Crónicas

Los telares de El Tocuyo de 1550

Emilio Acosta
Historiador y escritor
CEO de Venezuela Provincial

La ciu­dad de El Tocuyo, hoy esta­do Lara, fue cen­tro de una pro­toin­dus­tri­al­ización impul­sa­da en época his­páni­ca des­de el año de 1550, donde se elab­ora­ba la muy famosa «Tela de El Tocuyo», en diver­sos talleres u obra­jes textiles.

Esta tela fue un pro­duc­to de alta cal­i­dad hecho de algo­dón, y a veces con lana de ove­jas, era de tan bue­na fac­tura que se llegó a expor­tar a diver­sos pun­tos de la monar­quía his­páni­ca como el norte del Río de la Pla­ta, Chile cen­tral, Perú, o Río­hacha y Tun­ja, en el Nue­vo Reino de Grana­da, las islas del Caribe, así como tam­bién a la penín­su­la ibéri­ca, las Islas Canarias y otros país­es europeos.Hubo grandes obra­jes o talleres tex­tiles como los de la encomendera tocuyana Feli­pa de Mora. Cita el inves­ti­gador chileno-vene­zolano Pedro Cunill Grau, que doña Feli­pa tenía para el año de 1653 en sus hacien­das, un obra­je con 250 aborí­genes, en Humo­caro más de 100 indios coy­ones, y en Quí­bor más de 150 indí­ge­nas ayaguas, cam­a­gos y gayones.

Señala el his­to­ri­ador vene­zolano Tomás Stra­ka sobre Feli­pa Mora lo siguiente:

«Esto la hace, prob­a­ble­mente, la primera empre­saria –o lo que hoy lla­maríamos empre­saria– de la que teng­amos noti­cia en nues­tra his­to­ria. Ten­emos noti­cias de encomenderas, inclu­so tuvi­mos dos gob­er­nado­ras (aunque admin­is­traron a través de hom­bres encar­ga­dos), pero un com­ple­jo de obra­jes, es decir, talleres rel­a­ti­va­mente grandes y tec­nifi­ca­dos, que empleen a 250 per­sonas, es algo de otro niv­el. A lo mejor heredó aquel con­glom­er­a­do de un padre o esposo, o a lo mejor fue ella la que lo lev­an­tó a pul­so. En todo caso, los dirigía, lo que debió ser uno de los cen­tros de pro­duc­ción que emplea­ba a más gente en la entonces Provin­cia de Cara­cas. Y además uno que esta­ba en el núcleo de un pro­ce­so de pro­toin­dus­tri­al­ización que hubo en Venezuela, que no logró despe­gar cuan­do las mer­cancías pro­duci­das por la Rev­olu­ción Indus­tri­al les ganaron la com­pe­ten­cia a sus pro­duc­tos, pero que dejó una hon­da huel­la en la cul­tura lati­noamer­i­cana y, en un caso, inclu­so glob­al. Hablam­os de la tela tocuyo y, tal vez económi­ca­mente menos impor­tante en su momen­to, pero a la larga de may­or impacto, la butaca».

CorreodeLara

Esᴛᴀ́ ᴜsᴛᴇᴅ, ᴅɪsᴛɪɴɢᴜɪᴅᴏ ʟᴇᴄᴛᴏʀ, ᴇɴ ᴛᴇʀʀɪᴛᴏʀɪᴏ ᴅᴇ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ, ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄɪᴠɪʟɪsᴛᴀs, ʏ sᴏʙʀᴇ ᴛᴏᴅᴏ, ᴅᴇ ɢʀᴀɴᴅᴇs ᴀᴄᴏɴᴛᴇᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ϙᴜᴇ ᴍᴀʀᴄᴀʀᴏɴ ᴜɴ ʜɪᴛo

Un comentario en «Los telares de El Tocuyo de 1550»

  • exce­lente dato. Tiene algu­na bib­li­ografía recomen­da­da sobre el tema?

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