La plaza mayor de Barquisimeto
Omar Garmendia
Cronista y escritor
Las plazas de las ciudades europeas conocidas por los conquistadores provenían de la época medieval. Tales plazas eran de formas, tipos y dimensiones muy variadas, originadas por las dimensiones de las calles, aspectos y tamaños de las manzanas, así como también de la ocupación y las características de los edificios en cuanto a lo formal y sus dimensiones, además de la falta de organización estructural del espacio urbano en la España medieval y de la compleja e irregular organización espacial
El esquema clásico dentro de la inclusión de la Plaza Mayor en el entramado citadino proporciona el discernimiento del papel que cumple el espacio vacío de la plaza, desde donde parten, en forma más o menos equidistantes, las calles por sus cuatro esquinas hasta conformar una disposición de conjunto: dos calles por cada esquina y cuatro manzanas por cada lado delimitan el espacio de la plaza. En lo relacionado con Barquisimeto, el plano dibujado a mano alzada muestra la disposición cuadricular de la naciente ciudad de Nueva Segovia de Barquisimeto.
La plaza vacía
A la Plaza Mayor la rodeaba la iglesia, el Ayuntamiento, gobernación y casas civiles y comerciales, aunque la distribución en el plano no era la misma siempre, existiendo ciertas variantes. La división en parcelas o solares en el interior de las manzanas tuvo diversos desarrollos en cada ciudad (Nicolini, s/f. p. 108). Un detalle especial era que en los lados de la plaza y las calles que partían de sus ángulos se construían a veces arcadas donde se ubicaban comercios y tiendas (Hardoy, s/f. p. 4), como el caso de la Plaza Mayor de Caracas. El primer mercado de Barquisimeto funcionaba en el terreno de la Plaza Mayor, ubicado al costado sur de la iglesia de la Inmaculada Concepción, constituido por las coloniales galerías destruidas durante el terremoto de 1812.
La iglesia dentro de la plaza
En la ciudad de Barquisimeto llama la atención que la iglesia no se encuentre ubicada a un lado de la Plaza Mayor o frente a ella como era lo acostumbrado, sino dentro de la misma, en la esquina noroccidental del cuadrilátero que conforma la manzana de la plaza. Este hecho no resulta extraño, pues en en las ordenanzas del rey Felipe II, el modelo de ciudad disponía los elementos que precisaban el trazado tipo tablero de ajedrez, que procuraba la construcción de manzanas cuadradas o rectangulares a partir de la Plaza Mayor. En ocasiones, la iglesia se construía dentro de la plaza, ocupando parte del espacio vacío, como en el caso de ciudades de Barquisimeto y Santo Domingo en la República Dominicana.
¿Dónde quedaba la Plaza Mayor?
El espacio existente al sur de la iglesia Concepción constituía al principio parte del centro de la ciudad en su último traslado, mientras que la actual plaza Bolívar (antes llamada plaza Miranda), se formó con la demolición y remoción de los escombros de las construcciones existentes, producto del terremoto de 1812 y además de la necesidad de extenderse hacia el norte, por lo que el punto original de la ciudad aparece desplazado hacia la orilla (Gormsen, Erdmann, p. 34). La Plaza Mayor de Barquisimeto quedaba entonces en la cuadra comprendida entre las carreras 15 y 16 y las calles 25 y 26. Parte de ese terreno de la Plaza Mayor es el que hoy vemos frente al edificio del Museo de Barquisimeto, carrera 15 de por medio.
Es curioso observar que la Plaza Mayor de Barquisimeto, aun habiendo mucho espacio plano y descampado hacia el norte del borde de la meseta, donde se hubiera previsto el futuro crecimiento de la urbe en forma equidistante hacia los cuatro puntos cardinales, se haya trazado a pocos metros de la orilla sur de la planicie. Esto se debió, probablemente, a factores naturales como lo eran la cercanía de las fuentes de agua y las comunicaciones.
El cronista Ramón Querales (2010) cita un documento fechado el 12 de noviembre de 1831 el cual se trata de una carta del Jefe Político del Cantón Barquisimeto, Hilario Sistiaga, dirigida al Vicario Capitular, en donde de manifestaba la solicitud por parte de muchos vecinos y ciudadanos notables, así como del Síndico Procurador Municipal, la necesidad de determinar y delimitar un nuevo terreno para la construcción de la nueva iglesia parroquial,
“detestando el lugar en que se halla principiado desde 1817 sobre los cimientos de la antigua que destruyó el terremoto del año de 1812 por ser un desierto que a distancia de tres cuadras por lo menos en circunferencia, solo hay dos casas pertenecientes la una al párroco José Antonio Meleán y la otra al Pbro. Mtro. Macario Yépez” (p. 100).
Lo que se quiere decir con esto es que el espacio que ocupaba la Plaza Mayor con las únicas ruinas de la iglesia parroquial (La Concepción) en su interior, no tenía otras construcciones adicionales por ser ese terreno un espacio vacío.
Más que un espacio vacío, la Plaza Mayor española respondía a la necesidad de lugares concretos para la comunicación de la gente que se reúne para conversar, hacer negocios en el mercado o simplemente caminar y relacionarse socialmente, como lo fue en el pasado la acrópolis y el ágora griegas y el foro romano.
REFERENCIAS
Gormsen, Erdmann (1965). Una ciudad mercantil en Venezuela. Caracas:Editorial Arte
Hardoy, Jorge (s/f). La forma de las ciudades coloniales en Hispanoamérica. Argentina: Universidad de Buenos Aires
Nicolini, Alberto (s/f). La ciudad hispanoamericana en los siglos XVII y XVIII. Argentina: Universidad de Tucumán.
Querales, Ramón (2010). Reparaciones a la historiografía del estado Lara. Barquisimeto: CONCULTURA