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La pasión por las carreras de caballos en Lara

Luis Alberto Perozo Padua
Periodista y escritor
luisalbertoperozopadua@gmail.com
IG/TW: @LuisPerozoPadua

Para Giuseppe Santulli, 
por regalarle tantas alegrías a mi gente de Cabudare y Barquisimeto, 
pero, sobre todo, por vivir entre carreras y caballos

El espec­tácu­lo de las car­reras de cabal­los ha sido una ardorosa pasión cuyo ori­gen se remon­ta a las cul­turas mile­nar­ias de Chi­na y la penín­su­la arábi­ca. Emo­ción, diver­sión, entreten­imien­to, momen­tos de ten­sión y sins­a­bores con­fig­u­raron el mun­do del hip­is­mo en Venezuela. Los más velo­ces y entre­na­dos ejem­plares y sus épi­cas haz­a­ñas fueron ampli­a­mente reseña­dos, lo que pron­to se con­vir­tió en un pat­ri­mo­nio, inmor­tal­izán­dose para muchos y rel­e­ga­do en el olvi­do para otros tantos.

El acu­cioso his­to­ri­ador Rafael Arráiz Luc­ca, en su libro El Hip­is­mo en Venezuela, describe que esta prác­ti­ca se remon­ta en Venezuela a la época de la lucha por la Inde­pen­den­cia, conc­re­ta­mente durante la guer­ra con­tra las tropas real­is­tas cuan­do en 1817, se for­malizaron las primeras com­pe­ten­cias entre equinos, orga­ni­zadas por ofi­ciales de la épi­ca Legión Británica.

Además, da cuen­ta que los primeros hipó­dro­mos y sus estruc­turas fun­cionales fueron El Callao (1876), Sabana Grande (1882 y 1886), El Paraí­so (1908) y La Limpia (1948), has­ta lle­gar a la eta­pa dora­da de las car­reras y su evolu­ción defin­i­ti­va con la aper­tu­ra del mod­er­no hipó­dro­mo La Rin­cona­da (1959). Más tarde se edi­fi­caría el de Valen­cia (HINAVA) en 1983 y el hipó­dro­mo zuliano de San­ta Rita en 1988.

Cono dato curioso, el inves­ti­gador men­ciona que existieron tres fig­uras de renom­bre para el país como lo fueron el his­to­ri­ador y pres­i­dente encar­ga­do de Venezuela, José Gil For­toul, Martín Tovar y Tovar y Arturo Miche­le­na, quienes estu­vieron vin­cu­la­dos direc­ta­mente al movimien­to hípi­co en Venezuela: el primero llegó a ser Juez de línea en el hipó­dro­mo de Sabana Grande en 1899, el segun­do fue fanáti­co y propi­etario de cabal­los; y el ter­cero, fue parte de la nómi­na de propi­etar­ios de la época, al tiem­po que dedicó obras de arte com­ple­tas a inmor­talizar las car­reras de la pista de Sabana Grande (1896). No se puede sosla­yar la vehe­mente pres­en­cia del dic­ta­dor Juan Vicente Gómez, y su fer­vor por las car­reras, cuyos cabal­los siem­pre com­petían ‑sin obje­ción alguna‑, con el número 1.

Jac­in­to Lara de Cabudare

Los gri­tos y la algar­abía se podían escuchar a kilómet­ros de la pista de car­reras apos­ta­da en las fal­das del majes­tu­oso Tere­paima, en ter­renos de la ances­tral Hacien­da La Mata, de don Julio Alvara­do Sil­va. Cada fin de sem­ana, las pequeñas gradas del óva­lo de Cabu­dare, se atesta­ba de espec­ta­dores que acud­ían a dis­fru­tar y con­tem­plar las emo­cio­nantes car­reras de cabal­los, cel­e­bradas des­de 1970 has­ta enero de 1974, cuan­do tuvo que ser clausurado.

Miguel San­tul­li, naci­do y cri­a­do en el mun­do del hip­is­mo, por for­tu­na grabó en su memo­ria y plas­mó con una pequeña cámara Kodak para la pos­teri­dad, mucho de los glo­riosos episo­dios de la epopeya hípi­ca desar­rol­la­da en Cabu­dare y pos­te­ri­or­mente en Barquisimeto.

Gus­ta­vo Car­mona al cen­tro con el tro­feo tras ganar el campe­ona­to en el Hipó­dro­mo Jac­in­to Lara de Cabudare

El hipó­dro­mo Jac­in­to Lara disponía de una pista con un óva­lo de 1.200 met­ros, en donde se real­iz­a­ban car­reras todos los sába­dos y domin­go, con un total de 5 com­pe­ten­cias por día.

Describe San­tul­li que en ese pequeño pero con­cur­ri­do óva­lo, se escenifi­caron clási­cos de noto­ria rel­e­van­cia como: Día del Ejerci­to y Gob­er­nador del Esta­do Lara, entre otros, adi­cio­nan­do que el dueño de dicho hipó­dro­mo, don Emilio Loza­da, era un recono­ci­do cri­ador y propi­etario de var­ios haras de cabal­los y fin­cas que existieron en el esta­do Lara, “como el Haras Las Trini­tarias, Haras Agua Miel (asen­ta­do en el esta­do Yaracuy) que era propiedad de Gus­ta­vo Car­mona (cri­ador y propi­etario) en sociedad con Dim­itri Rifel; ; Haras Los Crepús­cu­los, Haras Monte Vergi­ni, Haras El Rincón, entre otros. La may­oría de estos haras comen­zaron a fun­cionar a medi­a­do y finales de los años setenta”.

El Tim­o­ra­to, tras ganar el Clási­co Día del Ejérci­to, en dis­tan­cia de 1.800 met­ros, cel­e­bra­do en el Hipó­dro­mo Jac­in­to Lara, Cabu­dare 1971, con la mon­ta de J. Ramones y entre­namien­to de Giuseppe Santulli

Los cabal­los de EL IMPULSO

Giuseppe San­tul­li era el entre­nador ofi­cial del haras de la famil­ia Car­mona, los fun­dadores del cen­te­nario Diario EL IMPULSO. Nar­ra Miguel San­tul­li que, en Bar­quisime­to, los Car­mona tuvieron muchos y buenos cabal­los que, al par­tic­i­par en car­reras inscritas en el Insti­tu­to Nacional de Hipó­dro­mos, INH, sus jock­eys se dis­tin­guían de los demás. Usa­ban atuen­dos “impeca­bles” cuyos col­ores eran cha­que­ta azul con cír­cu­los amar­il­los y pan­talón blan­co. Antes, el 16 de mayo de 1937, los her­manos Car­mona debu­taron con los col­ores que serían cono­ci­dos años más tarde como los del Stud Papá Juan, pero en ese momen­to era Stud Gus­ta­vo Anto­nio Car­mona. El Stud Papá Juan, de Gus­ta­vo y Fed­eri­co Car­mona, nom­bre en hon­or al padre de ambos, apare­ció en 1962, con el tri­un­fante ejem­plar Rompemar.

Un nue­vo óva­lo, el Bar­quisime­to

Después de casi un año de activi­dad hípi­ca en el esta­do Lara (1975) se reunieron Francesco San­tul­li, Giuseppe San­tul­li (abue­lo y padre de nue­stro entre­vis­ta­do), y nueve socios más como eran Leon­cio Capo­bian­co Delu­cas, Daniel Ambro­sio y Gus­ta­vo Car­mona, entre otros, con el firme obje­ti­vo de adquirir un solar a las afueras de Bar­quisime­to, conc­re­ta­mente en el kilómetro 19 vía Quí­bor, para con­stru­ir el nue­vo hipó­dro­mo del esta­do Lara.

Pero para la nue­va empre­sa los mis­mos socios fungieron como inge­nieros y mae­stros de obra, y los jinetes y entre­nadores ayu­daron con los tra­ba­jos de albañil­ería, todos con­testes para hac­er posi­ble el sueño de las car­reras de cabal­lo como deporte oficial.

El nove­doso Hipó­dro­mo Bar­quisime­to fue inau­gu­ra­do a medi­a­dos de 1975, con una pista de un óva­lo de 1.400 met­ros cat­a­lo­ga­da como una de las mejores de los hipó­dro­mos de provin­cia, en donde se realizaron des­de su cer­e­mo­nia inau­gur­al, car­reras todos los domin­gos con un total de 4 a 5 com­pe­ten­cias con una pro­gra­mación clási­ca al año, bien nutri­da y con un pote de pre­mios may­or que el resto de los hipó­dro­mos de provin­cias como eran el de Paraguaná y Ciu­dad Bolí­var, toda vez que la afi­ción de Bar­quisime­to era cuantiosa.

Meta del mod­er­no óva­lo de Barquisimeto

No había un domin­go que no se ates­taran las tri­bunas has­ta el pun­to de no dar abas­to, lo que gen­er­a­ba que el públi­co rodeara la pista y otros espa­cios. Uno de los sitios predilec­tos ‑cuan­do ya no había otro espa­cio para dis­fru­tar de las emo­cio­nantes carreras‑, era la loma de una lagu­na situ­a­da en la entra­da de la rec­ta final.

El Hipó­dro­mo Bar­quisime­to estu­vo acti­vo, sin inter­rup­ción, has­ta 1986, que por prob­le­mas con el Gob­ier­no region­al y local deci­den cer­rar­lo. Luego tuvo una pequeña reaper­tu­ra entre 1989 y 1991 cuan­do fue renta­do a un con­sor­cio de japone­ses que realizaron car­reras muy pobres y con pocos caballos.

Para ese entonces, los socios, des­gas­ta­dos por las tra­bas buro­cráti­cas y los exce­sivos impuestos munic­i­pales, comen­zaron a ges­tionar la ven­ta de los ter­renos del hipó­dro­mo con el argu­men­to que ya el nego­cio no era rentable.

Por su parte, Giuseppe San­tul­li sigu­ió sus labores de entre­nador en Bar­quisime­to has­ta febrero de 1983 con su licen­cia para entre­nar en los hipó­dro­mos adscritos al Insti­tu­to Nacional de Hipó­dro­mos des­de el año 1978.

Cuan­do inau­gu­ran el Hipó­dro­mo de Valen­cia, San­tul­li decide mar­charse de Bar­quisime­to pese a su bue­na racha como líder entre­nador por muchos años, en el Jac­in­to Lara entre 1972 y 1973, y en el nue­vo hipó­dro­mo como campeón des­de 1975 has­ta 1981.

Tor­re­jón era propiedad de Fed­eri­co Car­mona. Ganó el Clási­co Simón Bolí­var, y lo hizo en for­ma con­tun­dente, “en la rec­ta final sabía que Tor­re­jón gan­a­ba”. Fue Cabal­lo del Año y Campeón tre­sañero en 1978

De los entre­nadores fue el pro­fe­sion­al que más títu­los y vic­to­rias con­quistó en el esta­do Lara, alcan­zan­do más de 500 car­reras y el primer entre­nador en incur­sion­ar en los hipó­dro­mos nacionales como La Rin­cona­da y Valen­cia, además de ser el úni­co entre­nador de Lara en ganar y hac­er cam­paña en Esta­dos Unidos, en los hipó­dro­mos de Gulf­stream Park, Tam­pa Bay, Bel­mont Park y Acue­duc, estos dos últi­mos en el esta­do de Nue­va York.

Pero Giuseppe San­tul­li no ter­mi­na de reti­rarse. Es su pasión, por tan­to, no clau­di­ca. Aún está por allí, obser­van­do cabal­los, “guer­re­an­do del decir de los vene­zolanos”, el viejo ya con 71 años.


Fotos: Colec­ción de Miguel San­tul­li / Archi­vo Diario EL IMPULSO

Fuente: Arráiz Luc­ca, Rafael. El Hip­is­mo en Venezuela. Cara­cas: Edi­ciones B Venezuela, 2016. 103 págs.
Michael Mederos. Anéc­do­tas Hípi­cas Vene­zolanas: Fed­eri­co Car­mona Per­era, Un hípi­co como pocos. Mar­zo 2006. www.anecdotashipicas.net
Entre­vista a Miguel San­tul­li. Julio 21 de 2021

CorreodeLara

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