Monarquía en la Gran Colombia: Corona Bolivariana
Efraín Jorge Acevedo
Historiador

El 16 abril de 1829 Charles-Joseph Bresson, Conde Bresson, arriba a Bogotá; ¿su misión? Instaurar la Monarquía en Colombia, la “Gran Colombia”, la formada por las actuales Venezuela, Colombia (entonces Nueva Granada), Ecuador y Panamá.
Bresson fue enviado por Jean-Guillaume Hyde de Neuville, Barón Hyde de Neuville, el ministro de Marina de Francia en ese entonces, bajo el reinado del Rey Carlos X (Charles X en francés).
Eran los tiempos del régimen de la Restauración Borbónica en Francia, cuando después de la derrota de Napoleón Bonaparte se restauró a la dinastía de los Borbones en el Trono francés con una Monarquía semi-constitucional; sólo parcialmente constitucional ya que en lugar de una Constitución tenía una Carta

Otorgada (otorgada por el Rey como una gracia para auto-limitar sus poderes) y porque aunque había un Parlamento, el Gobierno no era responsable ante el Parlamento sino ante el Rey, y el Rey conservaba importantes poderes.
Hay que recordar también que la rama francesa de la Casa de Borbón era la Familia Real de Francia, mientras la rama española de la misma familia o dinastía de los Borbones era (y es) la Familia Real de España.
Por otro lado, es oportuno recordar el terrible contexto político de la Gran Colombia en ese momento. Ya se había producido el fracaso de la Convención de Ocaña, esa Convención o Asamblea Constituyente que intentó dar una nueva Constitución a la Gran Colombia para reemplazar a la Constitución de Cúcuta de 1821.
La Convención de Ocaña no pudo resolver el conflicto entre el proyecto de Constitución de Bolívar, que además de ser Centralista pretendía imponer una Presidencia Vitalicia, con un Presidente de la República que duraría en su cargo hasta su muerte (y que sería el propio Bolívar) y que además elegiría a su sucesor, por una parte; y el proyecto de una Constitución Federal con un Presidente electo para períodos presidenciales limitados, respetando el principio de alternancia en el poder, que defendían los liberales opositores a Bolívar.
La Convención se disolvió el 10 de junio de 1828, y poco después, el 27 de agosto de 1828, Bolívar promulgó un Decreto Orgánico por el que dejó sin vigencia la Constitución, disolvió el Congreso y se autoproclamó Dictador. Comenzó entonces una fuerte represión contra los partidarios del general Francisco de Paula Santander, que encabezaba la oposición liberal en el territorio de la Nueva Granada (la Colombia actual).
Por otro lado, en Venezuela seguía creciendo y haciéndose fuerte el movimiento de La Cosiata que pretendía separar a Venezuela de la Gran Colombia. Al mismo tiempo la Gran Colombia estaba en guerra con el Perú, la Guerra Grancolombo-peruana, que comenzó el 3 de junio de 1828 y no terminaría hasta el 28 de febrero de 1829, con un empate técnico en lo militar y un discutido resultado en lo político. Y por si fuera poco ya había ocurrido la Conspiración Septembrina del 25 de septiembre de 1828, el intento de golpe de Estado y de magnicidio contra Bolívar, y nuevas rebeliones se gestaban. Por todo eso la Gran Colombia parecía precipitarse inevitablemente a su desintegración y a una posible guerra civil.
Rechazo a la monarquía bolivariana
El Ministro de Marina francés envió a su representante para proponer un proyecto para instaurar una Monarquía Constitucional en Colombia, que sería una manera de salvar la existencia y la unidad de la Gran Colombia, evitar una guerra civil y dotar al país de estabilidad política e institucional; de acuerdo al proyecto Bolívar detentaría la Jefatura del Estado como Presidente hasta su muerte (conservando una parte del proyecto de Presidencia Vitalicia de Bolívar), y al morir, un Príncipe francés de la Casa de Orleans (una rama menor de los Borbones franceses) se convertiría en Rey de Colombia.
Escudo de Armas de la Casa de Orleans
En mayo le comunican a Bolívar la idea. Todos los miembros del Consejo de Ministros del gobierno de Bolívar apoyaron el plan, liderados por el ministro del Interior, José Manuel Restrepo Vélez (uno de los hombres más importantes del gobierno de Bolívar), José María del Castillo Rada, presidente del Consejo de Ministros, Estanislao Vergara, ministro de Relaciones Exteriores, y por el general Rafael Urdaneta, ministro de Guerra. Incluso Urdaneta intenta convencer a José Antonio Páez, mediante una intensa correspondencia, de sumarse y apoyar el proyecto; aunque Páez no se dejó convencer. El partido bolivariano se aferraba al proyecto como posiblemente la última esperanza para salvar la Gran Colombia.
El 3 de septiembre de 1829 una Junta de Notables (formada por partidarios de Bolívar) en Bogotá oficializa su respaldo al proyecto, y plantea hablar con diplomáticos de Francia y Gran Bretaña para saber sí en caso de que el Congreso de Colombia decretara la Monarquía Constitucional, sí eso sería bien visto por esas dos potencias; y sí cooperarían con el nuevo régimen en el caso de que otros países americanos se opusieran a la instauración de la Monarquía colombiana.
Simón Bolívar, el Libertador y dictador de la Gran Colombia
El debate sobre el proyecto de Monarquía monopolizó la vida política de la Gran Colombia durante la mayor parte del año 1829, produciendo un fuerte rechazo por parte de los sectores políticos que se oponían al régimen de Bolívar, que reivindicaban la República frente a la Monarquía, aunque ésta fuera Constitucional, y que sobre todo rechazaban cualquier propuesta que contemplara que Bolívar se perpetuara en el poder hasta su muerte.
Por su parte Lord Aberdeen, secretario de Relaciones Exteriores del Gobierno británico (y futuro primer ministro) había comunicado que Gran Bretaña no pondría objeciones a Bolívar como Rey. Bolívar no emitía opinión en público sobre el tema y guardaba silencio, pero en privado se inclinaba a respaldar el proyecto monárquico y alentaba a los miembros de su partido a continuar promoviéndolo.
Bolívar escribe al Encargado de Negocios británico Patrick Campbell diciendo que no se opone a la idea, pero que hay mil inconvenientes, y entre ellos cita los celos británicos porque el eventual Rey de Colombia fuera un Príncipe francés. También cita la oposición que despertaría en los otros países independientes de América, todos ellos Repúblicas excepto Brasil, a la instauración de una Monarquía en su vecino de la Gran Colombia.
Especialmente cita como preocupante o dañina la eventual oposición de los Estados Unidos, y es por eso que, es en esa carta que Bolívar escribe su célebre frase de que: “… los Estados Unidos que parecen destinados a plagar la América de miserias a nombre de la libertad” pero irónicamente critica a Estados Unidos por eventualmente oponerse a la Monarquía. Al final de la carta Bolívar dice que se reserva su opinión hasta saber sí Gran Bretaña y Francia apoyan el plan.

El 22 de noviembre de 1829 Bolívar desaprueba finalmente en público el plan de Monarquía mediante una declaración. Como resultado sus ministros se sienten desautorizados, y por eso el 3 de diciembre presentan su renuncia de manera colectiva, todos los miembros del Consejo de Ministros; además declarando públicamente que Bolívar les había pedido buscar un Protectorado europeo para instaurar la Monarquía no solamente en la Gran Colombia sino en toda América. Aunque Bolívar rechazó sus renuncias, pero unos meses después, el 4 de mayo de 1830, es el propio Bolívar el que renunciaba al poder y Colombia, la Gran Colombia, se desintegraba en la práctica; y Venezuela y Ecuador se separaban de la República.
La Corona grancolombiana quedó en el olvido, y con ello la única posibilidad (aunque complicada y difícil de prosperar a largo plazo) de que los venezolanos hubiéramos llegado a la actualidad viviendo bajo una Monarquía a la europea.