“El Mocho” Hernández causó el primer apagón en Barquisimeto
Viejos comentarios aseguran que fueron las huestes del general José Manuel “el mocho” Hernández, quienes provocaron en 1898 el primer apagón que se haya registro en Barquisimeto, tras quemar la planta eléctrica que tantas satisfacciones había brindado.
“El Mocho” andaba alzado por occidente del país en una nueva guerra civil luego que el general Ignacio Andrade, apoyado por el general Joaquín Crespo, le había ganado ‑en forma fraudulenta‑, las elecciones para la presidencia. Vainas de los caudillos del siglo XIX.
Dos años antes, en julio de 1896 en la ciudad se había iniciado –para alegría y regocijo de los barquisimetanos– el servicio de electricidad alumbrando las plazas Bolívar (hoy plaza Lara) y Miranda (hoy plaza Bolívar) los jueves y domingos de retreta y dos meses más tarde las calles del centro ¡con la primera planta hidroeléctrica del país!
En junio de 2015 se cumplió un siglo de la constitución de la primera empresa eléctrica de Barquisimeto que en octubre de 1915 alumbró varias calles de la ciudad, energía obtenida de la quema de leña y carbón.
En 1919 el servicio se amplió a particulares con energía producida a gas y luego a gasolina. En 1941 la Energía Eléctrica de Venezuela compró todas las acciones y en 1951 se convirtió en la empresa autónoma C.A. Energía Eléctrica de Barquisimeto, Enelbar, con la cual llegamos a apreciar la calidad de su servicio en manos privadas: “Aquí nunca se va la luz”, decían orgullosos los lugareños.
En 1965, la C.A. Planta Eléctrica de Carora, Capec, fundada el 20 de marzo de 1920 pasó a subsidiaria de Enelbar con la cual se fusionaría en 1981 cuando el Estado venezolano adquirió todas las acciones.
En 1997 Enelbar era la única operadora eléctrica en Lara y desde 2007 fue una de las filiales de la nueva Corporación Eléctrica Nacional, Corpoelec. Desde entonces, la socialista empresa eléctrica pasó a generar los apagones que queman sin discriminación, a oficialistas y opositores, sus electrodomésticos, en especial a la gente humilde de los barrios populares donde los malhechores se aprovechan de la oscuridad “inducida” para cometer sus fechorías.
El pasado 8 de agosto se cumplieron 55 años del inicio de la construcción del embalse de Guri, con la firma por el entonces presidente Rómulo Betancourt del contrato para comenzar esta gigantesca obra llamada a ser la gran empresa generadora de electricidad en Venezuela.
Cuando se habla de apagones, recuerdo a Betancourt anunciar en 1961 “listos los estudios para construir una de las obras de ingeniería de mayores dimensiones y alcance que se hayan erigido en todo el mundo”.
Con la siderúrgica de Matanzas pronosticó el desarrollo hidroeléctrico del Caroní, primer gran núcleo de la industria pesada de América Latina, a Matanzas como una de las más grandes siderúrgicas del mundo en su tipo y a Guayana emporio industrial de especiales proporciones.
En 2006, en vano intento de borrar la historia la mezquindad socialista le quitó el nombre de Raúl Leoni a la presa y la ha limitado a producir –raíz de los apagones de hoy– menos de la mitad de su máxima capacidad con la que fue concebida como obra sobresaliente de la producción hidroeléctrica.
Como los apagones están de moda, gracias a la destrucción del sistema eléctrico nacional por la ineficiencia revolucionaria, la ausencia de inversiones y la falta de mantenimiento, vale la pena recordar aquel primer apagón de Barquisimeto en 1898 y según la crónica oral, fueron las montoneras del “mocho” Hernández quienes lo provocaron al incendiar la planta eléctrica de la ciudad del Turbio, la cual había llenado de regocijo a los vecinos que se reunían en las plazas antes mencionadas durantes las noches de retretas.