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La otra mascara libertaria de La Zaragoza 4 siglos después

Freddy Torrealba Z. 
Escritor e investigador 

La mayoría de las expresiones de la cultura popular o folclóricas de nuestros pueblos pasaron al principio por la difícil prueba de su exclusión por el establecimiento sociopolítico imperante. Entre el blanco de esos ataques ha estado la fiesta de La Zaragoza que cada 28 de diciembre se celebra en Sanare. En el siglo XVII arrecia el asedio cuando varios de sus protagonistas son expuestos al escarnio público


El poder imper­ante la con­sid­er­a­ba causa de des­or­den y aten­ta­to­rias con­tra la moral y las bue­nas cos­tum­bres en un especí­fi­co con­tex­to de la sociedad Colo­nial vene­zolana. Por ello el enfoque de esta antigua diver­sión no puede abor­darse al mar­gen del desar­rol­lo históri­co y la nat­u­raleza social de la vida del hom­bre en la sociedad.

De Israel vino  

Este com­ple­jo cul­tur­al tiene dimen­siones uni­ver­sales al igual que el Car­naval. El aporte de lo autóctono es tan­gen­cial a par­tir de lo indí­ge­na cuan­do es trasplan­ta­do por los con­quis­ta­dores españoles a los pobladores nativos de Sanare.

Ese pro­ce­so se gas­ta a par­tir de 1620 cuan­do es fun­da­do Sanare en las estriba­ciones del Sis­tema de los Andes. El mis­mo es evi­dente en lo musi­cal con las mara­cas indí­ge­nas y el pos­te­ri­or can­to del golpe tocuyano y curarigüeño. Es tras el pro­ce­so de la con­quista que se pro­duce la incor­po­ración cul­tur­al de África como parte del sin­cretismo y transculturización. 

Una his­to­ria que se remon­ta a la antigüedad des­de la sociedad esclav­ista pasan­do por el feu­dal­is­mo, cap­i­tal­is­mo y social­is­mo. Su ubi­cación geográ­fi­ca es Europa y Asia donde se bail­a­ba prin­ci­pal­mente en caminos, plazas y calles. Bél­gi­ca, Ale­ma­nia y Aus­tria son algunos de los país­es europeos donde se asen­tó al igual que el Car­naval con sus particularidades.

Orig­i­nal­mente se hacía en hon­or de antiguas divinidades. Pero luego de la Edad Media su epi­cen­tro lo ocu­pan los niños o san­tos inocentes. Aunque el con­tex­to donde se inspi­ra es el pueblo de Israel a la esper­a­do de un lib­er­ador de la dom­i­nación del impe­rio romano. Es allí donde el fer­oz rey Herodes orde­na la matan­za colec­ti­va de los niños recién naci­dos de la cual se sal­va el Niño Jesús al huir sus padres. Es decir, que su ori­gen está vin­cu­la­do a la vio­len­cia de un holo­caus­to en defen­sa de los malé­fi­cos intere­ses del poder. 

Un día de locura y liberación

De acuer­do con Pierre Guiraud una fies­ta nos recuer­da el com­pro­miso ini­cial. Ésta se tra­ta de una fes­tivi­dad cat­a­lo­ga­da por la Igle­sia católi­ca como pagana pese a su con­no­tación reli­giosa, Así se le vin­cu­la al des­or­den y la locu­ra cuan­do los ele­men­tos de las clases sociales sub­al­ter­nas, entre estos los esclavos, sim­bóli­ca­mente se hacían del poder por el lap­so de unas horas. Durante su desar­rol­lo los par­tic­i­pantes cues­tion­a­ban al esta­tus con un lengua­je burle­sco rec­haz­a­do por lis inte­grantes del poder reli­gioso, civ­il y militar. 

En esta fecha se invierte el orden de los val­ores. Es la ocasión para los oprim­i­dos de dar rien­da suelta a sus deseos de lib­eración de las amar­ras del sis­tema social, económi­co, políti­co y cul­tur­al del esclav­is­mo. Estos aprovechan para descono­cer y que­bran­tar el orden, ley, autori­dades, insti­tu­ciones, val­ores, tradi­ciones y ver­dades estable­ci­das por el inapelable dog­ma de una demole­do­ra maquinar­ia sociopolítica.

La Zaragoza tal como se esti­la actual­mente, es muy difer­ente a la de épocas pasa­da como ocur­ría durante el sis­tema del esclav­is­mo con la mate­ri­al­ización de hechos de vio­len­cia.  La misa se cel­e­bra­ba al revés sien­do elegi­do un obis­po loco. Los esclavos se alz­a­ban y toma­ban el poder por asalto eligien­do un rey que al con­cluir la fies­ta era ahorcado.

Aque­l­las eran ver­daderas orgías que escan­dal­iz­a­ban a la Igle­sia católi­ca que enér­gi­ca­mente las pro­híbe en el siglo XVI durante el Renacimien­to. Ese era un día de licen­cia para hac­er lo pro­hibido el resto del año.

La fies­ta real­iza­da en Sanare obser­va sus dis­tan­cias y mod­eración de aque­l­las de nat­u­raleza lib­erti­na. Prin­cip­ia a las cin­co de la mañana para con­tin­uar con la misa, luego el des­file prin­ci­pal y final­mente el encier­ro que mar­ca la des­pe­di­da has­ta el año próximo.

Resul­ta curioso que una cel­e­bración recorda­to­ria de una matan­za haya devenido en des­bor­dante ale­gría y rela­jo. Es por el con­trario la opor­tu­nidad para los pro­tag­o­nistas de hac­er bro­mas, jue­gos, gri­tar a todo pul­món, reír y echar chistes algu­nas veces muy pesa­dos. Sus par­tic­i­pantes olvi­dan por com­ple­to ese hecho por la ausen­cia de dolor y tris­teza y solem­nidad pre­sente úni­ca­mente al momen­to de la misa. Es casi como un con­trasen­ti­do soci­ológi­co y sicológi­co. Una expli­cación podría ser su carác­ter pagano que con­cibe el juego libre y flex­i­ble de la masa.  Quizás en el fenó­meno se impone la máx­i­ma y el espíritu fes­ti­vo de nues­tra gente de que “al mal tiem­po bue­na cara”.

 

Llegan los cambios 

Esta situación con­ll­e­va a la toma de posi­ción de las autori­dades ecle­siás­ti­cas. Es algo así como pon­er orden en casa lla­man­do a la mod­eración. Es luego del Medio­e­vo que se con­vierte en la fies­ta de los niños que se dis­fraz­a­ban de adul­tos para pedir limosnas. Entonces bajo el influ­jo del cris­tian­is­mo es reinterpretada. 

Después en el Nue­vo Mun­do sufrirá otros cam­bios has­ta la actu­al­i­dad for­man­do parte de la tradi­ción cul­tur­al de Venezuela como uno de sus val­ores espir­i­tuales. Es cuan­do los locos dis­fraza­dos asumen el papel de pro­tec­tores de éstos a los que sus padres con­fían con su entre­ga ante el acoso de los soldados.

Como se apre­cia su evolu­ción no ha sido homogénea sino desigual y grad­ual has­ta alcan­zar los nive­les actuales. Es decir, que su desar­rol­lo ha sido con­stante con el dis­cur­rir del tiem­po. Estas varia­ciones indi­can que se tra­ta de un val­or dinámi­co de la cul­tura espir­i­tu­al de nue­stro pueblo. Por tratarse de un fenó­meno humano está suje­to a con­stantes mod­i­fi­ca­ciones. Su real­ización está estrechamente rela­ciona­da con las múlti­ples condi­ciones de cada época lo cual indi­ca el sen­ti­do de adaptación de sus orga­ni­zadores y actores.

El control del poder

Esta diver­sión guar­da var­ios sig­nos ocul­tos des­de sus remo­tos orí­genes. Entre estos ten­emos el de la lucha por hac­erse y con­tro­lar el poder en su diver­si­dad for­mas, a saber: políti­co, económi­co, mil­i­tar, reli­gioso y cultural. 

El día de su cel­e­bración se pone de man­i­fiesto esa dis­pu­ta entre quienes lo poseen y los se pro­po­nen de dis­tin­tas man­eras su con­quista. Hecho que siem­pre ha ocur­ri­do pero que envuelve el sig­nifi­ca­do o hecho que moti­va la festividad.

Lo que en el fon­do se plantea en esa ocasión es la aspiración de los estratos infe­ri­ores de la sociedad de la maquinar­ia de poder. Pre­cisa­mente es lo que sucede en esa fecha en que el capitán asume el man­do del pueblo, de acuer­do como lo expre­sa Isabel Aretz. En Sanare las autori­dades ceden el man­do o poder sim­bóli­ca­mente a sus orga­ni­zadores en rig­urosa jer­ar­quía des­de el capitán mayor.

En la periferia 

En con­se­cuen­cia, su esce­nario prin­ci­pal siem­pre ha sido los caminos, plazas y calles donde se baila en una suerte de cabal­ga­ta como se obser­va cada 28 de diciem­bre en Sanare. Son los ámbitos de los extra­muros como ocur­rió en Venezuela con el Tamu­nangue y el Joropo mar­ca­dos por el establec­imien­to con el sel­lo dis­crim­i­na­ti­vo de lo infamante. 

Una situación que lle­ga has­ta el extremo descal­i­fica­ti­vo de lo sucio, como ocurre en 1749 con el joropo ori­en­tal o golpe estri­bil­lo del esta­do Sucre dura­mente crit­i­ca­do en una orde­nan­za de la Cap­i­tanía General.

En nom­bre de la con­cep­ción de las bel­las artes esta expre­sión del fol­clore fue mal vista en el pasa­do des­de las alturas del poder. Se con­sta­ta en diver­sas medi­das, entre éstas orde­nan­zas, tomadas por las autori­dades en las cuales se les críti­ca, rec­haza y aun se les prohíbe.

La influencia española

Esta fes­tivi­dad es traí­da a Sanare durante la Con­quista por el esta­men­to de los sac­er­dotes durante la expre­sa reli­giosa e ide­ológ­i­ca de la evangelización.

Sucede al difundir los hechos rela­ciona­dos con la matan­za de los infantes eje­cu­ta­da por Herodes en ter­ri­to­rio palesti­no ocu­pa­do por el Impe­rio romano. A los nativos no les que­da otro camino sino acep­tar­lo con res­i­gnación vis­to su situación de desven­ta­ja ante el poder del sta­tus quo que actu­a­ba en nom­bre de la civ­i­lización occi­den­tal y cristiana.

El indí­ge­na y escla­vo africano lo asim­i­lan a su man­era en un pro­ce­so de adaptación de acuer­do con su par­tic­u­lar visión del mun­do en lo filosó­fi­co y reli­gioso. Un hecho explic­a­ble dado que la cul­tura la gen­era y trans­for­ma el hom­bre en su propósi­to por mod­i­ficar el ambi­ente para sobrevivir.

Con todo, no existe ningu­na relación vin­cu­lante entre la mis­ma y la ciu­dad españo­la de Zaragoza ni tam­poco indi­cios de su mate­ri­al­ización en la mis­ma.  Lo que tal vez hubo fue una alusión a dicha ciu­dad durante su prédi­ca por parte de los religiosos.

En Zaragoza. cap­i­tal de Aragón. lo que se cel­e­bra en octubre es la fies­ta del Pilar en que desta­ca el der­roche de flo­res. Sin embar­go, se sabe que en siete regiones de España se efec­túa esta fies­ta sien­do la de Sevil­la la más pare­ci­da a la de Sanare.

Pero la cul­tura his­páni­ca está pre­sente en esta fies­ta pop­u­lar en que desta­ca su espíritu mís­ti­co. Así en Sanare es noto­ria la cel­e­bración de la salve y ora­ciones en for­ma colec­ti­vas al comien­zo. Luego de la pro­ce­sión con la ima­gen de la matan­za se real­iza la misa en la igle­sia San Isidro donde se recibe la ben­di­ción del sac­er­dote. La salve, la misa y pro­ce­siones de san­tos nos vinieron de España tal como lo cono­ce­mos hoy. Es la tran­scul­tur­ización que no siem­pre resul­ta neg­a­ti­va máxime en este mun­do glob­al­iza­do de hoy.

La mitológ­i­ca máscara 

El uso de la más­cara en esta diver­sión le con­fiere ribetes de mitológi­co. La mis­ma está pre­sente en la cul­tura humana des­de tiem­pos antiquísi­mos cuan­do forma­ba parte de ritos reli­giosas. Luego en la Edad Media la Igle­sia tam­bién las uti­liza en sus cer­e­mo­nias. Los grie­gos tam­bién las emplearon en sus obras teatrales. 

La más­cara es dom­i­nante en la escenifi­cación de La Zaragoza. Evi­den­cia la lucha entre el bien y el mal tras la matan­za de los San­tos Inocentes orde­na­da por el rey Herodes que orig­i­na la fes­tivi­dad.  Por ende, su fun­ción es moral al explicar los hechos des­de ese enfoque. Al igual que la lucha entre la vida y la muerte. Aunque con­sti­tuye una expre­sión de la mitología en este cuer­po cul­tur­al, se impone delim­i­tar­lo de la parte históri­ca (real) de los hechos relata­dos como lo fue aque­l­la matan­za en masa de niños. 

Es el ele­men­to dinamizador de esta diver­sión con­for­man­do un sis­tema de creen­cias de los moradores del pueblo de Sanare. En esta diver­sión se jun­tan el mito y la his­to­ria. Pero mito no es his­to­ria sino la nar­ración de acon­te­ceres fan­tás­ti­cos imag­i­na­dos por la mente del hom­bre para ofre­cer una expli­cación del mundo.

Más allá de Sanare

Es nece­sario pre­cis­ar que dicha fies­ta no es exclu­si­va de Sanare. Aunque es allí donde ha logra­do su may­or desar­rol­lo y per­ma­nen­cia. Históri­ca­mente en la región los primeros indi­cios de esta diver­sión son del siglo XVII en El Tocuyo. Allí fue el cen­tro de un escán­da­lo públi­co en una opor­tu­nidad. Las autori­dades reli­giosas y civiles la cues­tion­a­ban por aten­tar con­tra la decen­cia. Por esa causa varias per­sonas de extrac­ción pop­u­lar fueron acu­sadas, al esti­lo inquisi­to­r­i­al de la Edad Media, por las autori­dades.  Los acu­sa­dos no dieron sig­nos de arrepen­timien­to alguno. La calle­jera fies­ta sigu­ió ade­lante sin deten­erse has­ta la actualidad. 

 En varias regiones del país se le cel­e­bra anual­mente. Ésta tam­bién se real­iza en caseríos y pobla­dos del esta­do Carabobo, Agua Blan­ca en Por­tugue­sa, los Andes, Caicara de Maturín y Litoral Cen­tral. En cada una de esas regiones asume una for­ma conc­re­ta en cuan­to a la real­ización de la cer­e­mo­nia reli­giosa, la músi­ca y el baile. 

Es el caso del Litoral Cen­tral donde es evi­dente la pres­en­cia del negro y la mujer tiene el man­do total. En esa zona la tran­scul­tur­ización es muy mar­ca­da con pre­em­i­nen­cia del negro.

Mien­tras que en Caicara de Maturín dom­i­na el ele­men­to indí­ge­na con su ances­tral cuer­po cul­tur­al, entre estos la ves­ti­men­ta y los instru­men­tos musi­cales autóctonos entre otros las mara­cas de fab­ri­cación rudi­men­ta­ria con mate­ria pri­ma de la naturaleza. 

Música, canto, baile y pintura

Esta fies­ta ha inspi­ra­do dos temas musi­cales en el género del golpe bajo el títu­lo de La Zaragoza. El primero es obra de don Pío Alvara­do y su con­jun­to en la modal­i­dad del golpe curarigüeño. El segun­do cor­re­sponde a Los Golper­os del Tocuyo en la onda del golpe tocuyano. Ambos de tono ale­gre expre­san una var­iedad de motivos del hom­bre en su mun­do cotid­i­ano, a saber: el amor por la mujer, riqueza, tra­ba­jo, nego­cios, uso del tiem­po libre. Un tema úni­co con dos letras y rít­mi­cas diferentes. 

Sus letras están muy a tono con el dis­lo­camien­to de la fies­ta. Se tra­ta de una poesía sen­cil­la y colo­quial de efec­to fugaz en su comu­ni­cación. Los bailadores hacen lo suyo en pare­jas o colec­ti­va­mente al son de: ¡Ay Zaragoza!

Rit­mo, poesía y dan­za se dan la mano en este val­or cul­tur­al larense. Un arte de creación colec­ti­va y anón­i­mo que iden­ti­fi­ca al fol­clore pro­duc­to de ele­men­tales pro­ce­sos sin las com­ple­ji­dades de la músi­ca académica.

La pin­tu­ra se hace pre­sente con el cuadro que refle­ja la matan­za de los niños de tono trági­co. Se tra­ta de una obra fig­u­ra­ti­va cuyo con­tex­to arqui­tec­tóni­co es un impo­nente pala­cio lev­an­ta­do por los impe­ri­al­is­tas romanos que la dota de his­tori­cis­mo. Esta creación plás­ti­ca es por­ta­da por el capitán may­or durante la jor­na­da que se desar­rol­la has­ta la lle­ga­da de la noche del 28 de diciembre. 

Organización y proyección internacional

La real­ización de esta diver­sión deman­da un esfuer­zo orga­ni­za­ti­vo de sus par­tic­i­pantes. En la mis­ma rige un orden jerárquico cuyo líder es un capitán con autori­dad para su orga­ni­zación y direc­ción. Capitán may­or y cap­i­tanes menores que se dis­tribuyen las diver­sas activi­dades antes, durante y pos­te­ri­or­mente. Éste es el respon­s­able del con­trol de los detalles de la fes­tivi­dad entre otros la logís­ti­ca, orga­ni­zación de las com­parsas y la búsque­da de los recur­sos económicos.

Sus pro­tag­o­nistas están oblig­a­dos a reg­is­trarse pre­vi­a­mente a man­era de con­trol y evi­tar desór­denes. Tam­bién se efec­túa una colec­ta en el pueblo para garan­ti­zar el finan­ciamien­to económi­co del evento.

Su real­ización es de carác­ter colec­ti­vo muy pro­pio del fol­clore. Sus ofi­ciantes se orga­ni­zación en com­parsas que el 28 de diciem­bre recor­ren las calles de la población de Sanare. En sus comien­zos se supone tuvo mucho de espon­tá­neo para pau­lati­na­mente con­ver­tirse en una man­i­festación artís­ti­ca plan­i­fi­ca­da for­man­do parte de la tradi­ción del munici­pio Andrés Eloy Blan­co. Eso es un ver­dadero des­or­den organizado.

Esta fes­tivi­dad mov­i­liza y con­cen­tra a una numerosa masa de per­sonas de la zona de Sanare, pueb­los cer­canos, otros esta­dos y var­ios país­es. Se cal­cu­la que ese día vis­i­tan la cap­i­tal del munici­pio Andrés Eloy Blan­co aprox­i­mada­mente unas 100 mil per­sonas. Un even­to de proyec­ción inter­na­cional vis­to que algunos vis­i­tantes proce­den de España, Por­tu­gal, Holan­da, Ale­ma­nia, Suiza y Esta­dos Unidos.

Ves­ti­men­ta extrav­a­gante y col­ores vivos
Más­caras e indu­men­taria muy lla­ma­ti­vas por lo estrafalario car­ac­ter­i­zan la fies­ta. Pero curiosa­mente allí rad­i­ca su atrac­ti­vo. El dis­fraz está aso­ci­a­do a lo míti­co con vari­a­dos sig­nifi­ca­dos. Las usadas en La Zaragoza expre­san miedo a la furia de los sol­da­dos romanos y el sufrim­ien­to de las madres ante la ame­naza de la muerte de sus pequeños hijos. De allí el ves­tu­ario de col­ores vivos que rayan en lo extrav­a­gante y grotesco.

Col­ores de tono cáli­do que expre­san vio­len­cia y agre­sión.  Ese fuerte cro­ma­tismo sin duda inci­ta un fuerte y agre­si­vo desen­volvimien­to de sus actores que algu­nas veces deri­va en actos de vio­len­cia como sucedía en la antigüedad.  Aunque tiem­po atrás no falta­ban las tri­ful­cas y ataques entre sus pro­tag­o­nistas que solta­ban esa car­ga energéti­ca reprim­i­da en el subconsciente.

Ello lin­da en una for­ma de bar­ro­co inven­ta­do en la per­ife­ria, pero que fue traí­do de España por la Igle­sia. Lazos, cas­ca­beles y láti­gos resaltan a lo largo de la jor­na­da. Los cas­ca­beles anun­cian la pres­en­cia de los locos en ple­na fae­na y están aso­ci­a­dos a la temi­ble ser­pi­ente de las zonas rurales. Durante su desar­rol­lo Los Zaragozas ingieren bebidas espir­i­tu­osas como el cocuy o ron para estim­u­lar el áni­mo. Al final algunos ter­mi­nan pas­to de la borrachera.

El lado religioso

Como es cono­ci­do des­de tiem­pos inmem­o­rables la Igle­sia la cal­i­fi­ca­ba de pro­fana con lo cual la descal­i­fi­ca­ba y con­den­a­ba al mar­gin­amien­to. A lo largo de la Edad Media pasa por los sins­a­bores del rec­ha­zo ofi­cial del máx­i­mo poder reli­gioso del mundo 

Su prác­ti­ca tropieza con la religión ofi­cial cuida­dosa de sus intere­ses cuan­do la Igle­sia tenía una amplia influ­en­cia en los asun­tos y con­duc­ción del Esta­do. El osa­do que desafi­ara ese poder ter­mina­ba en la ter­ri­ble hoguera de la Inquisi­ción. Sin embar­go, la respues­ta de sus prac­ti­cantes raya­ba en la temeri­dad de retar a ese poder establecido. 

Pero des­de esa instan­cia del arte del pueblo se expresa­ba la creen­cia y fe en un ser supe­ri­or a quien invo­ca­ban en sus ora­ciones, can­tos y ple­garias. Con el paso del tiem­po, a par­tir del renacimien­to, la igle­sia cam­bia de posi­ción para pau­lati­na­mente aceptarla.

El altar de los bajos estratos sociales, nun­ca fal­ta en esta cel­e­bración para con­ferir­le el aporte mís­ti­co. El mis­mo es ador­na­do con: la ima­gen de los san­tos inocentes, flo­res, cruces, sen­cil­los man­te­les y las mis­te­riosas velas prop­i­ci­ado­ras de la oración. En una zona de tradi­ción pro­fun­da­mente reli­giosa, población campesina y agricul­tores resaltan los tes­ti­mo­nios de las prome­sas cumpl­i­das y la invo­cación de favores a los san­tos. La salve, ora­ciones y misa for­man parte de la reli­giosi­dad pop­u­lar de esta fol­clóri­ca diver­sión que des­de los tiem­pos de la Con­quista españo­la acom­paña al pueblo de Sanare.

Un valor del folclore

Sin duda que se tra­ta de una de las más autén­ti­cas expre­siones del fol­clore o cul­tura pop­u­lar vene­zolana crea­do por el hom­bre indí­ge­na y campesino en el pro­ce­so de su diaria dis­cur­rir famil­iar, social y económi­co. Un val­or espir­i­tu­al de nue­stro eco­sis­tema cul­tur­al que con el paso del tiem­po ha alcan­za­do nive­les de sistematización.

Lo indi­ca el hecho de que es un pro­duc­to colec­ti­vo que car­ac­ter­i­za a las diver­siones. Las mis­mas no tienen autor indi­vid­ual cono­ci­do. For­ma parte del uso del tiem­po libre del hom­bre en toda sociedad en que se ded­i­ca al mis­mo al menos ocho horas.

Con­sti­tuye una evi­den­cia de las for­mas de orga­ni­zación social de los primeros pobladores de munici­pio Andrés Eloy Blan­co fun­da­men­ta­da en la acción del grupo famil­iar o colec­ti­vo. Su carác­ter colec­ti­vo tal vez está influ­en­ci­a­do por la propiedad comu­nal de la tier­ra prac­ti­ca­da antes y después de la Con­quista por los indígenas. 

Un val­or cuya trans­misión de gen­eración en gen­eración se ha sopor­ta­do en la pal­abra oral. Eso es lo que le con­fiere esa nat­u­raleza de fol­clóri­co en que lo académi­co cuen­ta muy poco. Lo garan­ti­za la pres­en­cia deci­si­va del hom­bre campesino al igual que obreros rurales en quienes reposa su per­ma­nen­cia en el tiempo

Su con­cep­ción y car­ac­terís­ti­cas enca­jan en lo que el hún­garo Arnold Hauser denom­i­na arte del pueblo de autor anón­i­mo. Un arte prin­ci­pal­mente musi­cal al mar­gen de las cortes y teatros de entonces donde esta­ba vetado.

Son varias for­mas de referirse a un hecho cul­tur­al cuyo sig­nifi­ca­do es sim­i­lar. Su denom­i­nación no es úni­ca, sino que abar­ca varias, a saber:  La Zaragoza, Los Zaragozas. Locaima, Las Locaimas y San­tos Inocentes. 

Cabe destacar que con­sti­tuye una diver­sión de aire muy agi­ta­ti­va y movi­ble a lo largo de su desar­rol­lo en ple­na calle. Ello más la vis­tosi­dad de los dis­fraces por sus cáli­dos col­ores en una zona mon­tañosa de cli­ma frío. La Zaragoza con­sume el día de su cel­e­bración un prome­dio de doce horas

Legado de rebeldía y libertad 

Tal vez el may­or sig­nifi­ca­do de este val­or de la cul­tura pop­u­lar vene­zolana es el de ser el tes­ti­mo­nio de la rebeldía de unos pueb­los ansiosos de lib­er­tad. Encier­ra un pro­fun­do men­saje de lucha que tra­sciende lo pura­mente reli­gioso y fes­ti­vo en sociedades que nega­ban al hom­bre su ple­na real­ización, entre éstas la esclav­ista y feudal.

Ello más la sol­i­dari­dad y com­pañeris­mo que se man­i­festa­ban ese día, aunque por el lap­so de unas pocas horas en que los de desh­ereda­dos de la tier­ra toma­ban el cielo por asalto. Esa lucha por la vida y la lib­er­tad a lo que el hom­bre está con­de­na­do. Es parte de la heren­cia cul­tur­al de Sanare 400 años después de su fun­dación en 1620 por Fran­cis­co de la Hoz Berrios.


Lamentable colofón

Ha muer­to la cap­i­tana may­or de la Zaragoza de Sanare, María Vale­ria González.

A los 68 años fal­l­ece el 29 de noviem­bre en el hos­pi­tal de Sanare a con­se­cuen­cia de una afec­ción de salud.

Durante más de 50 años le cor­re­spondió orga­ni­zar esta fiesta 

Se tra­ta de una autén­ti­ca cul­to­ra de nue­stro fol­clore y per­sona con alto sen­ti­do de servicio

María Vale­ria González era una mujer de retos vis­to que despeñó sus activi­dades en un medio pro­fun­da­mente machista 

No obstante, todos los 28 de diciem­bre se le observ­a­ba por calles de Sanare por­tan­do la emblemáti­ca ima­gen de los san­tos inocentes.


Foto de por­ta­da: ¡AY ZARAGOZA! FECHA: 28/12/2012 Reportero grá­fi­co Edick­son Durán

Ref­er­en­cias Bibliográficas
Isabel Aretz. Man­u­al de fol­clore vene­zolano. Cara­cas. Insti­tu­to Nacional de Cul­tura y Bel­las Artes. 1969.
Sid­ney Aranguren. El Vigiadero. Bar­quisime­to. FUNDACULTURA/GOBERNACIÓN DEL ESTADO LARA. 1991. 
Yeo Cruz. La fies­ta de los Zaragozas en el esta­do Lara. Barquisimeto. 
Pierre Guiraud. La Semi­ología. Lima. Stadium.
Arnold Hauser. Intro­duc­ción a la His­to­ria del Arte. Madrid. Guader­ra­ma. 1972.

CorreodeLara

Esᴛᴀ́ ᴜsᴛᴇᴅ, ᴅɪsᴛɪɴɢᴜɪᴅᴏ ʟᴇᴄᴛᴏʀ, ᴇɴ ᴛᴇʀʀɪᴛᴏʀɪᴏ ᴅᴇ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ, ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄɪᴠɪʟɪsᴛᴀs, ʏ sᴏʙʀᴇ ᴛᴏᴅᴏ, ᴅᴇ ɢʀᴀɴᴅᴇs ᴀᴄᴏɴᴛᴇᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ϙᴜᴇ ᴍᴀʀᴄᴀʀᴏɴ ᴜɴ ʜɪᴛo

Un comentario en «La otra mascara libertaria de La Zaragoza 4 siglos después»

  • Muy buen tra­ba­jo inves­tiga­ti­vo del peri­odista e his­to­ri­ador Fred­dy Tor­re­al­ba Z.
    Lo enfo­ca des­de la per­spec­ti­va históri­ca y soci­ológ­i­ca más allá de lo puramente
    anecdóti­co y cronológico.
    Aho­ra sabe­mos de nuevos ele­men­tos de esta fies­ta pop­u­lar sanareña
    El uso del teóri­co del arte Arnold Hauser indi­ca moverse por las coor­de­nadas del mate­ri­al­is­mo históri­co que el autor conoce.
    Felic­ita­ciones a la direc­ti­va y todo el equipo del Correo de Lara.com por la cal­i­dad de sus trabajos
    Y tam­bién los buenos deseos por una feliz navi­dad y año nuevo.

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