Cabudare y la devoción a la Divina Pastora
Luis Alberto Perozo Padua
Periodista
De acuerdo al contenido de una fuente primaria o inédita, para diciembre de 1911, el sacerdote párroco de la iglesia San Juan Bautista, Jesús María Angulo, persona bondadosa, inteligente y organizada, promovió la creación de una interesante obra benéfica en el entonces Distrito Cabudare.
Los documentos fueron hallados en el Archivo Eclesiástico de Venezuela, en investigación del historiador Taylor Rodríguez García, cronista oficial de Palavecino. Adiciona el investigador, que la noble obra benéfica del sacerdote en cuestión, estaba destinada a otorgar determinados presentes a niños integrantes de hogares modestos de Cabudare.
En esta empresa la acompañó la abnegada educadora doña Mercedes Ponte de Meleán, esposa del célebre maestro Juan de Dios Meleán. La iniciativa también fue respaldada por don Vidal Hernández, quien a su vez había fundado la Sociedad de Hombres Católicos de la parroquia San Juan Bautista.
Árbol de Navidad
Según apuntes del historiador Rodríguez García, con el correr del tiempo, aquella obra filantrópica, recibió el nombre de Árbol de Navidad, a la cual se le sumaron otros preceptores palavecinenses. “Labor plausible que persistió por varios lustros en aquella sociedad rural, católica y sencilla”, apunta el cronista.
En carta remitida por el sacerdote Angulo al jefe civil del Distrito Cabudare, general Eloy Suárez, y al presidente del Cabildo, Ramón Hernández, les informa que en la semana siguiente visitará sus despachos para retirar la contribución económica destinada a la adquisición de algunos de los regalos a obsequiar a los niños.
Indica que el remanente será invertido en la compra de velas y papel para la elaboración de bambalinas que el suscrito y las autoridades distritales donarán a la parroquia religiosa de Santa Rosa, en días previos al 14 de enero, fecha sagrada para la feligresía larense.
La peste
Destaca Rodríguez García, que el párroco de Cabudare estaba al tanto de la realidad nacional al advertir en esta misma misiva, a la jerarquía civil local, estar alertas ya que a nivel de Caracas y lugares vecinos, se viene informando sobre la posibilidad que nuestro país, en cualquier momento sufra las consecuencias de varias epidemias: peste bubónica, fiebre amarilla y viruela, para lo cual es imperante tener organizados para cualquier emergencia los respectivos cordones sanitarios, instalados en áreas limítrofes con entidades vecinas.