Crónicas

La Sagrada fue el cuerpo represivo del régimen de Juan Vicente Gómez

Luis Alberto Perozo Padua
Periodista y cronista
luisperozop@hotmail.com
IG/TW: @LuisPerozoPadua

No te metas con ellos que son sagra­dos”, de allí surgió el nom­bre del temi­ble cuer­po repre­si­vo del rég­i­men dic­ta­to­r­i­al del gen­er­al Juan Vicente Gómez, quienes luego se les iden­ti­ficó como “La Sagra­da” y eran los cus­to­dios del Ben­eméri­to presidente.

Este ser­vi­cio de inteligen­cia per­son­al se car­ac­ter­izó por la apli­cación de una fuerte y temi­ble repre­sión a la disiden­cia, pero tam­bién vig­i­la­ba con frenéti­co escru­ti­nio cada movimien­to de los acól­i­tos al rég­i­men para lograr impon­er la “unión, paz y tra­ba­jo”, de lo que tan­to alarde­a­ba Gómez. Eran en gran medi­da, fun­cionar­ios intocables.

La Sagra­da en for­ma­ción durante una para­da mil­i­tar en los Valles de Aragua

En prin­ci­pio, todos provenían de una mis­ma local­i­dad: Capa­cho, esta­do Táchi­ra, donde el entonces pres­i­dente Cipri­ano Cas­tro había reclu­ta­do a un sig­ni­fica­ti­vo número de hom­bres para for­mar parte de su guardia per­son­al, según repor­ta el pro­fe­sor Ph.D. Ger­mán José Guía Caripe en su mag­ní­fi­ca inves­ti­gación tit­u­la­da Los Chácharos del gome­cis­mo, artícu­lo inser­to en la revista El Desafío de la His­to­ria en su edi­ción número 43.

Retra­ta Guía Caripe, que el ras­go car­ac­terís­ti­co de la nue­va guardia pres­i­den­cial será la leal­tad incondi­cional al jefe de la causa. No obstante, con el dis­tan­ci­amien­to entre el pres­i­dente Cas­tro y su com­padre Gómez, este últi­mo pasó a ser el pro­tec­tor de los tachirens­es que téc­ni­ca­mente ya esta­ban sien­do desplaza­dos del rég­i­men del Cabito. 

Algunos eran ofi­ciales y sol­da­dos dados de baja que luego acud­ían a Gómez en bus­ca de ayu­da para sub­si­s­tir. Jus­ta­mente, estos serán los hom­bres que más tarde uti­lizaría el Ben­eméri­to para for­mar su pri­van­za poli­cial, señala el inves­ti­gador para El Desafío de la His­to­ria.

A juicio de la his­to­ri­ado­ra Inés Quin­tero, era muy común que muchos caudil­los vene­zolanos tendían a rodearse de estos gru­pos de “fidel­i­dad per­runa”, así lo habían hecho José Tadeo Mon­a­gas cuan­do llevó a Cara­cas sus huestes de ori­en­tales, Juan Crisós­to­mo Fal­cón con su cohorte de “cabezones cori­anos” y Fran­cis­co Linares Alcán­tara fran­quea­do de “mozos aragüeños”.

La Sagra­da guardia per­son­al del gen­er­al Ben­e­mer­i­to Juan Vicente Gomez cus­tio­dianto el Con­gre­so Nacional en los años 20

Escogi­dos con rigor

Para 1905, cuan­do ya Gómez, quien era vicepres­i­dente de la Repúbli­ca, comen­z­a­ba a lucubrar cómo quedarse con el poder, recibió del coro­nel Eloy “el indio” Tara­zona, su lugarte­niente, un informe donde le explic­a­ba que los caraque­ños reprob­a­ban la pres­en­cia de los andi­nos en el poder: “en las calles nos repu­di­an y somos obje­to has­ta de burlas”, expresó ´el indio´ Tarazona.

Gómez enarde­ci­do por el sinie­stro esce­nario y con miras a robuste­cer su poder frente al Cabito, le encomien­da a Tara­zona “reclute gente de mi con­fi­an­za”, por lo que él indio´ abor­dó un vapor des­de La Guaira has­ta Curazao y des­de allí has­ta Mara­cai­bo, des­de donde subirá a otro bar­co en Encon­tra­do sobre el río Cata­tum­bo que lo con­ducirá has­ta el Táchira.

Des­de San Anto­nio y en los pueb­los de Capa­cho, Pre­gonero, La Gri­ta y El Zum­bador, Tara­zona bus­cará los can­didatos para la nue­va guardia selec­cio­nan­do a los mejores cien hom­bres, que trasladó en bar­co y fer­ro­car­ril, has­ta Cara­cas. Tam­bién llevó cabal­los, nuevos rifles y muchas municiones.

Sem­braron el terror

Una bue­na noche, el silen­cio noc­turno se ve per­tur­ba­do por los retum­bantes cas­cos de los cas­cos de los briosos cabal­los de la nue­va patrul­la mon­ta­da que recorre las par­ro­quias de San Juan y San José.

Espeluz­nante se veían aque­l­los hom­bres tra­jea­d­os con liquiliqui y ter­ci­a­dos con fusiles máuseres, revólveres 38 y afi­la­dos machetes. Limpian las calles de bor­ra­chos, mendi­gos y pros­ti­tu­tas, quienes sufren la repre­sión más fer­oz. En los años sigu­ientes pasaran de 100 hom­bres a más de 300.

La fama de La Sagra­da ter­mi­nará de ocur­rir el 28 de octubre, onomás­ti­co de San Simón, cuan­do un grupo de alboro­ta­dos en la esquina de Capuchi­nos, pro­movió descara­da burla al Ben­eméri­to pres­i­dente y su gabi­nete, fue entonces cuan­do de la nada apare­ció La Sagra­da “repar­tien­do plana­zos y rola­zos” infringien­do vio­len­ta repre­sión con cepo inclu­i­do y seis meses de encier­ro en La Rotun­da. Nun­ca se supo con certeza el sal­do de los eje­cu­ta­dos y desa­pare­ci­dos por La Sagra­da durante el manda­to de Gómez, pero si se sabe que fueron cientos.

La Sagra­da patrul­lan­do las calles de Caracas

Nun­ca hablaban

En un intere­sante artícu­lo inti­t­u­la­do “La Sagra­da” la primera orga­ni­zación poli­cial cono­ci­da en la his­to­ria de Venezuela, inser­to en el sitio de Inter­net Venezuela Inmor­tal, podemos leer que el cineas­ta español Juan Martínez Pozue­ta, describe a La Sagra­da como: “era un cuer­po muy dis­ci­plina­do, cualquiera diría que eran mudos, porque nun­ca habla­ban, monta­ban cabal­gaduras de muy poca alza­da, sin cas­co ni casquil­lo, eran tal, que cam­ina­ban por la calle y nadie sabía que había un ejérci­to de sagra­dos detrás de uno. Eran descon­fi­a­dos, pre­cavi­dos en todo, usa­ban un fusil recor­ta­do que se llam­a­ba mos­quetón y lo car­ga­ban siem­pre apre­ta­do en la cin­tu­ra, en un caso de apuro rod­a­ban la mano, sin mover la posi­ción de la rien­da del cabal­lo ya esta­ban lis­tos para dis­parar con increíble pun­tería(…) Eran tan descon­fi­a­dos que has­ta para beber agua con una mano sujeta­ban el cabal­lo y con la otra el mos­quetón lis­tos para dis­parar (…) Vestían Liquiliqui, llev­a­ban siem­pre una car­tuchera de lona con una pila de car­tu­chos (…) eran unos tipos muy efec­tivos en sus ataques, muy silen­ciosos, poco corte­ses, muy vio­len­tos y no se quita­ban el som­brero ni para dormir”.


Fuente: Ger­mán José Guía Caripe. Los chácharos del gome­cis­mo. Revista El Desafío de la His­to­ria. Número 43. Cara­cas, Venezuela 2013.

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Un comentario en «La Sagrada fue el cuerpo represivo del régimen de Juan Vicente Gómez»

  • Hola bue­nas noches como podría saber de la famil­ia Díaz Ortiz de Yaritagua mi padre julio José Fon­se­ca Nació en Yaritagua un 07/04/1931
    su padre Six­to Díaz Ortiz quisiera obten­er infor­ma­ción me podrían ayu­dar de ante­mano muchas
    Vivian Fon­se­ca gracias

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