Se desploma casona de don Felipe Ponte en #Cabudare

A las tres de la
madru­ga­da de este lunes 4 de agos­to, un estru­en­do sacud­ió el cen­tro de Cabu­dare y los
veci­nos cor­rob­o­raron que se había caí­do la casona propiedad de don Felipe
Ponte, primer enfer­mero grad­u­a­do de Palave­ci­no, cuyo nom­bre iden­ti­fi­ca al
prin­ci­pal cen­tro asis­ten­cial de esa ciudad.

Car­men Asua­je, hija de
don Felipe, nar­ró con angus­tia que el desplome fue de for­ma vio­len­ta, lo que
gen­eró una gran nube de pol­vo que invadió el lugar y ahogó a los cinco
habi­tantes de la vivien­da patrimonial.

Dijo alar­ma­da que la
casona, iden­ti­fi­ca­da con el número 41 y ubi­ca­da en los pre­dios de la plaza
Bolí­var de Cabu­dare con límites de la aveni­da Lib­er­ta­dor, comen­zó a
dete­ri­o­rarse hace unos seis años, pero imposi­bil­i­ta­da de recu­per­ar el techo de
caña bra­va y las pare­des de bahareque, la mis­ma fue cayén­dose a pedazos.

Ciu­dadano
ejemplar

Don Felipe Ponte, quien
nació en Cabu­dare el 20 abril de 1918, nom­bra­do por la munic­i­pal­i­dad Hijo
Ilus­tre de la Ciu­dad y cat­a­lo­ga­do por el Insti­tu­to de Pat­ri­mo­nio Cul­tur­al de
Venezuela como Pat­ri­mo­nio Viviente de Cabu­dare, debido a lim­ita­ciones visuales,
ya no dor­mía en los cuar­tos desplomados.

Los escom­bros de la
casona aplas­taron la para­da de trasporte públi­co y ocu­paron una pista de la
aveni­da Libertador.

Los Bomberos de Palavecino
acud­ieron al lugar del suce­so a las seis de la mañana y luego de la inspección,
cal­i­fi­caron lo que que­da de la estruc­tura como zona de alto riesgo,
recomen­dan­do su des­ocu­pación y clausura. 

El con­ce­jal Rafael
Rodríguez Par­ra, pres­i­dente de la Comisión de Cul­tura del cabil­do cabudareño,
des­de el lugar señaló que lle­vará el caso has­ta la ple­nar­ia para bus­car “una
ayu­da del munici­pio para la famil­ia Ponte y por supuesto, poder artic­u­lar con
organ­is­mos públi­cos para la reha­bil­itación de la casona patrimonial.

Hace pocos meses, el
alcalde José Bar­reras, emprendió un pro­gra­ma de recu­peración del casco
históri­co de la ciu­dad, pin­tan­do todos los inmue­bles, pero lam­en­ta­ble­mente, el
tiem­po y la indifer­en­cia ofi­cial de mucho tiem­po, acabaron por debil­i­tar la
memo­ria edi­fi­ca­da de Cabudare.