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La Gripe Española en Barquisimeto y Cabudare

Yolanda Aris
Cronista Oficial del Municipio Palavecino

       Con moti­vo de la situación que se vive a niv­el mundi­al, este año 2020, con la pan­demia del COVID 19, Coro­n­avirus, o virus chi­no, quer­e­mos recor­dar, la situación que se pre­sen­tó a ini­cios del siglo pasa­do, con la denom­i­na­da Gripe Españo­la, que  afec­tó a gran número de país­es, entre ellos, Venezuela


       Al Finalizar la Segun­da Guer­ra Mundi­al, (1914–1918), se pro­du­jo esta epi­demia,  pro­duc­to de las pobres condi­ciones san­i­tarias que tenían los sol­da­dos durante el con­flic­to: insalu­bri­dad; desnu­tri­ción; fal­ta de higiene, de baños y agua; mis­e­ria; ratas; humedad; haci­namien­to en las trincheras; entre otros. Este virus se difundió ráp­i­da­mente con el regre­so de los sol­da­dos a sus respec­tivos país­es. España fue el primer país que dio a cono­cer de su exis­ten­cia, de allí el nombre.

       A Venezuela llegó la gripe o influ­en­cia españo­la en octubre de 1918, por el Puer­to de La Guaira, y las medi­das para enfrentar­la y las deci­siones a tomar, estu­vieron bajo la direc­ción y respon­s­abil­i­dad del Dr. Luis Razetti, quien recibió apoyo en Cara­cas de los doc­tores José Gre­go­rio Hernán­dez, José Rafael Rísquez  y Rafael Rangel, entre otros, pertenecientes a la élite int­elec­tu­al, académi­ca y cien­tí­fi­ca de la época.

       En el esta­do Lara, el 30 de octubre se dic­tó un Resuel­to, como medi­da ini­cial de pro­fi­lax­ia para evi­tar el con­ta­gio de la gripe, fir­ma­do por los Doc­tores Anto­nio María Pine­da y Ela­dio del Castil­lo, que señala entre otras:

Se establece una cuar­ente­na de diez días en el sitio nom­bra­do Caraquitas en la línea del fer­ro­car­ril Bolí­var para los pasajeros, trenes y demás vehícu­los fer­roviar­ios o de cualquier carga­men­to, cor­re­spon­den­cia, etc.  … y una cuar­ente­na por el mis­mo y con las mis­mas condi­ciones en el sitio La Miel, del munici­pio Sarare, del dis­tri­to Cabudare…

Y con­tinúa seña­lan­do el Resuel­to, las razones de tal medida:

1- Impedir la entra­da al esta­do de per­sonas proce­dentes de lugares infes­ta­dos. 2- Prac­ticar desin­fec­ción rig­urosa de los vehícu­los proce­dentes de lugares infes­ta­dos. 3- Prac­ticar desin­fec­ción rig­urosa de las mer­cancías y víveres proce­dentes de lugares infes­ta­dos. (Se con­ser­va la ortografía orig­i­nal) (El Impul­so, 5 noviem­bre de 1918)

       El Dr. Hernán Cortez Muji­ca en su libro Ano­ta­ciones de la Med­i­c­i­na Larense, sobre el par­tic­u­lar señala:

…Para fines de 1918, ter­mi­na­da la primera con­fla­gración mundi­al, se pre­sen­ta en nues­tra patria y seguida­mente en Lara, la ter­ri­ble epi­demia lla­ma­da gripe españo­la, que fue la primera piedra de toque, que hizo mov­i­lizar a nue­stro esca­so gremio y pro­bar por primera vez su fuerza para luchar en pro de la salud colec­ti­va, pero encon­tró lis­tos para ello, a hom­bres de la tal­la de un Pine­da, aunque ya entra­do en años; a un Oli­vares, todo bon­dad; y al joven Ramón Igna­cio Mén­dez Llamozas…(p. 140)

       El Ejec­u­ti­vo region­al nom­bró a Ramón Igna­cio Mén­dez Llam­ozas, Médi­co de Sanidad, (quien resultó tam­bién infec­ta­do por esa gripe) y entre las medi­das que dis­pu­so para enfrentar la epi­demia, nos señala este autor, las siguientes:

…Se creó un cordón san­i­tario en El Cují, donde se hace asep­sia de pasajeros y vehícu­los con sub­li­ma­do y for­mol, se pub­li­ca en el Boletín del Hos­pi­tal de Cari­dad escritos sobre la higiene de la gripe…y, para el tratamien­to de enfer­mos y pro­fi­lax­ia de los mis­mos, dividió la ciu­dad de Bar­quisime­to en cua­tro zonas, y crea un depósi­to de med­i­c­i­nas para repar­to gratis… (p. 140)

  El diario El Impul­so, que para el momen­to fun­ciona­ba en la ciu­dad de Caro­ra, a pesar de las restric­ciones ini­ciales del gob­ier­no de Juan Vicente Gómez, infor­mó el día 5 de noviem­bre de 1918, lo sigu­iente: “Azo­tadas se ven hoy, de esta epi­demia Cara­cas y su pueb­los inmedi­atos, La Guaira, Valen­cia, Puer­to Cabel­lo, Mara­cai­bo, Tuca­cas y últi­ma­mente Dua­ca y Bobare… Se cuen­tan 40.000 casos en Cara­cas y 4.000 en La Guaira.”

Hos­pi­tal de La Cari­dad de Bar­quisime­to. Foto: CorreodeLara

       El 8 de noviem­bre, El Impul­so reseñó, que se orga­nizó en Caro­ra, una Jun­ta de Sanidad com­pues­ta por los médi­cos y far­ma­ceu­tas de la juris­dic­ción, los doc­tores: Lucio Anto­nio e Igna­cio Zubil­la­ga, José Luis Andrade, Pedro N. Pereira, Medar­do Yánez, Jacobo J., Curiel Már­mol y Juan Bautista Zubil­la­ga, y otra jun­ta denom­i­na­da de Socor­ro, com­pues­ta por los señores: Dr. Ramón Pom­pilio Oropeza, Pres­bíteros Pedro Enrique Mon­tes­deo­ca, C. Terán H., Ale­jan­dro Riera, Julio Már­mol Her­rera y el dueño de El Impul­so, Fed­eri­co Carmona.

       Se pro­movió la creación de Jun­tas de Socor­ro tem­po­rales en todos los munici­p­ios (hoy par­ro­quias), para ayu­dar a pre­venir y tratar a los infec­ta­dos. En Cabu­dare, se instaló el 4 de noviembre. 

       Se difundió a través de la pren­sa, tratamien­tos y reme­dios caseros como limon­adas, ungüen­tos con limón en cuel­lo y pecho, y gár­garas con agua oxi­ge­na­da y tam­bién, las ori­enta­ciones que debían seguir las Jun­tas de Socor­ro en sus local­i­dades, y las dis­posi­ciones a aplicar por las autoridades.

…Se pre­viene a todas las per­sonas ata­cadas por la gripe que no deben salir sin una autor­ización escri­ta expe­di­da por un médi­co. A los que andan por la calle sin este req­ui­si­to, se les hará con­ducir al degre­do o al hos­pi­tal de los con­va­le­cientes. Es esta la man­era de evi­tar recaí­das siem­pre graves, y la propa­gación del mal.

       La Acad­e­mia Nacional de la Med­i­c­i­na, se pro­nun­ció el día 12 de noviem­bre, a través de su vocero, el Dr. Luis Razetti, seña­lan­do como tratamien­to para esta gripe: pur­gantes oleosos o sali­nos, com­pre­sas frías alrede­dor del tórax, tomar líqui­dos y cal­dos. Por su parte, el tratamien­to recomen­da­do por Aaron Benchetrid,  médi­co judío caraque­ño, recién grad­u­a­do, con­sis­tente en: pur­gante de aceite de rici­no y desacon­se­ja­ba los antipiréti­co; fue rec­haz­a­do por la Acad­e­mia de Med­i­c­i­na de Caracas. 

       En todo el país se pro­du­jo el cierre de las insti­tu­ciones educa­ti­vas, se sus­pendieron misas de aguinal­do,  retre­tas en las plazas, cines, teatros, pro­ce­siones, toros; se pro­hi­bieron las reuniones públi­cas; se fumigó y se establecieron cor­dones san­i­tar­ios. Los tran­vías, trenes, car­retas, ofic­i­nas y locales se desin­fecta­ban; con for­mol y  creolina. 

          La Acad­e­mia Nacional de la Med­i­c­i­na dicta­ba ori­enta­ciones a los médi­cos respon­s­ables en las difer­entes ciu­dades, que eran difun­di­das repeti­da­mente por la pren­sa local y nacional. El Impul­so jugó un desta­ca­do papel en este sen­ti­do. Estas dis­posi­ciones eran tomadas de las con­clu­siones aprobadas por la Acad­e­mia de Med­i­c­i­na de París, según lo señal­a­ba Razetti, en febrero de 1919.   

Las ori­enta­ciones abor­d­a­ban tres aspec­tos: explicar en qué con­sistía la enfer­medad; recomen­da­ciones sobre higiene y ais­lamien­to, para evi­tar el con­ta­gio y propa­gación; y tratamien­tos y reme­dios más ade­cua­dos para enfrentar los malestares y super­ar la gripe.      

 Fran­cis­co de Paula Vásquez en su libro Apunta­ciones para el Esta­do Lara. 1527–1930, sobre la actuación del gob­ier­no region­al, del Gen­er­al David Gimón, señala:

“Durante la invasión de la Peste Españo­la a esta ciu­dad y a los pueb­los cir­cun­ve­ci­nos, es incom­pa­ra­ble la acti­tud del Gen­er­al Gimón como Mag­istra­do y como hom­bre par­tic­u­lar para favore­cer a manos llenas pref­er­ente­mente al pueblo nece­si­ta­do. El mis­mo per­sonal­mente y su hon­or­able  famil­ia se con­virtieron en enfer­meros de la pobrecía…

En gen­erosi­dad y com­pasión en aque­l­la des­gra­cia que caía enci­ma de esta ciu­dad, sobre­sal­ió el caballero Don H. Lam­mers, Jefe que fue de la respetable casa mer­can­til Blohm & Cia., que puso a dis­posi­ción del gob­ier­no y la Jun­ta de Socor­ros, cuan­tiosas sumas,  y toda clase de recur­sos para afrontar aque­l­la calami­dad.” (p. 115–116)

       En Cabu­dare, además de la Jun­ta de Socor­ro, se creó el Hos­pi­tal Sagra­da Famil­ia, ambas bajo los aus­pi­cios de Héc­tor Rojas Meza, ayu­da­do por José María Ponte, entre otros. Se alquiló un inmue­ble para su fun­cionamien­to, cono­ci­do como la casa del bal­cón, propiedad de Roseliano Pala­cios, ubi­ca­do en la Av. Prin­ci­pal, cer­ca del Puente San Nicolás. Allí se atendían los enfer­mos y se sum­in­is­tra­ban med­i­c­i­nas y ali­men­tos, e inclu­so se atendía lo rela­ciona­do a los entierros.

En la Casa del Alto, ‑como era conocida,-,en la grá­fi­ca a la izquier­da, estu­vo apos­ta­da en la aveni­da Lib­er­ta­dor, muy cer­ca del Puente Nicolás Patiño, don Héc­tor Rojas Meza instaló un hos­pi­tal impro­visa­do para con­frontar la Gripe Españo­la en Cabudare

        En Cara­cas, para el mes de diciem­bre, ya lo peor había pasa­do por lo que se suprim­ieron las medi­das adop­tadas. En el resto del país se pro­longó has­ta el primer trimestre de 1919.  Había tenido una duración entre 3 y 6 meses, y hay ref­er­en­cias que señalan que los con­ta­gia­dos oscilaron entre 25.000 y 80.000 per­sonas en el país.     Care­ce­mos de datos ofi­ciales sobre el número de defun­ciones en Lara y Cabu­dare. Sin embar­go, Luis Alber­to Per­o­zo Pad­ua, en su artícu­lo La Gripe Españo­la dev­astó Venezuela, en CorreodeLara.com se men­ciona que entre Cabu­dare, Los Ras­tro­jos y Sarare hubo 8 fal­l­e­ci­dos, en Bar­quisime­to 217, en Dua­ca 174, entre otras pobla­ciones del esta­do Lara. Pero, desta­ca tam­bién que de acuer­do al fal­l­e­ci­do cos­tum­brista Julio Álvarez Casamay­or, no hubo reg­istros de los fal­l­e­ci­dos, sólo tes­ti­mo­nios orales.

      Esta epi­demia evi­den­ció la necesi­dad de mejo­rar las condi­ciones san­i­tarias en las pobla­ciones del país, y las autori­dades guber­na­men­tales debieron tomar medi­das como: la limpieza de las ciu­dades con el establec­imien­to del aseo urbano, con­struc­ción de acue­duc­tos,  sis­temas de agua potable por tuberías y redes cloa­cales para las vivien­das; y se hizo oblig­a­to­rio la con­struc­ción de letri­nas o baños en las vivien­das. Muchas de estas dis­posi­ciones se eje­cu­taron de man­era tardía, como en el caso de Cabudare.


Fuentes  con­sul­tadas
Bib­li­ográ­fi­cas
Vásquez, Fran­cis­co de Paula. Apunta­ciones para la His­to­ria del Esta­do Lara. 1527–1930. Tipografía Nicolás Vásquez. Bar­quisime­to, 1940. 138 p.
Hemero­grá­fi­cas
Cortez Muji­ca, Hernán. Ano­ta­ciones de la Med­i­c­i­na Larense. En: Revista Poli­clíni­ca. Cara­cas. Vol­u­men XX. No. 123. Pp. 128–150.
Dávi­la, Dora. La Gripe Españo­la de 1918. En: His­to­ria para todos. No. 8. Con­se­jo Nacional de la Cul­tura. Cara­cas, s/f. 32 p.
El Impul­so –Días: 5 ‑8 ‑11 y 12 noviem­bre de 1918   //  31 enero 1919  // 3 – 7 – 10 y 27 de febrero de 1919.
Per­o­zo Pad­ua, Luis Alber­to. La Gripe españo­la dev­astó Venezuela. En: https//correodelara.com

CorreodeLara

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