­quisime­to al lle­var en pro­ce­sión a la Div­ina Pas­to­ra de San­ta Rosa, se le pro­fe­sa allí una devo­ción tal, que es difí­cil expre­sar­la en una man­era exacta”.

 

A la cinco de la mañana

A par­tir de aquel 14 de enero de 1856, Eliceo Sotel­do añade: “A las cin­co de la mañana sale de Bar­quisime­to una pere­gri­nación, a pie, has­ta San­ta Rosa, para traer en la tarde a su queri­da ima­gen de la Div­ina Pas­to­ra”.

“Ese día la ciu­dad se engalana para recibir­la. En las calles por donde ha de pasar, se lev­an­tan arcos tri­un­fales con pal­mas, flo­res y cin­tas celestes. Muchas per­sonas colo­can can­diles y bris­eras con cebo en las ven­tanas de sus casas para alum­brar, así como platil­los en donde quema­ban incien­so al pasar la Vir­gen. Los frentes de las casas eran dec­o­ra­dos con ban­der­ines blan­cos y azules, y muchas pal­mas”, asien­ta en sus cróni­cas Soteldo.

 

La ima­gen era car­ga­da por 12 hom­bres con rodetes de tela en la cabeza

Coin­ci­den quienes han recogi­do las cróni­cas de la pro­ce­sión de la Div­ina Pas­to­ra, que des­de la víspera, se escuch­a­ban repiques de cam­panas en todos los tem­p­los para expre­sar la ale­gría de la población por tan digna visita. 

 

La trasladaban cubierta

Sil­va Uzcátegui reseña que durante las primeras pro­ce­siones, trasporta­ban la ima­gen en un pesa­do mesón, por lo que era nece­sario emplear 12 hom­bres, cada uno con tres rodetes de trapo sobre la cabeza para poder sopor­tar el peso.

 

Delante iban dos hom­bres más lev­an­tan­do el paño que cubría el mesón, a fin de que pudier­an ver el camino los car­gadores y les entrara aire fres­co. Siem­pre va un sac­er­dote a bus­car la ima­gen a San­ta Rosa, “y des­de que fue des­ig­na­do cura de Alt­a­gra­cia has­ta su muerte, lo hacía todos los años el pres­bítero Juan Fal­cón, quien reunía a la feli­gresía en la madru­ga­da de cada 14 de enero y ya a la cin­co se iban cam­i­nan­do has­ta San­ta Rosa. A mediodía salían de regre­so con la sagra­da ima­gen para estar a las cua­tro de la tarde en la entra­da de Bar­quisime­to, que entonces era una plazuela frente a la casa del señor Casimiro Casamay­or, muy devo­to de la Vir­gen”, el referi­do sitio es hoy la Plaza Macario Yépez.

 

Pro­ce­sión de la Pere­g­ri­na de los larens­es. 1950

Ano­ta el cro­nista, que has­ta ese sitio trían la ima­gen tapa­da con “un cubre pol­vo” para pro­te­gerla de la tier­ra del camino, y allí, en ese sitio, le colo­ca­ban al Niño
Jesús en los bra­zos. “Al des­cubrir­la, el sac­er­dote enton­a­ba una Salve que acom­paña­ban en coro un grupo de can­tantes ensaya­dos por él”, aco­ta. 

 

Luego con­tinu­a­ba la pro­ce­sión has­ta la Cat­e­dral (tem­p­lo de San Fran­cis­co) en donde recibían la ima­gen con inten­sos repiques de cam­panas y toda la solem­nidad y majes­tu­osi­dad que requiere un acto religioso.

 

Fuente: Eliseo Sotel­do. Cróni­cas de Bar­quisime­to 1801–1854. Edi­ciones de la Casa Lara de Cara­cas 1952
Rafael Domin­go Sil­va Uzcátegui. Bar­quisime­to, His­to­ria Pri­va­da. Cara­cas 1959
Dic­cionario de His­to­ria de Venezuela. Fun­dación Polar. Tomo A‑D  

 

Foto desta­ca­da: Pro­ce­sión de la Div­ina Pas­to­ra 1952. Foto: Fran­cis­co Villazán
 
GALERÍA DE LA PROCESIÓN
 
Pro­ce­sión de la Div­ina Pas­to­ra 1956

 

Visi­ta de la Div­ina Pas­to­ra al Cuar­tel Jac­in­to Lara

 

 

Pro­ce­sión de la Div­ina Pas­to­ra. déca­da de los 50

 

Alrede­dores de la igle­sia de san­ta Rosa, antes de la pro­ce­sión en 1950

 

Pro­ce­sión del 14 de enero de 1987. Cues­ta de San­ta Rosa

 

 

CorreodeLara

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