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Maracaibo en la Independencia

Ángel Rafael Lom­bar­di Boscán
Direc­tor del Cen­tro de Estu­dios Históri­cos de la Uni­ver­si­dad del Zulia

Es un capí­tu­lo oscuro y semi bor­ra­do en los anales de la lla­ma­da His­to­ria Nacional. Y la His­to­ria Patria, elab­o­ra­da por el Estado/Gobierno des­de Cara­cas a par­tir de 1830, prác­ti­ca­mente decretó la traición, y en con­se­cuen­cia, el olvi­do de Maracaibo


Mara­cai­bo, la provin­cia de Mara­cai­bo, fue la cabeza de la con­trar­rev­olu­ción con­tra el movimien­to jun­tista caraque­ño del 19 de abril de 1810. Mara­cai­bo “no sigu­ió el ejem­p­lo que Cara­cas dio”. Exclu­i­da de la ban­dera: no ten­emos estrel­la. Pasamos a ser los mal­os de la película.

En 1810 la rival­i­dad entre Cara­cas y Mara­cai­bo era ya man­i­fi­es­ta. Y para ello hay que irnos has­ta el críti­co año de 1777 cuan­do los bor­bones des­de España deci­den reor­ga­ni­zar la Cos­ta Firme y cen­tral­izan todos estos ter­ri­to­rios, en real­i­dad país­es dis­tin­tos: Provin­cia de Mara­cai­bo; Provin­cia de Cara­cas; Provin­cia de Cumaná; Provin­cia de Mar­gari­ta; Provin­cia de Bari­nas y Provin­cia de Guayana.

Des­de entonces la pri­macía de Cara­cas será con­tes­ta­da por Mara­cai­bo y en menor medi­da por los ori­en­tales y guayane­ses. Mara­cai­bo perteneció entre los años 1670 y 1770 a Bogotá, a la Nue­va Grana­da y fue el eje de un impor­tante cir­cuito com­er­cial agro expor­ta­dor. El puer­to de Mara­cai­bo aglutinó una red de dis­tribu­ción de la pro­duc­ción del ori­ente colom­biano, los llanos occi­den­tales y sobre todo los andes (Tru­jil­lo, Méri­da Y Táchi­ra) con una sal­i­da al exte­ri­or hacia el Mar Caribe y sus islas, inclu­so has­ta la Nue­va España (Méx­i­co). El cacao zuliano, pro­duc­to este­lar de los tres sig­los colo­niales his­páni­cos, tuvo una muy bue­na deman­da no sólo en España sino tam­bién en el Vir­reina­to de la Nue­va España y Cuba.

“En lo que se refiere a la cal­i­dad del pro­duc­to, se con­sid­er­a­ba al cacao de Mara­cai­bo supe­ri­or a todos los cono­ci­dos y en segun­do lugar, al de Cara­cas, es decir, al pro­duci­do en la región de cul­ti­vo des­de Tuca­cas has­ta Capaya y muy supe­ri­or tam­bién a aquel de las Indias Occi­den­tales. Podríamos decir, por tan­to, que fue en los valles alrede­dor del extremo merid­ion­al de los Andes vene­zolanos donde tuvo su cuna la pro­duc­ción cacaotera com­er­cial vene­zolana”. REDMOND, J.: El cacao en Venezuela, 1999.

 

La elite mara­bi­na y su población den­tro de los lin­deros de la Monar­quía his­páni­ca gozaron de un pre­do­minio en el Occi­dente vene­zolano de relieve. Algo que quedaría men­gua­do al depen­der de Cara­cas a par­tir del año 1777. Cara­cas nun­ca se avi­no con Mara­cai­bo. José Domin­go Rus, diputa­do por Mara­cai­bo en las Cortes de Cádiz entre los años 1812–1814 ofre­cerá en esa impor­tante asam­blea todo una prop­ues­ta sep­a­ratista de Mara­cai­bo respec­to a Cara­cas que el resul­ta­do de la Inde­pen­den­cia impidió que prosperara.

Luego del 19 de abril de 1810 cuan­do los caraque­ños enviaron emis­ar­ios a Mara­cai­bo para que se ple­garan a la nue­va “Autori­dad” fueron puestos pre­sos de inmedi­a­to. Fer­nan­do Miyares, Gob­er­nador de Mara­cai­bo, se man­tu­vo leal a la Regen­cia y asum­ió una pos­tu­ra con­tra Cara­cas. Pos­te­ri­or­mente en coor­di­nación con el primer “Paci­fi­cador” que tuvo Venezuela envi­a­do por la Regen­cia, Don Anto­nio Igna­cio de Cortabar­ria, ambos fueron los encar­ga­dos de coor­di­nar la con­trar­rev­olu­ción en con­tra de Cara­cas y sus aliados.

A Mara­cai­bo se le unió Coro y Guayana. En cam­bio los esta­dos andi­nos aprovecharon la cri­sis y se zafaron de Mara­cai­bo para unirse con los de Cara­cas. Los ori­en­tales tam­bién fueron ali­a­dos de Cara­cas. La inde­pen­den­cia entre los años 1810 y 1814 fue un con­flic­to inter provin­cial. Que más luego devi­no en guer­ra civ­il y bási­ca­mente una “lucha entre par­tidos” den­tro del sec­tor blan­co, per­spec­ti­va ésta preferi­da por los con­tem­porá­neos del momen­to. Y devi­no el hor­ror: la guer­ra de exter­minio que bor­ró de un pluma­zo cualquier pre­cep­to teóri­co justificador.

Mara­cai­bo y Coro tenían la mis­ión de some­ter a Cara­cas y ali­a­dos. Y Cara­cas tenía el mis­mo propósi­to respec­to a Mara­cai­bo. No había ejérci­tos españoles porque todos en ese momen­to eran españoles y la Metrópoli inva­di­da por Napoleón en el año 1808 sólo pudo enviar a Don Pablo Moril­lo, el segun­do Paci­fi­cador, con el for­mi­da­ble Ejérci­to Expe­di­cionario de la Cos­ta Firme en el año 1815.

Luego del 5 de julio de 1810 cuan­do Cara­cas declaró la Inde­pen­den­cia de inmedi­a­to Fer­nan­do Miyares y las autori­dades de Coro orga­ni­zaron un pequeño ejérci­to para acom­pañar el lev­an­tamien­to de Valen­cia ocur­ri­do inmedi­ata­mente después del atre­v­i­do paso dado por Cara­cas al romper sus lazos con la Monar­quía españo­la. A su vez, la respues­ta de los caraque­ños fue orga­ni­zar una con­tra ofen­si­va sobre Coro bajo el coman­do del Mar­qués del Toro. Ninguno de los belig­er­antes tenía la “capaci­dad de fuego” para doble­gar al otro. Y esto remar­ca una tesis con­tro­ver­ti­da acer­ca de la ausen­cia de ejérci­tos pro­fe­sion­ales en los primeros años del ini­cio de nues­tra Guer­ra de Independencia. 

Mara­cai­bo, como con­se­cuen­cia de su geografía, de su impo­nente Lago, quedó prác­ti­ca­mente ais­la­da del con­flic­to has­ta los años 1820 y 1823 cuan­do ya todo esta­ba deci­di­do. En 1819 Bolí­var tri­un­fó en Boy­acá y des­de entonces la guer­ra cam­bió de cur­so a favor de Cara­cas y ali­a­dos. Se fir­mó un Armisti­cio en los meses finales de 1820 y Mara­cai­bo sería anex­a­da el 28 de enero de 1821 violan­do ese mis­mo armisticio.

La guer­ra se reanudaría y lleg­amos a la Batal­la de Carabobo el 24 de junio de 1821 donde Bolí­var tomó Cara­cas. Aunque ocurre lo ines­per­a­do: Fran­cis­co Tomás Morales des­de la ciudad/fortaleza de Puer­to Cabel­lo, dónde está siti­a­do, lan­za una con­traofen­si­va en los años 1822 y 1823 sobre todo el Occi­dente vene­zolano y con­quistó tan­to a Coro como a Mara­cai­bo. Morales está solo. 

España no le puede reforzar. Las islas veci­nas como Cuba y Puer­to Rico tam­poco tienen los medios para dar­le apoyo. Y ocurre el 24 de julio de 1823 la Batal­la del Lago de Mara­cai­bo que con el Almi­rante Padil­la, ori­un­do de Río Hacha en el corazón de la Gua­ji­ra, der­rotó a la escuadra real­ista del Almi­rante Ángel Laborde.

Ante el descal­abro, en ese encuen­tro naval, bási­ca­mente de embar­ca­ciones lig­eras de muy bajo tonela­je, Morales fir­mó la capit­u­lación en agos­to de 1823 en Mara­cai­bo. Des­de entonces Mara­cai­bo quedó maldita. Su peca­do históri­co le impi­de ten­er estrel­la en la ban­dera nacional y des­de Cara­cas ha exis­ti­do siem­pre un rece­lo para con ella que ni siquiera la riqueza petrol­era mitigó.

CorreodeLara

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