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Quiénes fueron los secuestradores de las hijas de Renny Ottolina y de William Niehous

Luis Alberto Perozo Padua
Periodista y cronista
luisalbertoperozopadua@gmail.com
IG/TW: @LuisPerozoPadua

Cuan­do sonó el telé­fono por segun­da vez aque­l­la pavorosa mañana del 19 de noviem­bre de 1969, el céle­bre pre­sen­ta­dor de tele­visión Ren­ny Ottoli­na sin­tió que se le acaba­ba el mun­do. Sus pier­nas esta­ban entu­me­ci­das, su corazón latía estrepi­tosa­mente y por su mente tran­scur­ría una pelícu­la de hor­ror. Tomó el auric­u­lar y solo escuchó la con­fir­ma­ción del secue­stro de sus dos hijas.

El suce­so se desar­rol­ló cuan­do dos de las hijas de Ottoli­na se traslad­a­ban a la escuela con su chofer. En ese momen­to los secuestradores fin­gieron estar acci­den­ta­dos para blo­quear el vehículo.

Ren­ny Ottoli­na rinde declara­ciones a peri­odis­tas tras el secue­stro de sus hijas. Foto: Fotografía Urbana

Los cap­tores que se iden­ti­fi­caron después como pertenecientes al grupo de rebeldes del FALN, fueron tajantes y direc­tos en una nota que dejaron con el con­duc­tor que tra­ba­ja­ba para el pre­sen­ta­dor estrel­la de Radio Cara­cas Televisión:

Aparte exigieron 93 mil dólares para lib­er­ar a las dos ado­les­centes. Sin medi­ar pal­abras Ottoli­na comen­zó ráp­i­da­mente a ges­tionar el dinero y se negó rotun­da­mente denun­ciar el caso a la Policía Téc­ni­ca Judi­cial (PTJ). Y cuan­do medió pal­abras con los secuestradores, les increpó: “doy el pago y me las devuelven”.

Luego de con­ver­sar con los peri­odis­tas frente a la puer­ta de su casa de San Román, en Cara­cas, Ren­ny sigu­ió las instruc­ciones de los secuestradores y sus hijas fueron lib­er­adas esa mis­ma noche, una vez que dejó el dinero en el lugar acordado.

La peri­odista Mila­gros Socor­ro ano­ta que a través de la actriz vene­zolana Marisela Berti, le rev­eló: “Ren­ny me llevó al sitio donde entregó el dinero. Me con­tó que había ido solo. Era en la car­retera de Guare­nas, en un para­je rodea­do de mon­tañas. Si lo hubier­an mata­do ahí, no lo habrían encon­tra­do en días. Su rela­to era escalofri­ante. Fue muy valiente, pero qué no hace un padre por sus hijas”.

Pagaron dos años apenas

Cin­co sem­anas después del secue­stro, aun la “ine­fi­ciente PTJ no ha podi­do dar con los secuestradores de mis hijas ni mucho menos saben sus nom­bres”, alegó con mar­ca­do sar­cas­mo el famoso pre­sen­ta­dor de radio y TV.

Se supo que era inves­ti­ga­do por el organ­is­mo de seguri­dad, dejan­do entr­ev­er que el pro­pio Ottoli­na había per­pe­tra­do el deli­to para obten­er pub­li­ci­dad, pero resul­ta que, has­ta ese pun­to, “no ha habido ni siquiera recon­struc­ción de los hechos. Se basan en que el rescate fue muy rápi­do, 12 horas; en que a las muchachas no les pasó nada; y en que no esta­ban pic­a­das de mos­qui­tos”, esgrim­ió en pro­gra­ma matuti­no de tele­visión “Buenos días”, con­duci­do por Sofía Imber y Car­los Rangel, donde estu­vo como invi­ta­do el 27 de enero de 1970.

Meses pos­te­ri­ores, dos de los secuestradores fueron apre­hen­di­dos, pero solo pagaron dos años de cárcel.

 

Ren­ny Ottoli­na con sus hijas luego de la liberación

Inte­grantes del alto gobierno

La peri­odista Socor­ro devela que los secuestradores de las hijas de Ren­ny Ottoli­na eran inte­grantes de un grupo guer­rillero urbano for­ma­do en Cuba, con disidentes de las FALN, lla­ma­do Pun­to Cero, por ser ese el nom­bre del cam­po de entre­namien­to en la isla.

El pla­gio fue lle­va­do a cabo por los her­manos Fed­eri­co y Ramón Bot­ti­ni Marín, quienes, casual­mente, habían sido veci­nos de la abuela de la actriz Marisela Berti, en Casalta; Ramón Álvarez y Ger­mán Fer­rer, quien con el cor­rer de los años sería diputa­do por el PSUV y esposo de la fis­cal gen­er­al de la Repúbli­ca Luisa Orte­ga Díaz.

El secue­stro de las hijas de Ren­ny fue de noto­ria res­o­nan­cia nacional e inter­na­cional toda vez que el pres­i­dente de entonces, Rafael Caldera, había lla­ma­do a la paci­fi­cación del país, y guer­rilleros como Teodoro Petkoff y Pom­peyo Márquez habían deja­do las armas como una for­ma de lle­gar al poder cre­an­do el Movimien­to Al Social­is­mo, MAS.

William Niehous y su esposa luego del secuestro

Tres años y medio en cautiverio

La noche del 29 de junio de 1979, tras un golpe de suerte, un grupo de fun­cionar­ios de la PTJ, se toparon con William Frank Niehous, vicepres­i­dente de la Owens Illi­nois para Venezuela, cuan­do inves­ti­ga­ban un robo de gana­do y trata­ban de cap­turar a los cuatreros.

Siete hom­bres arma­dos irrumpieron en la quin­ta Betchirro de la calle Isla Larga de la urban­ización Pra­dos del Este en Cara­cas, y con pañue­los empa­pa­dos en éter adormecieron a Niehous, a su esposa Don­na y a la emplea­da del ser­vi­cio domés­ti­co, en pres­en­cia de sus hijos, Craig, Mark y David, quienes con su mamá se fueron de Venezuela al día sigu­iente del secuestro.

“No cobraremos rescate. Será eje­cu­ta­do. Lo con­sid­er­amos ene­mi­go de Venezuela”. Rez­a­ba una nota deja­da en la sala de la res­i­den­cia del empre­sario norteam­er­i­cano. El secue­stro se pro­du­jo el 27 de febrero de 1976, como parte de un movimien­to arma­do cono­ci­do como la Operación Argimiro Gabaldón, durante el gob­ier­no de Car­los Andrés Pérez y se pro­longó has­ta el de Luis Her­rera Campíns.

William Frank Niehous, lib­er­a­do por acci­dente luego de tres años de secue­stro. Foto: El Nacional

Después de un inter­cam­bio de dis­paros, en donde cayeron dos de los secuestradores, de una casucha sal­ió un hom­bre del­ga­do, alto, des­gar­ba­do, de cabel­lo amar­il­lo bril­lante que roz­a­ba los hom­bros y con las manos en alto y todo el sus­to del mun­do en el ros­tro les gritó ¡no dis­paren, soy Niehous!

Un año y tres meses per­maneció Niehous en el últi­mo lugar de su cau­tive­rio, el hato El Dividive, cer­ca de Mari­pa, Ciu­dad Bolí­var. En su com­pare­cen­cia sub­rayó que sus cap­tores solo le habla­ban de políti­ca y siem­pre estu­vo en cuar­tos pequeños. Lo escondieron en varias partes del país.

Al día sigu­iente de su rescate, entregó un diario que llevó min­u­ciosa­mente durante su secue­stro y pidió salir del país lo más pron­to que fuera posi­ble. Lo subieron a un avión con des­ti­no a Ohio, donde lo esper­a­ba su esposa y toda la familia.

En un momen­to del secue­stro, el grupo ham­ponil exigió 20 mil­lones de dólares para lib­er­ar a Niehous, mon­to que fue paga­do por la empre­sa Owens Illi­nois; no obstante, nun­ca lo liberaron.

Quiénes entre los secuestradores

Según reseña del diario Panora­ma, los ter­ror­is­tas impli­ca­dos como autores int­elec­tuales o mate­ri­ales fueron Fer­nan­do Soto Rojas quien huyó a Fran­cia, y quien durante el gob­ier­no de Hugo Chávez fue pres­i­dente de la Asam­blea Nacional; Mirelis Pérez Mar­cano (diputa­da al Par­lati­no), David Nieves (cón­sul de Venezuela en islas Canarias), Salom Mesa y For­tu­na­to Her­rera (diputa­dos en el Con­gre­so al momen­to del secue­stro), Iván Padil­la, José Aquino (tirotea­do en el sitio del rescate), Car­los Lanz, Fue pres­i­dente de la empre­sa Alu­minio del Caroní, perteneciente a la Cor­po­ración Vene­zolana de Guayana (CVG-Alcasa) entre 2005 y 2007; y el más céle­bre: Jorge Rodríguez padre, sec­re­tario gen­er­al de la Liga Social­ista, quien murió, a los 34 años, por un infar­to atribui­do a las golpizas que recibió en la sede de la Disip, mien­tras era inter­ro­ga­do el 25 de julio de 1976.

El esta­dounidense per­maneció en cau­tive­rio por tres años y cua­tro meses. Se tra­ta del secue­stro más pro­lon­ga­do de la his­to­ria de Venezuela.

A Lanz lo detu­vieron por su par­tic­i­pación en el hecho y des­de el cuar­tel San Car­los, en Cara­cas, donde se encon­tra­ba detenido, escribió el libro El caso Niehous y la cor­rup­ción admin­is­tra­ti­va, donde argu­men­ta las razones por las cuales par­ticipó en la operación. Hoy Lanz, después de dos años desa­pare­ci­do, des­cubren que fue macabra­mente asesina­do por su entorno ínti­mo y sus restos devo­ra­do por los cerdos.

Jorge Anto­nio Rodríguez (padre) Car­los Lanz y Fer­nan­do Soto Rojas, devenido en políti­co de alto per­fil durante la edad de oro del chav­is­mo. Pre­sidió la Asam­blea Nacional (Con­gre­so Nacional). Foto: AVN (Archi­vo)

 

Fuentes: Mila­gros Socor­ro. Una his­to­ria de hijas cau­ti­vas. www.Prodavinci.com. 13 de agos­to, 2017
Juan José Per­al­ta. Nun­ca se supo quién cobró los $20 mil­lones para lib­er­ar a Niehous. www.CorreodeLara.com. 22 sep­tiem­bre, 2018

 

CorreodeLara

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