Crónicas

Las bombas de gasolina en Barquisimeto

 

Omar Garmendia
Cronista y escritor

En los inicios del automovilismo en Barquisimeto hacia 1910, al ser los vehículos importados, así como los repuestos, la gasolina, aceites y lubricantes, también lo eran. La gasolina se expendía en latas de un galón y hasta en envases de 18 o 20 litros y se podían adquirir en las pulperías, al igual que ciertos repuestos y accesorios


Las cajas de 18 litros “sel­lo azul” de 73 octanos se vendían en 20 bolí­vares y la “sel­lo rojo” a 23, de 79 octanos. Has­ta bien avan­za­do el año 30, en Venezuela se con­sumía la gasoli­na Wico, que traía la West India Oil Co. Un tam­bor Wico de 36 litros valía 70 bolí­vares. Todo auto­movilista tenía la obligación, de lle­var su pro­pio com­bustible, porque no en todos los pobla­dos se vendía y no había ni una sola bom­ba o sur­tidor de gasoli­na en esos lar­gos trayectos.

 

Primera bom­ba de gasoli­na mod­er­na en el camino que con­duce de Bar­quisime­to a El Tocuyo ( copi­a­da del libro del escritor Larense Her­nann Garmendia


En 1925–1930, la Stan­dard Oil Co. implan­tó las primeras bom­bas en los gara­jes y sitios estratégi­cos en Cara­cas, así como a la entra­da y sal­i­da de las pobla­ciones en el inte­ri­or del país. Las bom­bas insta­l­adas por las petrol­eras fun­ciona­ban por gravedad. Era nece­sario escur­rir la manguera a fin de vaciar todo el con­tenido en el tanque.

Existían las bom­bas man­uales de gasoli­na fab­ri­cadas por Gilbert & Bak­er de 40 litros. Su cilin­dro supe­ri­or de vidrio se llen­a­ba bombe­an­do con una palan­ca en la parte infe­ri­or del arte­fac­to que, al mover la la bom­ba de suc­ción, llen­a­ba el cilin­dro de vidrio. Se suc­ciona­ba la gasoli­na des­de un tanque sub­ter­rá­neo, cuya capaci­dad total no iba nun­ca más allá de los dos mil litros. Al abrir la válvu­la de la manguera, la gasoli­na baja­ba por gravedad, a través del tubo de descarga.

Aspec­to del Mer­ca­do Públi­co de Bar­quisime­to y la bom­ba de gasoli­na de la ciudad


En Bar­quisime­to se insta­laron estos sur­tidores. Uno de ellos esta­ba ubi­ca­do hacia el lado norte del Mer­ca­do Munic­i­pal, por la car­rera 17 hacien­do esquina con la calle 25 (esquina sureste). En una especie de glo­ri­eta se obser­va el sur­tidor de gasoli­na que lle­va el nom­bre de Lagopet (com­pañía rad­i­ca­da en Mara­cai­bo) e inclu­so se obser­va la manguera del mis­mo y arri­ba aparece el nom­bre de Este­ban Ramón París, ben­e­fi­cia­rio de con­ce­siones petrol­eras en la época de Juan Vicente Gómez. Otro sur­tidor de gasoli­na esta­ba colo­ca­do por el lado sur del Mer­ca­do Munic­i­pal de Bar­quisime­to en la car­rera 16 esquina de la calle 24. Estas fotografías están con­tenidas en la memo­ria grá­fi­ca sobre obras eje­cu­tadas por Juan Vicente Gómez en 1929.


Fuentes doc­u­men­tales consultadas:
Schael, Guiller­mo J. (1982). Apuntes para la his­to­ria del auto­movil­is­mo. Cara­cas.
Schael, Alfre­do (2008). Automóviles y caminos. Seguros Cara­cas: Fun­dación Museo del Transporte.
Gar­men­dia, Her­mann (1969).Soci­ología pin­toresca de Barquisimeto.

Fuentes fotográ­fi­cas:
Colec­ción Museo del Trans­porte. Caracas.
Colec­ción Gabriel Marul­lo, Remem­bran­zas de un Pasa­do. Barquisimeto.
Colec­ción Prof. Luis Suárez. Barquisimeto

CorreodeLara

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