Crónicas

Juan Pablo Pérez Alfonzo, el padre de la OPEP y la Corporación Venezolana del Petróleo

Luis Alberto Perozo Padua
Periodista y cronista
luisperozop@hotmail.com
IG/TW: @LuisPerozoPadua

Su pen­samien­to, que era de avan­za­da para su época, tuvo una enorme influ­en­cia en la economía mundi­al de los años sigu­ientes”, señala el econ­o­mista y exper­to petrolero José Toro Hardy, quien tam­bién fue direc­tor de la estatal vene­zolana Petróleos de Venezuela (PDVSA).

Des­de muy joven, Pérez Alfon­zo tenía la inqui­etud de ser médi­co y le atraía sobre­man­era ese apos­to­la­do, por tan­to, en 1922 com­pró un bole­to de avión con des­ti­no a Bal­ti­more, Esta­dos Unidos para inscribirse en la Uni­ver­si­dad John Hop­kins, con la firme con­vic­ción de estu­di­ar med­i­c­i­na, no obstante, se con­sigu­ió con la bar­rera del idioma, impidién­dole comen­zar la car­rera soñada.

Juan Pablo Pérez Alfon­zo, el padre de la OPEP y la Cor­po­ración Vene­zolana del Petróleo

Empeci­na­do en sus sueños, se inscribió en el Bed­die School, cer­ca de Tren­ton, esta­do de Nue­va Jer­sey, deci­di­do a dom­i­nar el idioma con­ven­ci­do repi­tien­do una y otra vez: “si los demás pueden, porqué yo no”; pero las críti­cas lim­ita­ciones económi­cas por las que atrav­es­a­ba su famil­ia pron­to le hicieron sucumbir y tuvo que regre­sar a Cara­cas en 1923.

A pesar del tiem­po tran­scur­ri­do, la idea de for­marse seguí latente, y un buen día se fue a la Uni­ver­si­dad Cen­tral de Venezuela para inscribirse en la cát­e­dra de Dere­cho para final­mente grad­uarse ‑en 1931‑, de doc­tor en cien­cias políti­cas y sociales.

Antes, durante las revueltas estu­di­antiles y pop­u­lares de febrero de 1928, que protesta­ban el gob­ier­no de la fér­rea dic­tadu­ra gomecista, Pérez Alfon­zo, fue apre­hen­di­do y con­duci­do des­de el retén poli­cial de Cara­cas has­ta el Castil­lo Lib­er­ta­dor de Puer­to Cabel­lo, en donde fue con­fi­na­do en una húme­da cel­da sin luz durante 15 días. Fue lib­er­a­do tras no con­sid­er­arse vin­cu­la­do con la lla­ma­da Gen­eración de 1928, argu­men­tan­do su edad y porque aque­l­la fue su úni­ca actuación en ese movimiento.

Tras el fal­l­ec­imien­to del tira­no, Pérez Alfon­zo se aven­tu­ra a incur­sion­ar en políti­ca con el Movimien­to de Orga­ni­zación Vene­zolana (ORVE), cuyos estatu­tos redac­tó; luego se vin­culó al Par­tido Democráti­co Nacional (PDN), donde cul­tivó una amis­tad impere­ced­era con Rómu­lo Betan­court. Fue con­ce­jal en 1939 y en el 41, se con­vir­tió en uno de los fun­dadores del históri­co par­tido Acción Democráti­ca, rep­re­sen­tan­do a esa tol­da en el Con­gre­so Nacional.

Rómu­lo Betan­court cam­i­na con Juan Pablo Pérez Alfon­zo en 1960

En los acalo­rados debates sobre el Proyec­to de Ley de Hidro­car­buros de 1943, Pérez Alfon­zo, como ponente por la minoría par­la­men­taria unifi­ca­da (AD e inde­pen­di­entes) jus­ti­ficó las razones jurídi­cas, téc­ni­cas y políti­cas, por las cuales sal­varía su voto, aunque recono­ció los aspec­tos pos­i­tivos de aquel instru­men­to legal.

No par­ticipó en el golpe

El notable peri­odista, econ­o­mista y exdi­rec­tor del Ban­co Cen­tral de Venezuela, Domin­go Felipe Maza Zavala, esclarece que nue­stro biografi­a­do “no par­ticipó en la gestación del movimien­to que der­rocó al gob­ier­no con­sti­tu­cional del gen­er­al Isaías Med­i­na Angari­ta el 18 de octubre de 1945, no obstante, fue invi­ta­do a colab­o­rar en el rég­i­men que lo susti­tuyó y como sec­re­tario de la Jun­ta Rev­olu­cionar­ia, redac­tó el acta con­sti­tu­ti­va del gob­ier­no pro­vi­so­rio pre­si­di­do por Rómu­lo Betan­court” (Dic­cionario de His­to­ria de Venezuela de la Fun­dación Polar).

En 1945 es nom­bra­do min­istro de Fomen­to, a cuyo despa­cho cor­re­spondía entonces todo lo rela­ciona­do con minas e hidro­car­buros. “Pérez Alfon­so estable­ció las bases de la políti­ca denom­i­na­da de ‘No más con­ce­siones petrol­eras’ y fue autor prin­ci­pal de la refor­ma legal, adop­ta­da el 12 de noviem­bre de 1948, medi­ante la cual se estable­ció la fór­mu­la, cono­ci­da mundial­mente como el fifty-fifty (50–50), de repar­to del exce­dente petrolero entre el fis­co nacional y las com­pañías con­ce­sion­ar­ias extran­jeras”, señala Maza Zabala. Al asumir la Pres­i­den­cia de la Repúbli­ca Rómu­lo Gal­le­gos, lo rat­i­ficó en esa posi­ción ministerial.

En la foto colec­ción del cro­nista Car­los Guer­ra Brandt, se apre­cia al pres­i­dente de la Jun­ta de Gob­ier­no Rómu­lo Betan­court jun­to a Ale­jan­dro Oropeza Juan Pablo Pérez Alfon­zo y Ramón Armas

Siete meses en la cárcel

Cuan­do der­ro­caron el gob­ier­no de Rómu­lo Gal­le­gos, el 24 de noviem­bre de 1948, fue apre­sa­do por las fuerzas del coro­nel Mar­cos Pérez Jiménez, y pasó 7 meses en la cár­cel de Propa­tria, en Cara­cas. Con­mu­ta­da la pena Pérez Alfon­so fue expul­sa­do del país. Vivió con su famil­ia en Esta­dos Unidos y Méx­i­co, has­ta la caí­da de la dic­tadu­ra en 1958.

Durante ese tiem­po se dedicó a estu­di­ar el con­flic­to petrolero en Venezuela y el mun­do, tema que pro­fun­dizó, pub­li­can­do algunos impor­tantes tra­ba­jos en el per­iódi­co Venezuela Democráti­ca, órgano divul­ga­ti­vo de AD en la clandestinidad.

A su regre­so, Rómu­lo Betan­court como pres­i­dente de la Repúbli­ca, le encar­gó la cartera de Minas e Hidro­car­buros en el 59.

Su proeza

Pérez Alfon­zo lid­eró la del­e­gación vene­zolana al I Con­gre­so Petrolero Árabe cel­e­bra­do en El Cairo en abril de 1959, en el que se gestó la Orga­ni­zación de País­es Expor­ta­dores de Petróleo (OPEP).

Toro Hardy, recordó que mucho antes de que los país­es nacionalizaran sus indus­trias petrol­eras, la influ­en­cia de las empre­sas de ese sec­tor era muy alta: “Ellas eran quienes fija­ban las condi­ciones del mer­ca­do, mien­tras que la par­tic­i­pación de los país­es pro­duc­tores era muy baja y aún menor en los país­es árabes porque ni siquiera existía el impuesto sobre la renta. Lo que se paga­ba era una regalía que se nego­cia­ba por con­tra­to”, explicó.

Fue así como Pérez Alfon­zo con­ven­ció a los país­es árabes y a Irán de que actuan­do en con­jun­to se podía mejo­rar la posi­ción de los Esta­dos frente a esas multinacionales.

Según ano­ta Maza Zabala, nue­stro biografi­a­do con­sid­er­a­ba la reg­u­lación de la pro­duc­ción como la mejor for­ma de con­tro­lar los pre­cios de petróleo, tesis que man­tu­vo has­ta su muerte.

“En ese sen­ti­do, sugir­ió en El Cairo la creación de un órgano de con­sul­ta de los país­es expor­ta­dores de petróleo, la Comisión Coor­di­nado­ra para la Con­ser­vación y el Com­er­cio de los Hidro­car­buros, que fue el antecedente inmedi­a­to de la OPEP, en cuya ini­cia­ti­va lo acom­pañó el jeque Abdul­lah El Tari­ki, para entonces min­istro de Petróleo de Ara­bia Sau­di­ta. En colab­o­ración con El Tari­ki, Pérez Alfon­zo, for­muló, en mayo de 1960, las bases del «Com­pacto Petrolero» que luego sería la OPEP, la cual se con­sti­tuyó el 14 de sep­tiem­bre de ese mis­mo año, en Bag­dad, con 5 país­es miem­bros fun­dadores: Ara­bia Sau­di­ta, Irak, Irán, Kuwait y Venezuela, cuyo con­jun­to aporta­ba el 88% de la exportación mundi­al de petróleo para ese año”.

Cuan­do Pérez Alfon­zo recibió el telegra­ma proce­dente de Bag­dad que rat­i­fi­ca­ba su prop­ues­ta – y que “tomó tres días en lle­gar a Venezuela”-, gritó: “Lo hici­mos” … Por toda esta proeza, se le con­sid­era el Padre de la OPEP.

En el mis­mo año que nació la OPEP, gra­cias a su ini­cia­ti­va, Pérez Alfon­zo impul­só la creación de la Cor­po­ración Vene­zolana del Petróleo, una com­pañía estatal cuyo obje­ti­vo era rescatar las activi­dades petrol­eras para Venezuela.

Pron­to se con­vir­tió en una céle­bre ref­er­en­cia en temas petroleros, escri­bi­en­do cel­e­bra­dos tex­tos. Los medios de comu­ni­cación, así como rep­uta­dos pen­sadores de la época lo definían como un “provene­zolano” que bus­ca­ba jus­ti­cia para su país con respec­to a los ingre­sos del petróleo y que quería preser­var ese “pat­ri­mo­nio para las gen­era­ciones futuras”, desta­ca la peri­odista Mar­gari­ta Rodríguez en su repor­ta­je sobre Pérez Alfon­zo para BBC Mun­do, y prosigue: a los adje­tivos de “vision­ario” y “caballero” se le sumó otro: “pro­fe­ta”.

El jeque Abdul­lah El Tari­ki, min­istro de Petróleo de Ara­bia Sau­di­ta, acom­pañó a Pérez Alfon­zo en la creación de la OPEP

Excre­men­to del diablo

Con el paso del tiem­po, Pérez Alfon­zo des­cubrió que el petróleo era más que cau­dalosos ingre­sos: “Venezuela mar­cha a la deri­va. Nun­ca supi­mos bien hacia dónde queríamos o podíamos ir. Somos neg­li­gentes, inesta­bles y con­tra­dic­to­rios. Pero nun­ca habíamos sufri­do una indi­gestión económi­ca como la actu­al, y con la inun­dación de cap­i­tal perdi­mos la cabeza. De este modo se mul­ti­pli­can al infini­to los daños que nos hace­mos, añadién­dose a los que dejamos nos causen otros aprovechadores”, escribió en su libro pub­li­ca­do en 1976: Hundién­donos en el excre­men­to del dia­blo.

Lo cier­to fue que ni la OPEP, ni mucho menos la Cor­po­ración Vene­zolana del Petróleo cumpli­eron con las expec­ta­ti­vas que Pérez Alfon­zo aspiraba.

En 1979, a los 76 años, murió de cáncer en Esta­dos Unidos. Sus deu­dos, acatan­do su vol­un­tad tes­ta­men­taria, autor­izaron se incinerar su cuer­po y sus cenizas fueron espar­ci­das en el mar.


Fuente: Domin­go Felipe Maza Zavala. Juan Pablo Pérez Alfon­zo. Dic­cionario de His­to­ria de Venezuela. Fun­dación Empre­sas Polar, Cara­cas, 1999.

Mar­gari­ta Rodríguez. Quién fue Juan Pablo Pérez Alfon­zo, el “vision­ario” vene­zolano con­sid­er­a­do el “padre” de la OPEP. Pub­li­ca­do en BBC News Mun­do, 3 octubre 2020.

CorreodeLara

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