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La inexplicable demolición del mercado de Barquisimeto

 

Juan José Peralta
Periodista


Nadie ha explicado por qué fue demolido el edificio del mercado municipal de Barquisimeto, nadie lo ha justificado, pero en 1953 fue derribado para construir en su lugar el Edificio Nacional, para asiento de los poderes públicos regionales, la dirección de tránsito y otras oficinas, hoy Palacio de Justicia.

Des­de su ini­cio el mer­ca­do venía mar­ca­do por el sig­no de la des­gra­cia, aunque se trata­ba de una obra de gran cat­e­goría, con­ta­ba en su Enci­clo­pe­dia Larense R.D. Sil­va Uzcátegui quien lo describió como “un sober­bio edi­fi­cio de ladril­los, amplio y esplén­di­da­mente con­stru­i­do”. En su libro Bar­quisime­to, paisaje sen­ti­men­tal de la ciu­dad y su gente Raúl Azpar­ren, lo desta­ca­ba como una de las edi­fi­ca­ciones que con­tribuían el embel­lec­imien­to de la ciu­dad. Se llegó a recono­cer como una de las obras mas desta­cadas de la arqui­tec­tura de fines del XIX.

Aunque no esta­ba en sus com­pe­ten­cias, el gen­er­al Fabri­cio Jac­in­to Lara, hijo del epón­i­mo de la enti­dad y pres­i­dente del esta­do, decidió con­stru­ir un mer­ca­do para la ciu­dad a inau­gu­rarse en 1883, con el cen­te­nario del nata­l­i­cio del Lib­er­ta­dor. No lo con­cluyó por fal­ta de recur­sos. En fecha reciente escribió Juan Car­los Con­tento Gar­cía que cor­re­spondió en 1886 al sigu­iente gob­er­nante, gen­er­al Juan Tomás Pérez, abrir por primera vez las puer­tas del mer­ca­do de Los Cien Arcos, como se lo llamó, jus­to al costa­do este de la actu­al Plaza Bolívar.

No todo era belleza en el inte­ri­or de aquel mer­ca­do munic­i­pal. Los expende­dores eran lle­va­dos a la fuerza a vender y estos se que­ja­ban de la insalu­bri­dad e inse­guri­dad del edificio.

En 1890, el per­iódi­co El Telé­fono –con­ta­ba Con­tento Gar­cía– denun­cia­ba que la carne que se expendía era “increíble­mente mala, fla­ca, de mal gus­to, mal col­or y subido pre­cio”. Por la mala fama adquiri­da, en los alrede­dores las pulperías pro­lif­er­aron y el públi­co las pre­fir­ió al mer­ca­do que los com­er­ciantes fueron abandonando.

Ante la deca­den­cia del mer­ca­do munic­i­pal, en 1935, el gob­er­nador de turno, el gen­er­al tocuyano Vin­cen­cio Pérez Soto ordenó la con­struc­ción de cua­tro “mer­ca­di­tos” e ini­ció las primeras dili­gen­cias, pero le cor­re­spondió al gen­er­al José Rafael Gabaldón hacerlos.

Así nacieron los mer­ca­dos de Alt­a­gra­cia, Bel­la Vista, Cen­tral y El Man­te­co, que fueron susti­tuyen­do las activi­dades del viejo mer­ca­do donde con­ta­ba Azpar­ren existían las “pesas” donde col­ga­ban en gan­chos las reses y car­niceros exper­tos corta­ban con sus afi­la­dos cuchil­los marineros las solic­i­tudes de los par­ro­quianos y mostra­ban “la riqueza hortí­co­la, rep­re­sen­ta­da por los pepinos criol­los, que ya no se con­siguen, mien­tras se exponían, provoca­tivos datos, lefarias, buch­es y semeru­cos, fru­tos de plan­tas xeró­fi­las desa­pare­ci­dos que tam­poco nadie sabe de ellos, aunque todavía se con­siguen semerucos”.

Como escri­biera Sil­va Uzcátegui, des­de su ini­cio el mer­ca­do venía mar­ca­do por el sig­no de la des­gra­cia, has­ta ser demoli­do sin com­pasión, ni siquiera por ser una de las piezas arqui­tec­tóni­cas mas recono­ci­da en su tiempo.

CorreodeLara

Esᴛᴀ́ ᴜsᴛᴇᴅ, ᴅɪsᴛɪɴɢᴜɪᴅᴏ ʟᴇᴄᴛᴏʀ, ᴇɴ ᴛᴇʀʀɪᴛᴏʀɪᴏ ᴅᴇ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ, ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄɪᴠɪʟɪsᴛᴀs, ʏ sᴏʙʀᴇ ᴛᴏᴅᴏ, ᴅᴇ ɢʀᴀɴᴅᴇs ᴀᴄᴏɴᴛᴇᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ϙᴜᴇ ᴍᴀʀᴄᴀʀᴏɴ ᴜɴ ʜɪᴛo

Un comentario en «La inexplicable demolición del mercado de Barquisimeto»

  • bar­quisime­to no tiene dolientes en lo que se refiere a pat­ri­mo­nio his­tori­co, nadie da expli­ca­cion de porque se han der­rib­a­do tan­tas obras arqui­tec­ton­i­cas como por ejem­p­lo la car­cel las tres tor­res, la es tacion de fer­ro­car­riles, el mer­ca­do , la casa natal de tan­tos per­son­ajes his­tori­cos solo dejan una plaqui­ta como recuer­do… una ver­dadera las­ti­ma y sin con­tar las casonas vie­jas que a cada momen­to der­rib­an para hac­er un com­ple­jo res­i­den­cial por eso esta­mos ancla­dos en el sub­de­sar­rol­lo, donde estan los cos­tum­bris­tas, los historiadores,los que se dicen ami­gos de bar­quisime­to , los cro­nistas con tan­ta prepara­cion aca­d­e­m­i­ca y no la ponen al ser­vi­cio del gen­ti­li­cio bar­quisimetano, una trage­dia una ver­dadera trage­dia senores…

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