Crónicas

Sierra Nevada, el buque inmortalizado tras escándalo de corrupción

Luis Alberto Perozo Padua
Periodista y cronista
luisperozop@hotmail.com
@LuisPerozoPadua

El caso más polémi­co durante el primer gob­ier­no del pres­i­dente Car­los Andrés Pérez fue el Sier­ra Neva­da, generan­do todo un tor­belli­no políti­co de grandes dimensiones.

Cor­ría el año 1979, y gob­ern­a­ba el país Luis Her­rera Campins (1979–1984); la Cámara de Diputa­dos la presidía el doc­tor Car­los Canache Mata.

Sien­do min­istro del Fon­do de Inver­siones de Venezuela el econ­o­mista Leopol­do Díaz Bruzual obtu­vo infor­ma­ción del sobre­pre­cio en la adquisi­ción de un buque refrig­er­a­do denom­i­na­do Sier­ra Neva­da, por lo que inmedi­ata­mente se dirigió a la opinión pública.

Según apuntes de Fabían Capec­chi y Alfre­do Schael, (ambos his­to­ri­adores) en la obra: De babor a estri­bor. Reseñas de la Nave­gación en Venezuela (2015), que la pren­sa del momen­to recogió y explotó un autén­ti­co escán­da­lo provo­ca­do del defen­e­stro de cier­tos fun­cionar­ios lig­a­dos a la transac­ción que de mon­to supe­ri­or pasó a infe­ri­or no obstante lo cual se habrían recono­ci­do comi­siones a inter­me­di­ar­ios, pre­sun­tos inter­puestos y ben­e­fi­cia­r­ios finales de la com­praven­ta sen­cil­la que debió ser.

La “mal­hada­da” acción de Díaz Bruzual parecía la opor­tu­nidad de desnudar al gob­ier­no cor­rup­to, para otros, a lo inter­no, no era más que un lin­chamien­to políti­co, un pase de fac­tura al expres­i­dente Car­los Andrés Pérez.

El Sier­ra Neva­da fue adquiri­do por 94.600.000 bolí­vares al cam­bio de 4,30 bolí­vares por dólar

Maniobras engañosas

Escribe Luis Ernesto Fid­hel Gonzáles, (licen­ci­a­do en Estu­dios Inter­na­cionales y espe­cial­ista en Dere­cho Mer­can­til) que La Comisión de Éti­ca del CEN de AD, declaró en su informe del 24 de octubre de 1979 que la nego­ciación para su com­pra había sido “apresura­da y neg­li­gente”, y “hubo per­sonas que actu­aron deshon­es­ta­mente y obtu­vieron ben­efi­cios ilegales”.

El Con­gre­so Nacional ini­ció la inves­ti­gación del caso el 1 de noviem­bre de aquel año 79, des­ig­nan­do una Comisión que pre­si­di­da por el diputa­do Ramón Teno­rio Sifontes, de Unión Repub­li­cana (URD), integra­da además por Ansel­mo Natale, Leonar­do Fer­rer, Pedro Taba­ta Guzmán y Miguel Bel­lorín, deter­mi­nan­do que en el pro­ce­so de nego­ciación y eje­cu­ción del con­tra­to del com­pra-ven­ta del buque Sier­ra Neva­da, se real­izó una serie de man­io­bras engañosas con daño pat­ri­mo­ni­al a la Nación venezolana.

La Comisión del Con­gre­so de la Repúbli­ca solic­itó a la Cámara de Diputa­dos el establec­imien­to de respon­s­abil­i­dad políti­ca, admin­is­tra­ti­va, moral y penal del expres­i­dente Car­los Andrés Pérez, así como de Luis Álvarez Domínguez, John Rafael y José Andrés Octavio, este últi­mo ex con­tralor Gen­er­al de la Nación).

Absolución de CAP

DAVOS/SWITZERLAND, JAN 1989 — (fltr) Klaus Schwab and Venezuela’s Pres­i­dent-elect Car­los Andrés Perez at the Annu­al Meet­ing of the World Eco­nom­ic Forum in Davos in 1989.
Copy­right World Eco­nom­ic Forum (http://www.weforum.org)

El 8 de mayo de 1980, luego de acalo­rado debate de var­ios días, el Con­gre­so delim­itó que, en el caso del navío en cuestión, hubo respon­s­abil­i­dad políti­ca más no admin­is­tra­ti­va y moral de Car­los Andrés Pérez.

El diputa­do David Morales Bel­lo, ejer­ció una firme pos­tu­ra des­de su curul advir­tien­do en su dis­cur­so que: «Nues­tra posi­ción es la de afrontar como siem­pre la expre­sión de la con­tra­men­ti­ra y la defen­sa de la ver­dad. Y nos expli­camos esta agre­sión con­tra CAP, como una coyun­da entre quienes pre­tenden asumir posi­ción de defen­sa rev­olu­cionar­ia, y quienes detrás de basti­dores, per­fec­ta­mente advert­ibles, con dineros mal habidos y peor dis­puestos, esa guer­ra para tratar de desa­cred­i­tar a CAP».

Adu­jo además que CAP, al ini­cio de su gob­ier­no, ya se había encon­tra­do con el caso abier­to de la adquisi­ción y equipamien­to de bar­cos de guerra.

Lo curioso de aque­l­la situación fue que el peri­odista y entonces diputa­do José Vicente Rangel salvó a CAP en aquel juicio famoso. El úni­co juz­ga­do por aquel even­to de “cor­rup­ción” fue el capitán Ansel­mo López Oquen­do, quien real­izó el arqueo del buque y fue reclu­i­do en el Reten Judi­cial del Junquito.

El Con­gre­so Nacional en su sesión con­jun­ta de ambas cámaras el 8 de mayo de 1980, dio como resul­ta­do de la votación: respon­s­abil­i­dad políti­ca: 132 votos con­tra el expres­i­dente Pérez y 102 a favor. Respon­s­abil­i­dad admin­is­tra­ti­va: 113 votos con­tra CAP y 115 votos a favor; quedan­do absuel­to y, en el caso de la respon­s­abil­i­dad moral, los votos se con­tabi­lizaron en 111 con­tra CAP y 119 votos a favor. Fue absuel­to y el caso Sier­ra Neva­da fue cer­ra­do por la Fis­calía el 13 de junio de 1980.

Antes del escándalo

La min­u­ciosa recopi­lación de los his­to­ri­adores Capec­chi y Schael, dice que el 1 de julio de 1977 se reunieron en Norue­ga rep­re­sen­tantes de la Cor­po­ración Vene­zolana de Fomen­to (CVF), John Raphaele y Luis Cova Arria; el doc­tor Ansel­mo López Oquen­do, en rep­re­sentación del Min­is­te­rio de Trans­porte y Comu­ni­ca­ciones; por la fir­ma vende­do­ra inter­me­di­aria Hice S. A., Franz Hay­oz; Meter Berg, en nom­bre del astillero Dram­men Ship and Verk­st­ed, y el emb­jaador de Venezuela en aquel país escandinavo.

El astillero iba a hac­er la entre­ga for­mal de un buque fan­tás­ti­co ven­di­do luego de cumpli­dos los trámites y exi­gen­cias mejor con­cor­dantes con los intere­ses de la Repúbli­ca de Venezuela.

Se trata­ba de un frig­orí­fi­co flotante que la enorme deman­da de ali­men­tos que exper­i­menta­ba Venezuela en aquel momen­to requería como apoyo a las masi­vas importa­ciones que abar­rota­ban los puer­tos y copa­ban la capaci­dad de la lim­i­ta­da red de silos refrigerados. 

Prosiguen estos his­to­ri­adores: Había caren­cia mundi­al de bar­cos frig­orí­fi­cos para que Venezuela supli­era las urgen­cias ali­men­ta­rias del país. Ese vapor se llam­a­ba Ran­gi-Berg, con­stru­i­do en 1972, cuan­do empezó a oper­ar trans­portan­do perecederos.

Ano­tan un dato for­mi­da­ble, el Ran­gi-Berg (Sier­ra Neva­da) fue ofer­ta­do en 23 mil­lones de dólares a la CVF, ente estatal que lo adquiría por la suma de 20 mil­lones de dólares. El buque cumplía via­jes entre Japón, Ecuador y la Cos­ta Este de Norteamérica.

Los eval­u­adores Gibbs & Cox Inc. y los tasadores con­sul­ta­dos, rindieron los informes cor­re­spon­di­ente en lo que dejaron asen­ta­do que el Ran­gi-Berg esta­ba en per­fec­tas condi­ciones, ante lo cual el min­is­te­rio de Fomen­to pasó la ofer­ta ofre­ci­da por Hice a las enti­dades públi­cas nacionales que debido al pre con­tra­to, ejercerían su propia audi­to­ria deter­mi­nante de la adquisi­ción o no del bar­co situ­a­do en Dramemen, Norue­ga para el momen­to en que las nego­cia­ciones habían avan­za­do lo sufi­ciente con­clu­i­do el exa­m­en por la Con­traloría Gen­er­al de la Repúbli­ca, cuyo dic­ta­men favore­ció lo con­venido en 20 mil­lones de dólares.

Capec­chi y Schael tam­bién indi­can entre las car­ac­terís­ti­cas téc­ni­cas que el Ran­gi-Berg, era un bar­co de 9 mil toneladas, cua­tro bode­gas para tem­per­at­uras de al menos 25°C y más de 12°C; 360 mil pies cúbi­cos y veloci­dad de 22,5 nudos. Sería reba­u­ti­za­do Sier­ra Neva­da por la CVF al tomar en cuen­ta que en tales bode­gas cualquier cosa se con­ge­la­ba con extrema rapidez.

Final­mente, señalan los cita­dos his­to­ri­adores que poco importó la suerte final de aque­l­la inver­sión que en su momen­to ascendía a 94.600.000 bolí­vares al cam­bio de 4,30 bolí­vares por dólar.  “La políti­ca y el escán­da­lo restaron todo val­or a la pos­esión de un bien por aque­l­la época esca­so en el mun­do de los buques o la mari­na mercante.”

Luego que el Sier­ra Neva­da, estu­viera un tiem­po pro­lon­ga­do en puer­tos vene­zolanos, fue traspasa­do a la Arma­da en 1985, que lo toma como bar­co frig­orí­fi­co reba­u­tizán­do­lo con el nom­bre de “Puer­to Cabel­lo” (T‑44) y en 1994 empezó a prestar ser­vi­cios para la Ofic­i­na Coor­di­nado­ra de Apoyo Marí­ti­mo de la Arma­da (Oca­mar), des­de donde tam­bién surgieron incon­ta­bles denun­cias puesto el buque era uti­liza­do para car­gar con mer­cancías (elec­trodomés­ti­cos y otros) en ben­efi­cio de la alta ofi­cial­i­dad, políti­cos y empre­sar­ios venezolanos.

Final­mente, el “Puer­to Cabel­lo” (ex Sier­ra Neva­da) operó has­ta 2002 y a pesar de encon­trarse en bue­nas condi­ciones, su des­ti­no cul­minó en el desguazadero.

ARV Puer­to Cabel­lo T‑44. Ex Sier­ra Neva­da. ex-Rag­ni Berg

Fuente: Luis Ernesto Fid­hel Gonzáles. 40 años del caso Sier­ra Neva­da. Analitica.com. Mayo 7, 2020
Fabían Capec­chi y Alfre­do Schael. De babor a estri­bor. Reseñas de la Nave­gación en Venezuela. Pub­li­cación de la Fun­dación Museo del Trans­porte. Mid­dlen­town, DE, USA. 2015

CorreodeLara

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