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López Contreras democratizó Venezuela apostando a la transición

Luis Alberto Perozo Padua
Periodista y cronista
luisperozop@hotmail.com
@LuisPerozoPadua

Cuan­do el pres­i­dente gen­er­al Juan Vicente Gómez agon­i­z­a­ba en Mara­cay, en diciem­bre de 1935, Eleazar López Con­tr­eras, que fungía como min­istro de Guer­ra y Mari­na, uti­lizó toda su habil­i­dad para armar la sucesión.

A pesar de que López Con­tr­eras era un gen­er­al y su for­ma­ción era cas­trense, esta­ba poseí­do de ideas democráti­cas y civilis­tas, por tal moti­vo se esmeró de per­suadir al pueblo de Venezuela que la dic­tadu­ra era cosa del pasa­do y con él se ini­cia­ba una era democrática.

El Con­se­jo de Min­istros lo designó encar­ga­do del Poder y más tarde, a finales de diciem­bre de 1935, el Con­gre­so Nacional lo nom­bró pres­i­dente Pro­vi­sion­al de la Repúbli­ca, para final­mente, en abril de 1936, fue con­fir­ma­do como pres­i­dente con­sti­tu­cional por siete años.

Rómu­lo Gal­le­gos y Eleazar López Con­tr­eras en el acto de jura­mentación en el Con­gre­so Nacional. Cara­cas, 13 de febrero de 1959. Foto Leo Matiz. Archi­vo Fotografía Urbana

No obstante, López Con­tr­eras demostró una vez más su talante democráti­co al solic­i­tar al Con­gre­so Nacional refor­mar la Car­ta Magna para acor­tar a cin­co años el peri­o­do pres­i­den­cial y pro­hibir la reelec­ción para el ejer­ci­cio inmedi­a­to sigu­iente, lo cual quedó san­ciona­do en la refor­ma a la Con­sti­tu­ción Nacional del 16 de julio de 1936. Jamás el país había vis­to algo parecido.

A la muerte del Ben­eméri­to, parecía inevitable en Venezuela una guer­ra civ­il; pero López Con­tr­eras, a pesar de restringir la par­tic­i­pación políti­ca de gru­pos opos­i­tores de la lla­ma­da «izquier­da», logró man­ten­er un difí­cil equilibrio.

Era queri­do y respetado

El his­to­ri­ador Simón Alber­to Con­salvi, recoge tes­ti­mo­nios del min­istro de Esta­dos Unidos en Cara­cas (emba­jador) Mered­ith Nichol­son, en su reporte para el Depar­ta­men­to de Esta­do, quien obser­va: «El 19 de diciem­bre, el pres­i­dente (interi­no) López Con­tr­eras hizo una exten­sa exposi­ción, en dis­cur­so radi­a­do; tuvo a bien comu­nicar al pueblo de Cara­cas lo que espera y se pro­pone, que es hac­er de Cara­cas, una vez más la cap­i­tal del país, y le pidió a los caraque­ños que tuvier­an pacien­cia y se sin­tier­an tranquilos».

Man­i­fes­tantes frente a la antigua sede de la Uni­ver­si­dad Cen­tral, el 14 de febrero de 1936. Archi­vo Audio­vi­su­al Bib­liote­ca Nacional de Venezuela. His­to­ria de Venezuela en Imá­genes, Fun­dación Polar

Más ade­lante Nichol­son apun­ta en su informe: «al caer la tarde (del 20) vino a obser­varse la lle­ga­da, des­de Mara­cay, del pres­i­dente López Con­tr­eras, quien hubo de con­cur­rir, antes que todo, al Pan­teón, a deposi­tar una coro­na en la tum­ba de Bolí­var; y de allí, a la Casa Amar­il­la, en cuyo bal­cón, que mira a la plaza, quiso dejarse ver de la mul­ti­tud, y el entu­si­as­mo de ésta llegó has­ta el delirio. Es que el pres­i­dente López Con­tr­eras ha sido siem­pre de lo más pop­u­lar como figu­ra, y los aplau­sos que se le trib­u­taron han sido algo que Cara­cas nun­ca había visto».

Y prosigue el min­istro adi­cio­nan­do otro dato asom­broso para la Venezuela de 1935, cuan­do el país solo conocía la amar­ga expe­ri­en­cia de la bota mil­i­tar en los des­ti­nos de la república.

«No se ha inten­ta­do asesinar al pres­i­dente López Con­tr­eras, pero hay el rumor, muy repeti­do, de que alguno de los gomecis­tas estu­vo plane­an­do dar­le muerte el pro­pio día 17 de diciem­bre; tal dicho no se com­prue­ba, aún; sin embar­go, sábese que el gob­ier­no está aler­ta y pro­tege su vida (…) Es imposi­ble pre­de­cir los próx­i­mos suce­sos; pero es bien sabido que en estas cosas sur­gen ele­men­tos de sor­pre­sa, que pueden sus­ci­tar los hechos más impor­tunos y eno­josos. De todos mod­os, la con­fi­an­za de la gente en el pres­i­dente López Con­tr­eras es tan grande que se espera que en breve se recu­per­ará la tranquilidad».

Pres­i­dente de Venezuela Eleazar Lopez Con­tr­eras — Cara­cas 29 Abril 1939

A los días, con­flic­tos sociales y políti­cos minaron las calles del país, esce­nario que ya esta­ba pre­vis­to como con­se­cuen­cia de 35 años de bru­tal dic­tadu­ra. No obstante, Venezuela ráp­i­da­mente comen­zó a exper­i­men­tar aires de lib­er­tad, regre­san­do a la patria innu­mer­ables dester­ra­dos de todas las edades y gen­era­ciones, de todas las ide­ologías. Resurgieron entonces los par­tidos políti­cos y las orga­ni­za­ciones de toda índole social, aque­l­las pro­scritas por el rég­i­men gomecista.

Entendimien­to de las partes

El 14 de febrero el pueblo de Venezuela se vol­có a las calles para exi­gir la liq­uidación abso­lu­ta de los ves­ti­gios del gomecismo.

El his­to­ri­ador Tomás Stra­ka sub­raya que, la gente sal­ió a la calle. El otro sec­tor, el gome­cis­mo –que tam­bién había cam­bi­a­do o veía los cam­bios–, decidió que había lle­ga­do el momen­to de hac­er lo que hoy lla­maríamos una transición.

Y refir­ién­dose al 14 de febrero dice: más allá de que López Con­tr­eras estu­viera sin­ce­ra­mente asus­ta­do por la dimen­sión de la protes­ta, de haber­lo queri­do, es prob­a­ble que hubiera podi­do con­tro­lar­la con un baño de san­gre. En todo caso, decidió no pro­bar­lo, por las razones que fuer­an, y eso es un dato que no debe obviarse.

López Con­tr­eras, por su parte, sin esper­ar su elec­ción como pres­i­dente con­sti­tu­cional, respondió a la masi­va man­i­festación con pron­ti­tud, pre­sen­tan­do al país, siete días después un con­jun­to de refor­mas inmedi­atas cono­ci­das como el Pro­gra­ma de Febrero.

Eleazar López Con­tr­eras en acto ofi­cial, cir­ca 1935 Autor descono­ci­do. Archi­vo Fotografía Urbana

El pro­gra­ma perseguía, entre otros aspec­tos, una refor­ma políti­ca para fomen­tar una Con­sti­tu­ción de corte democráti­co; deriva­do de esta refor­ma surgieron la Ofic­i­na Nacional del Tra­ba­jo, el Insti­tu­to Pedagógi­co, una Escuela Supe­ri­or de Agri­cul­tura y Vet­eri­nar­ia, planteán­dose, además una refor­ma del sis­tema trib­u­tario, que bus­ca­ba ele­var la renta min­era y la reor­ga­ni­zación del sis­tema ban­car­io medi­ante el establec­imien­to de un ban­co cen­tral de emisión.

El his­to­ri­ador Con­salvi escribe que el Pro­gra­ma de Febrero incluía la cel­e­bración de trata­dos con otras naciones que el rég­i­men de Gómez había igno­ra­do con inten­ción; pos­tulán­dose tam­bién una políti­ca de fomen­to a la inmi­gración y col­o­nización inte­ri­or del país, la mod­ern­ización del Ejérci­to Nacional.

El Pro­gra­ma de Febrero, en suma, dice Con­salvi, se con­sid­eró como el primer gran proyec­to de refor­ma del esta­do mod­er­no de Venezuela, garan­ti­zan­do además la tran­si­ción pací­fi­ca. Venezuela deja­ba de ser la hacien­da per­son­al de un hombre.

En con­tra de la represión

La bió­grafa Clemy Macha­do de Ace­do, ates­tigua que cuan­do ocur­rieron los suce­sos políti­cos de 1928 y 1929, López Con­tr­eras se encon­tra­ba al frente de la guar­ni­ción de Cara­cas y noti­fi­ca­do por el gob­er­nador del Dis­tri­to Fed­er­al, Rafael María Velas­co, tomó las dis­posi­ciones nece­sarias para man­ten­er el orden en la ciudad.

En su obra Pági­nas para la his­to­ria mil­i­tar de Venezuela, López Con­tr­eras man­i­fi­es­ta no haber sido nun­ca par­tidario de las medi­das repre­si­vas como medio de elim­i­nar la rebe­lión de la juven­tud y le man­i­festó al gen­er­al José Vicente Gómez su opinión de dejar a los estu­di­antes arresta­dos en la mis­ma uni­ver­si­dad; tam­poco apoyó la opinión de estable­cer un batal­lón de tropas frente a esa casa de estu­dio, como era el cri­te­rio del gob­er­nador Velas­co, lim­itán­dose a hac­er des­fi­lar una unidad, con el propósi­to de impon­er respeto al público. 

El gome­cis­mo sigu­ió en el gobierno 

Apun­ta Stra­ka que, aunque López Con­tr­eras fomen­tó un gob­ier­no democráti­co, fue nece­sario, peli­grosa­mente nece­sario, cohab­itar con quienes grav­i­taron en el entorno cer­ra­do del gen­er­al Benemérito.

Como dato rev­e­lador, asien­ta el his­to­ri­ador que quienes lid­er­aron la tran­si­ción de 1936 no eran mucha­chos estu­di­a­dos en inter­na­dos ele­gantes, eran gomecis­tas. Y la tran­si­ción que ini­cial­mente esta­ban hacien­do era un cam­bio del rég­i­men, su mod­ern­ización y lib­er­al­ización, no su susti­tu­ción por otro.

«Tal vez el resul­ta­do fue ése, pero hay que enten­der que el Esta­do del que es jefe López Con­tr­eras, aunque ya ten­ga a algunos con­no­ta­dos antigomecis­tas, ha hereda­do a prác­ti­ca­mente todos sus fun­cionar­ios medios y altos del Esta­do, diplomáti­cos, par­la­men­tar­ios, autori­dades munic­i­pales y regionales y, sobre todo, man­dos bajos, medios y altos del Ejérci­to. Toda esta gente es una parte fun­da­men­tal del gome­cis­mo. Aunque la vie­ja élite económi­ca, cada vez con menos poder, ter­minó apoyán­do­lo o acep­tán­do­lo como mal menor.»

El Pres­i­dente y su Gabi­nete, de izquier­da a derecha: Gral. Elbano Mibel­li, Gob­er­nador del Dis­tri­to Fed­er­al; Dr. Alber­to Adri­ani, Min­istro de Agri­cul­tura; Dr. Nés­tor Luis Pérez, Min­istro de Fomen­to; Dr. Ale­jan­dro Lara Min­istro de Hacien­da; Dr. Dió­genes Escalante, Min­istro de Rela­ciones Inte­ri­ores; Gral. Eleazar López Con­tr­eras, Pres­i­dente de la Repúbli­ca; Dr. Este­ban Gil Borges, Min­istro de Rela­ciones Exte­ri­ores; Cnel. Isaías Med­i­na Angari­ta, Min­istro de Guer­ra y Mari­na; Dr. Tómas Pacanins, Min­istro de Obras Públi­cas; Dr. Carac­ci­o­lo Par­ra Pérez, Min­istro de Instruc­ción Públi­ca; Dr. Enrique Tejera, Min­istro de Sanidad y Asis­ten­cia Social; Dr. Fran­cis­co H. Rivero, Min­istro de Comu­ni­ca­ciones, y Dr. Fran­cis­co J. Par­ra, Sec­re­tario Pri­va­do del Pres­i­dente de la Repúbli­ca, Cara­cas, 1936: Luis Talav­era Soro ©Archi­vo Fotografía Urbana

 


Fuente: Simón Alber­to Con­salvi. Venezuela y Esta­dos Unidos a través de dos sig­los. Cámara Vene­zolana-Amer­i­cana de Com­er­cio e Indus­tria. Edi­to­r­i­al Exlib­ris, año 2000
Clemy Macha­do de Ace­do. Dic­cionario de His­to­ria de Venezuela Fun­dación Polar. Año 1999
Tomás Stra­ka. Los sonidos del 36 [Notas sobre una tran­si­ción, segun­da parte]. Pub­li­ca­do en Prodavinci.com el 22/04/2021

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