Cardenales sueña con su quinto título y ganar la Serie del Caribe en su nido
Juan José Peralta
Periodista
Tras quedarse el pasado campeonato a la orilla del título en un sorprendente final ante los aguerridos Caribes de Anzoátegui, de nuevo Cardenales de Lara saltó al terreno de entrenamiento con ilusiones renovadas en un año muy especial porque el próximo mes de febrero la Capital Musical de Venezuela será la sede de la Serie del Caribe 2019 y sería por demás honroso ganar ambos títulos: campeones de la pelota nacional y ganadores del torneo caribeño, para goce de la afición de la divisa colorada que ya desempolvaron sus cachuchas, franelas y camisas y las lucen muy orondos por las calles de la ciudad. Bellas se ven las cardenaleras con sus atuendos.
El torneo caribeño que debía llevarse a cabo en esta sede en su edición 2018, fue postergada porque según dijo en su momento el presidente de la Confederación del Caribe, Juan Francisco Puello Herrera, no había “condiciones para montar el evento” debido a la crisis económica y social, lo que derivó en la apresurada mudanza a México.
“En Barquisimeto trataremos que el visitante sienta el gentilicio y la capacidad de atención y de anfitriones de los larenses. Queremos ser diferentes y que siempre recuerden esta Serie del Caribe donde se sintieron como en su casa”, aseguró Humberto Oropeza, presidente de los Cardenales y del Comité Organizador.
“Ya se aprobó el calendario y también los hoteles que albergarán a los equipos. Vamos a tratar y eso hay que hablarlo con el alcalde, esos siete u ocho días sean una fiesta para el pueblo. Por eso hablamos de tener dos bulevares, uno en el Paseo Iribarren y otro al frente del estadio, con comida, música y pantallas gigantes”.
El mánager José Moreno y el coach de banca Dennis Malavé estuvieron al frente del grupo desde el primer día de trabajo con la participación de los primeros 27 peloteros, entre lanzadores y jugadores de posición en el Estadio Daniel “Chino” Canónico de Barquisimeto, porque el estadio Antonio Herrera Gutiérrez está en refacción para el campeonato nacional que se jugará en honor a Domingo Carrasquel, quien llevó a los Cardenales a su primer título y también para el máximo torneo beisbolero caribeño a partir del 2 de febrero próximo.
Moreno no ocultó su satisfacción y alegría por tener de una vez a una buena cantidad de activos, algunos con nombre establecido en el circuito venezolano: “Muy contento con este primer día de entrenamiento, estar con Cardenales es un compromiso y más teniendo en cuenta como terminamos la temporada pasada, con mucho ánimo desde el inicio. Contar con Carlos Rivero y Jesús Montero desde el comienzo es muy bueno y positivo para nosotros”.
“Reportándome desde temprano. Tengo cuatro meses aquí en Barquisimeto, fui operado de los meniscos de la rodilla izquierda, en todo ese tiempo he estado trabajando físicamente y fortaleciendo mis piernas”, aseguró Rivero, parte esencial de la ofensiva cardenal.
El estadio Antonio Herrera Gutiérrez será sede de la serie caribeña con sus anuncios de novedades y desde su aprobación todos los sectores vinculados con el pasatiempo, públicos y privados, se pusieron a trabajar por ser la primera vez que la Nueva Segovia será anfitriona del torneo caribeño y aspiran que sea un verdadero encuentro deportivo y de cordialidad en tierras crepusculares y se muestre a visitantes y turistas las bellezas y valores de la Ciudad de los Crepúsculos y la simpatía de su gente.
Empresarios del equipo, jugadores, dirigentes y fanáticos aspiran y sueñan que además de montar la fiesta beisbolera del Caribe, la novena logre este año el tan ansiado quinto título que se les ha vuelto esquivo desde el torneo 2000–2001 cuando logró su cuarta copa.
Las últimas dos temporadas de la pelota venezolana, los pájaros rojos llegaron a la gran final del torneo, siendo derrotados en 2017 por las Águilas del Zulia y en 2018 por Caribes de Anzoátegui y la meta trazada este año, será llegar en su tercer intento consecutivo a la conquista del campeonato.
La ocasión es estupenda para volver a contar la historia de esta novena nacida en Carora en 1942, hace 75 años y veintitrés después que en 1919 –el próximo año se cumplirá un siglo de la llegada del béisbol a tierras torrenses– el doctor Ramón Pompilio Oropeza llevó guantes y pelotas y puso a jugar en las playas de don Juancho a Rojos y Azules, las dos primeras novenas caroreñas.
Así nació una afición que inspiró a dos entusiastas jugadores, Amábilis Mendoza y Medardo Oviedo a empollar a los Cardenales de Lara, para rendir tributo al ave local que puebla los campos vecinos a la capital del Morere, inspirados en los de San Luis en las Grandes Ligas.
El pez grande se come al chico. Agobiados por los costos Mendoza y Oviedo buscaron ayuda económica de Antonio Herrera Gutiérrez quien dos años más tarde se quedó con el equipo y las ganas de llevarlo al profesional algún día. Y así fue: Cardenales debutó en 1962 en la Liga Occidental que junto a la Central eran las dos ligas venezolanas, cada una con cuatro equipos.
La temporada siguiente armó un trabuco y a batazo limpio desbarató la liga y en 1964 debutó en la Liga Venezolana expandida a seis equipos con el ingreso también de los Tigres maracayeros.
Poco disfrutó Herrera las delicias del equipo: en marzo de 1969 (se cumplirá medio siglo el año próximo), el avión donde viajaba al norte con los peloteros Isaías “látigo” Chávez y Carlos Santeliz se estrelló en las cercanías del aeropuerto Grano de Oro de Maracaibo y todos fallecieron trágicamente.
Estoicamente Cardenales debió soportar veinticinco años de desilusiones y mamaderas de gallo –un cuarto de siglo– para ganar su primer título en la Liga Venezolana de Béisbol, cuando en el torneo 1990–1991 venció a los Leones del Caracas, a quienes ha derrotado tres veces en finales y una a Navegantes del Magallanes, con el deseo todos los años de levantar por quinta vez el trofeo y ganar la nunca lograda serie caribeña.
Como todo comienzo, hay sobrado optimismo pero “la pelota es redonda” como dice el refranero popular y apenas faltan días para ver si es verdad que los pájaros rojos convertirán sus sueños, el quinto título y la Serie del Caribe, en una feliz realidad para disfrute del equipo y su consecuente afición