CrónicasTodas Las Entradas

La Conspiración Austracista en Caracas

Efraín Jorge Acevedo
Historiador

Juego de Tronos en Venezuela


Esta es una his­to­ria muy par­tic­u­lar, apa­sio­n­ante y descono­ci­da, la his­to­ria de como un “Juego de Tronos” estu­vo a pun­to de traer la guer­ra a Venezuela más de un siglo antes de que estal­lara la Guer­ra de Independencia.

El 1 de noviem­bre de 1700 muere el Rey de España Car­los II; este rey había sido muy enfer­mi­zo des­de su nacimien­to (murió con 38 años de edad) y padecía de una serie de taras físi­cas que inclu­so lo hacían lucir con el aspec­to de un “mon­struo”. Por eso no fue sor­pren­dente que no con­sigu­iera pro­cre­ar hijos en sus dos mat­ri­mo­nios, por lo que inclu­so antes de su muerte se planteó el prob­le­ma de la suce­sión de la Corona.

 

 

 


Car­los II

 

 

 

 

 

 

Menos de un mes antes de morir el Rey hizo tes­ta­men­to y nom­bró como heredero de la Coro­na al Príncipe francés Felipe de Anjou, que era nieto del Rey de Fran­cia Luis XIV y de la esposa de éste, la Reina María Tere­sa de Aus­tria, que era her­mana de Car­los II; por lo tan­to Felipe era sobri­no-nieto de Car­los II. 

Felipe se con­vir­tió en Rey de España, como Felipe V, y con ello la dinastía Bor­bón o los Bor­bones, que eran la Famil­ia Real de Fran­cia se con­vir­tió tam­bién en la Famil­ia Real de España. Pero en Europa y den­tro de España muchos fac­tores poderosos no acept­a­ban que el nieto del Rey de Fran­cia fuera Rey de España alteran­do el equi­lib­rio de poderes; entonces el Archiduque Car­los, hijo de Leopol­do I, Emper­ador del Sacro Impe­rio Romano Ger­máni­co, y bis­ni­eto de otro Rey de España, Felipe III, recla­ma el dere­cho al Trono español y se auto-procla­ma Rey de España como Car­los III. 

La famil­ia de Car­los era la Casa de Aus­tria (o Hab­s­bur­go como era su apel­li­do orig­i­nal en alemán) que había sido la Famil­ia Real de España des­de el reina­do del nieto de los Reyes Católi­cos, Car­los I, has­ta la muerte de Car­los II; con el Archiduque Car­los los Aus­tria pre­tendían recu­per­ar la Coro­na de España.

 

 

 

 


Felipe V

 

 

 

 

 

Así que en julio de 1701 estal­la la Guer­ra de Suce­sión Españo­la, que den­tro de la España penin­su­lar fue una guer­ra civ­il en la que se enfrentaron los par­tidar­ios de Felipe V con­tra los par­tidar­ios de Car­los de Aus­tria, lla­ma­dos “aus­tracis­tas”.

Pero además esa guer­ra se con­vir­tió en una guer­ra inter­na­cional, inclu­so pare­ci­da a lo que dos sig­los después sería la Primera Guer­ra Mundi­al, pues Fran­cia apoyó a Felipe V y Gran Bre­taña, Holan­da, Pru­sia, Por­tu­gal y otros apo­yaron al Pre­ten­di­ente Car­los, y los com­bat­es se extendieron por el ter­ri­to­rio de var­ios país­es europeos; en un esce­nario que nos recuer­da al pop­u­lar Juego de Tronos y que nos recuer­da tam­bién que la real­i­dad supera a la fic­ción, y sí en la fic­ción la lucha por el Trono de Hier­ro ensan­gren­tó a los Siete Reinos, en este con­flic­to de la vida real la lucha por el Trono de España hizo cor­rer san­gre por todo el mun­do, enfrentan­do a la Casa de Bor­bón con­tra la Casa de Aus­tria como se enfrentaron los Lan­nis­ter con­tra los Stark. 

En prin­ci­pio toda His­panoaméri­ca se man­tu­vo leal al Rey Felipe V, pero en Venezuela surgió una con­spir­ación aus­tracista que estu­vo a pun­to de traer la guer­ra al ter­ri­to­rio vene­zolano. Hay que recor­dar que en esa época todavía no existía la Cap­i­tanía Gen­er­al de Venezuela (falta­ban casi 80 años para su creación) y la entonces Provin­cia de Venezuela, tam­bién cono­ci­da como Provin­cia de Cara­cas, sólo abar­ca­ba el cen­tro y parte del occi­dente de lo que aho­ra es Venezuela; las otras Provin­cias como la de Mara­cai­bo no esta­ban aso­ci­adas a la de Venezuela.

Una batal­la de la Guer­ra de Suce­sión Españo­la en Europa

El caso es que muchos Man­tu­anos de la Provin­cia de Venezuela querían que Car­los ganara ese Juego de Tronos a la españo­la por sus intere­ses económi­cos, por su com­er­cio con los anglo-holan­deses; y aprovechan­do eso, los ali­a­dos de Car­los plan­earon ini­ciar una rebe­lión aus­tracista en Cara­cas. Especí­fi­ca­mente el gob­ier­no de las Provin­cias Unidas de los País­es Bajos, la Repúbli­ca aris­tocráti­ca holan­desa de aque­l­los tiem­pos, es el que pre­tende abrir un nue­vo frente de guer­ra en tier­ras amer­i­canas y entre­gar a Venezuela a su ali­a­do Carlos. 

El espi­ona­je holandés envía des­de Curazao a un agente, Bar­tolomé Capoc­e­la­to, Conde de Antería, que se reunió con el Gob­er­nador de Venezuela, Nicolás Euge­nio Ponte y Hoyo, y lo con­ven­ció de que Car­los esta­ba ganan­do la guer­ra y que le con­venía cam­biarse de ban­do a tiem­po. El gob­er­nador pub­licó en Cara­cas un ban­do en sep­tiem­bre de 1702 con­vo­can­do a la acla­mación de Car­los III como Rey de España, un acto ofi­cial y solemne con el que la Provin­cia de Venezuela juraría leal­tad a Car­los de Aus­tria y quedaría bajo su control.

 

 

 


Car­los de Aus­tria, el Pre­ten­di­ente Aus­tracista al Trono

 

 

 

 

 

 

La procla­mación tuvo lugar, pero en el acto se pre­sen­taron los par­tidar­ios caraque­ños de Felipe V apoy­a­dos por un gran número de indí­ge­nas, generan­do un momen­to de gran ten­sión, que pudo degener­ar en un enfrentamien­to calle­jero y san­gri­en­to; pero la san­gre no llegó al río y los aus­tracis­tas vene­zolanos se reti­raron dán­dose por super­a­dos y vencidos. 

Después de su fra­ca­so el espía holandés, el Conde de Antería, huyó, pero fue arresta­do en los Valles de Ocumare y remi­ti­do a Cara­cas, donde per­maneció pre­so 6 meses; pero los aus­tracis­tas vene­zolanos lo ayu­daron a huir de la cár­cel en mayo de 1703 y a regre­sar a la isla de Curazao donde estable­ció su cuar­tel gen­er­al. Entre tan­to algunos aus­tracis­tas criol­los fueron detenidos y procesados.

Para com­plicar más la situación, Gob­er­nador Ponte y Hoyo fue inca­pac­i­ta­do por prob­le­mas men­tales y su car­go quedó vacante, por lo que los dos Alcaldes del Cabil­do de Cara­cas asum­ieron sus fun­ciones interi­na­mente. Y resul­ta que los miem­bros del Cabil­do de Cara­cas y los ofi­ciales mil­itares de las mili­cias de Cara­cas se acus­a­ban mutu­a­mente de traición a Felipe V y de con­spir­ar para entre­gar la Provin­cia a Car­los de Austria.

El 19 de noviem­bre de 1703  la ten­sión estal­la de nue­vo durante un acto solemne para des­ig­nar autori­dades; los Alcaldes habían orde­na­do a la Mili­cia entre­gar sus armas, pero los ofi­ciales se negaron. El pueblo asis­tió per­ple­jo a un agre­si­vo enfrentamien­to, en el que los Alcaldes izaron la ban­dera real y gri­taron 3 veces “¡Viva el Rey!” para obligar a los mil­itares a darse por pre­sos, cau­san­do mucho desconcier­to, pues el gri­to era la fór­mu­la con que se jura­ba a un nue­vo Rey, y algunos entendieron con­fusa­mente que se pre­tendía nue­va­mente procla­mar a Car­los de Aus­tria como Rey.

Escu­do de la Casa de Aus­tria usa­do como sím­bo­lo por los austracistas

Al final del ten­so enfrentamien­to los mil­itares pre­firieron quitarse ellos mis­mos sus insignias; luego hubo acusa­ciones de que los mil­itares eran traidores que querían entre­gar la Provin­cia a Car­los, aunque tam­bién se descon­fi­a­ba del Cabil­do, pero pro­gre­si­va­mente se restable­ció la esta­bil­i­dad insti­tu­cional y el orden con la inter­ven­ción de las autori­dades leales a Felipe V. 

Des­de Curazao, el Conde de Antería man­tu­vo su labor deses­ta­bi­lizado­ra, entran­do y salien­do de Venezuela clan­des­ti­na­mente, reunién­dose con los aus­tracis­tas criol­los, dis­tribuyen­do pro­pa­gan­da sub­ver­si­va favor­able a la causa aus­tracista y retratos de Car­los de Aus­tria, cuya sola pos­esión era un acto de traición al Rey Felipe V. 

Mien­tras tan­to el Conde esper­a­ba la lle­ga­da de una flota de 15 bar­cos de guer­ra británi­cos y holan­deses para invadir la Provin­cia de Venezuela; pero la flota no lle­ga­ba nun­ca, así que el Conde via­jó a Viena, la cap­i­tal aus­tri­a­ca, para solic­i­tar que los ali­a­dos inter­na­cionales del pre­ten­di­ente aus­tracista enviaran la prometi­da flota, pero su solic­i­tud fue denegada. 

Aún así volvió a Curazao para con­tin­uar sus activi­dades sub­ver­si­vas en Venezuela, lo que hizo has­ta que ter­minó la Guer­ra de Suce­sión en 1715 con la der­ro­ta de Car­los y la vic­to­ria defin­i­ti­va de Felipe V. Entonces el Conde de Antería desa­pare­ció de la his­to­ria, al igual que los aus­tracis­tas vene­zolanos, los perde­dores de este par­tic­u­lar Juego de Tronos.

CorreodeLara

Esᴛᴀ́ ᴜsᴛᴇᴅ, ᴅɪsᴛɪɴɢᴜɪᴅᴏ ʟᴇᴄᴛᴏʀ, ᴇɴ ᴛᴇʀʀɪᴛᴏʀɪᴏ ᴅᴇ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ, ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄɪᴠɪʟɪsᴛᴀs, ʏ sᴏʙʀᴇ ᴛᴏᴅᴏ, ᴅᴇ ɢʀᴀɴᴅᴇs ᴀᴄᴏɴᴛᴇᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ϙᴜᴇ ᴍᴀʀᴄᴀʀᴏɴ ᴜɴ ʜɪᴛo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *