Las plagas que nos azotaron
Omar Garmendia
Cronista e investigador
Hubo un tiempo en que los habitantes autóctonos de esta parte de la Tierra denominada América estuvieron aislados del resto del mundo. Dos culturas que se ignoraban entre sí, la del mundo aborigen americano y la de Europa, Asia, África y Oceanía
Sabido es que los índices demográficos de la población indígena, luego de la llegada de los primeros contingentes de “descubridores” y colonizadores españoles con el almirante Cristóbal Colón, experimentaron una merma rápida y violenta de las cifras humanas estimadas para el continente americano de entre 40 y 100 millones de habitantes. Mira (2014) menciona, citando a Kook (1998), que el 90% de los nativos americanos perecieron en el siglo que siguió al descubrimiento. En todo caso, podría estimarse una dramática disminución, 130 años luego de la llegada de Colón, en un 95 % de acuerdo con los sucesos históricos acaecidos durante la conquista y sometimiento de las poblaciones indígenas del continente americano. Tomando como base una población de entre 40 y 100 millones de habitantes, se tiene que podría ser de 45 a 100 millones de muertos.
Muchas podrían ser las causas y factores que incidieron en el desangramiento demográfico indígena causado por la conquista. Sin embargo, se podrían resumir en dos grandes situaciones: las enfermedades traídas por los españoles en sus desplazamientos y las confrontaciones y guerras contra los indígenas. Es decir, la fragilidad somática del aborigen frente a la superioridad de los arcabuces.
Desde luego que los autóctonos también sufrían de sus propios males, padecimientos, morbos y aun pandemias y epidemias que diezmaban a las naciones indígenas. Antiguas crónicas refieren que las diferentes civilizaciones prehispánicas sufrieron de afecciones comunes como parasitosis intestinales, diarreas, infecciones de todo tipo como renales, de la piel y de transmisión sexual, conjuntivitis y existen evidencias de que padecieron de tuberculosis y de la enfermedad de Chagas, habida cuenta que se trataba de gérmenes que han acompañado a la humanidad desde sus orígenes como especie.
¿Cómo llegaron las enfermedades?
Una de las primeras epidemias conocidas fue la de viruela, la cual se suscitó en Santo Domingo entre 1518 y 1519 y luego se extendió a México por los hombres de Hernán Cortés hacia 1520. La viruela devastó Guatemala hasta llegar al Imperio Inca en 1525, que liquidó a más de la mitad de los habitantes. Para 1530, a la viruela le siguió el sarampión, el tifus en 1546, la gripe en 1558. Otras calamidades como la neumonía, difteria, paperas, sífilis, fiebre amarilla y malaria también suministraron sus mortíferas cuotas a causa de los gérmenes introducidos por los europeos y los esclavos africanos.
Algunos de estos morbos ya los llevaban los soldados y marineros desde antes de embarcarse en el puerto y luego se extendían y convivían en los navíos, donde las condiciones de falta de limpieza e higiene formaban parte de la espantosa escenografía de la fétida realidad de los fondeaderos y galeones españoles. Muchos de esos hombres eran aventureros, que llegaban sin familia y sin mujeres españolas, con enfermedades, taras genéticas y hereditarias y después tuvieron hijos con indígenas. Desde el escorbuto, afecciones de la piel como la sarna, fiebres, delirios y pestes, junto con vómitos, convulsiones, ahogos, complicaciones respiratorias, urinarias y diarreas sangrantes, hasta infecciones y gusaneras producidas por enfermedades traumáticas como fracturas, pérdidas de miembros y ojos, sablazos, explosiones, balazos, hachazos, peleas, reyertas y motines (Villatoro, Manuel 2019).
El choque biológico
En el mundo europeo la población concentrada en las grandes y pequeñas ciudades, campos y granjas en contacto con animales, aguas contaminadas, excrementos y gérmenes patógenos de todas clases durante siglos, hizo extender una serie de enfermedades y dolencias que arrastraban, evolutivamente hablando, desde el origen de la humanidad. Desde mucho antes de la época de la antigua Grecia se sabía que los enfermos que sobrevivían a enfermedades tales como la viruela, la varicela o el sarampión, lograban crear una resistencia a las mismas y no se contagiaban por segunda vez. Desde luego, tales conceptos de inmunidad no fueron comprendidos sino hasta comienzos del siglo XIX con el descubrimiento y estudio de los gérmenes, bacterias, virus, parásitos, así como también la producción de vacunas y fármacos específicos.
Por su parte, los habitantes autóctonos americanos o del “Nuevo Mundo”, habían vivido por miles de años desde las primeras migraciones hace unos 25.000 años desde el estrecho de Bering o por otras vías y se esparcieron por un continente desconocido por los europeos. Durante esos miles de años las enfermedades naturales de esos ignotos territorios permanecieron aislados del resto del mundo, confinadas a grupos poblacionales de bajas concentraciones de personas y animales, aspecto este que ayudaría a no propagar infecciones tan profundas.
Esos habitantes que habían subsistido en aislamiento e incomunicación con el Viejo Mundo, tuvieron que pagar un costoso y altísimo sufrimiento de muertes y desolación al ingresar las enfermedades trasplantadas de Europa, que ya habían a su vez evolucionado durante centurias en la historia de la humanidad y hacer frente a la fragilidad inmunitaria del indígena ante los nuevos agentes patógenos invasores. Esto traía como consecuencia que una simple enfermedad como un simple resfriado, podría ser fatal para el aborigen americano, algo inexplicable para el español, pues desconocían los mecanismos y conocimientos que se tienen hoy en día de las infecciones.
REFERENCIAS
Mira, Joaquín (2014). Las enfermedades infecciosas y la conquista española de América, en Puente Atlantico s.XXI [Documento en línea] Disponible en: https://web.aldeeu.org/2014/08/14/las-enfermedades-infecciosas-y-la-conquista-espanola-de-america/ Consulta: 25-03-2020
Villatoro, Manuel 2019). [Documento en línea] Disponible en: https://www.abc.es/historia/abci-hedionda-realidad-sobre-higiene-barcos-guerra-espanoles-siglo-201908220045_noticia.html) Consulta: 25-03-2020