Crónicas

La calle 23: alma de la original cuadrícula de Barquisimeto

 

Una vez más nos trasladamos a un lugar históri­co y no es más que la orig­i­nal cuadrícu­la de la ciu­dad crepuscolar.

Esta vez resalta­mos la hoy calle 23, arte­ria vial en donde se ini­ció la con­struc­ción de las líneas del tran­vías a cabal­li­tos, que fue pues­ta en fun­cionamien­to en el año de 1897 por ini­cia­ti­va del entonces pres­i­dente del esta­do Lara, el gen­er­al Aquili­no Juares en la que des­de mis­mo instante sur­có con rieles las difer­entes calles para cruzar aquel bucóli­co Barquisimeto. 

Des­de la calle 30 fun­ciona­ba la estación cen­tral en la ubi­cación actu­al de la mod­er­na cat­e­dral met­ro­pol­i­tana en la Aveni­da Venezuela, ini­cia­ba su recor­ri­do por la calle del Com­er­cio para hac­er una para­da exac­ta­mente donde vemos en la pre­sente com­para­ción gráfica.

Luego de atrav­es­ar un buen trayec­to con­cluía en la antigua Cat­e­dral, (tem­p­lo de San Fran­cis­co) y así devol­verse en esa mis­ma cuadra y seguir su paso has­ta el sec­tor de Alt­a­gra­cia muy cer­ca de allí, y luego regre­sar a su orig­i­nal pun­to de partida.

Calle 23 con car­rera 17 de Bar­quisime­to. Se apre­cia la casona históri­ca de Jose­fa Anto­nia Gil For­toul, hoy Archi­vo del Con­se­jo Leg­isla­ti­vo de Lara. Foto Car­los Guer­ra Brandt

Este corre­dor (calle 23) mues­tra la vía que por años se car­ac­ter­izó por ser muy tran­si­ta­da dan­do prác­ti­ca­mente la bien­veni­da al cas­co históri­co y así desplazarse de man­era direc­ta con el cruce de la car­rera 16 tal como se obser­va en la supe­ri­or ima­gen cuan­do en décadas pasadas las líneas de taxis hacían su sus rutas urbanas des­de el oeste y luego del este. 

Que­da noto­ri­a­mente claro que una de las prin­ci­pales y ya desa­pare­ci­das líneas de trans­porte públi­co, especí­fi­ca­mente Ruta 4, se desplaz­a­ba por la men­ciona­da calle con una para­da jus­to a la oril­la del viejo caserón que hoy ocu­pa el Archi­vo de la Leg­is­latu­ra region­al y antigua­mente res­i­den­cia de la famil­ia Gil For­toul, de gra­ta recordación.

Al fon­do, a la izquier­da de la fotografía que ilus­tra esta cróni­ca, tam­bién se deja ver una esquina muy conocía donde estu­vo insta­l­a­da la famosa bode­ga del señor Escolás­ti­co Ochoa a quien con este per­son­aje le comentare­mos con más detalles en otra ocasión para com­ple­tar más de sus muchas his­to­rias y anéc­do­tas dejadas en pleno corazón de Barquisimeto.

Carlos Guerra Brandt

CorreodeLara

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