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La Dama de las Cayenas: la primera película venezolana de ficción

Efraín Jorge Acevedo 
Twitter: @efrainjorge
efrainjorge@yahoo.es

El cine vene­zolano ha tenido una his­to­ria muy dilata­da, ya que a pesar de ser Venezuela un país bas­tante pobre y atrasa­do para la época, al menos en cuan­to a la lle­ga­da de la tec­nología cin­e­matográ­fi­ca al país, no perdi­mos el tiem­po y fuimos bas­tante precoces. 

Es bien sabido para todo el que se ha pre­ocu­pa­do de cono­cer los orí­genes del sép­ti­mo arte en Venezuela, que la lle­ga­da del cine a tier­ras criol­las se pro­duce gra­cias al pio­nero Manuel Tru­jil­lo Durán, un peri­odista, fotó­grafo y empre­sario que tra­jo al país un Vitas­co­pio, un mod­e­lo de proyec­tor de cine, con el que hizo las primeras exhibi­ciones cin­e­matográ­fi­cas en Venezuela, el 10 y 11 de julio de 1896 en el Teatro Bar­alt de Maracaibo.

Pero más impor­tante aún es que Manuel Tru­jil­lo Durán y su her­mano Guiller­mo fil­maron las primeras obras cin­e­matográ­fi­cas rodadas en el país, que inau­gu­raron ofi­cial­mente el cine vene­zolano; se trata­ba de dos breves cor­tome­tra­jes doc­u­men­tales, los ya míti­cos “Un céle­bre espe­cial­ista sacan­do mue­las en el Gran Hotel Europa” y “Mucha­chos bañán­dose en la lagu­na de Mara­cai­bo”, que como sus nom­bres indi­can retrata­ban esce­nas de la vida cotid­i­ana de per­sonas comunes y cor­ri­entes, como un den­tista tra­ba­jan­do con un paciente, o un grupo de niños dán­dose un baño en las aguas del Lago de Maracaibo.

Ambos cor­tome­tra­jes fueron estre­na­dos el 28 de enero de 1897 en el mis­mo Teatro Bar­alt de Mara­cai­bo en el que unos meses antes habían exhibido unas piezas cin­e­matográ­fi­cas extran­jeras; y es por esa razón que el 28 de enero se cel­e­bra el Día Nacional del Cine Venezolano.

Manuel Tru­jil­lo Durán

En los años sigu­ientes se fil­maron otros doc­u­men­tales en Venezuela, del mis­mo tipo de los hechos por Durán, es decir, esce­nas de la vida real de per­sonas anón­i­mas, retratos cos­tum­bris­tas de la sociedad vene­zolana de comien­zos del siglo XX.

Algunos de esos doc­u­men­tales han queda­do reg­istra­dos en la cróni­ca del cine patrio, como “Car­naval en Cara­cas” de 1909 fil­ma­da por Augus­to González Vidal, que obvi­a­mente retrata­ba esce­nas de las fies­tas de Car­naval de aquel año en las calles caraque­ñas; el mis­mo real­izador repi­tió en 1911, fil­man­do tam­bién ese año las fies­tas car­navalescas de la cap­i­tal con otro doc­u­men­tal del mis­mo título. 

¿Pero cuán­do se filmó la primera obra cin­e­matográ­fi­ca vene­zolana de fic­ción, es decir, aque­l­la que no retrata­ba sim­ple­mente la vida real, sino que era la rep­re­sentación con actores de un guion de fic­ción? ¿Cuán­do se rodó y estrenó la ver­dadera primera pelícu­la vene­zolana de ficción?

El hon­or de ser el primer largome­tra­je de fic­ción de la his­to­ria del cine vene­zolano cor­re­sponde a “La dama de las cayenas (Pasión y muerte de Mar­gari­ta Gutiér­rez)”, tam­bién cono­ci­da de man­era abre­vi­a­da o sim­ple como “La dama de las cayenas”.

Esta pelícu­la fue estre­na­da el 11 de noviem­bre de 1913 según la may­oría de las fuentes, aunque algu­nas fuentes la sitúan en el año 1916; el largome­tra­je fue dirigi­do por Lucas Man­zano y Enrique Zim­mer­man, dos direc­tores pio­neros del cine vene­zolano. Lucas Man­zano tam­bién escribió el guion de la pelícu­la y además fue el actor que inter­pretó el papel del pro­tag­o­nista mas­culi­no, Arman­do Duval.

Un fotogra­ma de una esce­na de “Don Lean­dro, el inefa­ble”, cor­tome­tra­je roda­do por los mis­mos direc­tores de “La Dama de las cayenas” 

La his­to­ria de la pelícu­la es una adaptación de la nov­ela “La dama de las Camelias”, del escritor francés Ale­jan­dro Dumas (hijo), pub­li­ca­da por primera vez en el año 1848; la nov­ela con­ta­ba la his­to­ria de una “corte­sana”, es decir, una pros­ti­tu­ta de lujo que vendía sus ser­vi­cios a hom­bres muy ricos.

Posi­ble­mente este sea el úni­co fotogra­ma que se con­ser­va de la desa­pare­ci­da pelícu­la “La Dama de las cayenas”

Pero un joven aristócra­ta se enam­o­ra de ella y la mujer le cor­re­sponde, y la pare­ja de enam­ora­dos inten­ta ini­ciar una nue­va vida jun­tos aparta­dos de la ciu­dad y de la alta sociedad; pero las intri­gas de la famil­ia del joven con­siguen sep­a­rar­los, y la nov­ela tiene un final trági­co cuan­do ella muere enfer­ma de tuber­cu­lo­sis antes de que el pro­tag­o­nista con­si­ga volver con ella para reconciliarse.

Las Camelias del títu­lo hacían ref­er­en­cia a las flo­res que la pro­tag­o­nista se colo­ca­ba en su escote para enviar men­sajes en códi­go a sus amantes; en la ver­sión cin­e­matográ­fi­ca vene­zolana fueron reem­plazadas por unas flo­res más típi­cas del trópi­co vene­zolano, las Cayenas. 

No obstante, la pelícu­la era una par­o­dia en tono satíri­co de la nov­ela melo­dramáti­ca, bus­can­do ridi­culizar el sen­ti­men­tal­is­mo román­ti­co de la his­to­ria; por lo tan­to, ese primer largome­tra­je pertenecía al género de la comedia.

Fotogra­ma de “La Trepado­ra” de 1924

“La dama de las Cayenas” tenía una duración de aprox­i­mada­mente una hora, algo notable para la época, ya que ante­ri­or­mente las pro­duc­ciones solían durar como máx­i­mo 45 min­u­tos; y, obvi­a­mente, al pertenecer a la eta­pa del Cine mudo, no tenía sonido y la his­to­ria se con­ta­ba a través del lengua­je cor­po­ral y ges­tu­al en imá­genes en blan­co y negro. La actriz Auro­ra Dubain inter­preta­ba a la pro­tag­o­nista femeni­na Mar­gari­ta Gau­ti­er, y tam­bién tra­ba­ja­ban como actores Edgar Anzo­la y Jacobo Capriles, otros pio­neros del cine nacional; el elen­co de se com­pleta­ba con los actores Leon­cio Martínez, Job Pim y Fed­eri­co León. 

Por su parte, Enrique Zim­mer­man tam­bién ejer­ció otras fun­ciones, además de las de direc­tor (la direc­ción, recordemos, en con­jun­to con su com­pañero Lucas Man­zano); fue camaró­grafo, edi­tor y productor.

La pelícu­la fue fil­ma­da en diver­sos esce­nar­ios nat­u­rales de Cara­cas, como El Cal­vario, el Mer­ca­do de San Juan, El Pasaje Linares, El Paraí­so. A un cos­to de 10.000 pesos (Bs. 25.000,00) dejó enormes ganan­cias. Los per­iódi­cos “El Nue­vo Diario” y “El Uni­ver­sal” entre el 25 y 30 de noviem­bre de 1916, la pro­mo­cio­nan como “la sen­sa­cional pelícu­la criol­la”, con desta­ca­dos avi­sos de pren­sa  

Lam­en­ta­ble­mente no se con­ser­va ningu­na copia de la pelícu­la, por lo que en la actu­al­i­dad no podemos visu­alizar ni siquiera un frag­men­to o esce­na del largome­tra­je pio­nero de la indus­tria del cine en Venezuela. 

El dúo for­ma­do por Lucas Man­zano y Enrique Zim­mer­man filmó pos­te­ri­or­mente un cor­tome­tra­je de fic­ción, “Don Lean­dro, el inefa­ble”, estre­na­do el 11 de enero de 1919; era otra come­dia, esta vez roda­da en Cara­cas. Cada uno de los dos direc­tores filmó var­ios doc­u­men­tales en aque­l­los años. 

Pero no sería sino has­ta el 28 de junio de 1924 cuan­do se estre­naría el segun­do largome­tra­je de fic­ción de la his­to­ria vene­zolana, “La trepado­ra”, una pelícu­la que adapt­a­ba la nov­ela del mis­mo nom­bre del acla­ma­do escritor Rómu­lo Gal­le­gos, y dirigi­da por los direc­tores Edgar Anzo­la y Jacobo Capriles . 

 

CorreodeLara

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