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Simón Bolívar: ¿Comunismo Bolivariano? 

Efraín Jorge Acevedo 
Twitter: @efrainjorge
efrainjorge@yahoo.es 

Desde la irrup­ción de Hugo Chávez y su movimien­to en la his­to­ria políti­ca vene­zolana, la figu­ra de Simón Bolí­var ha sido uti­liza­da e instru­men­tal­iza­da por la cor­ri­ente marx­ista que fue fun­da­da y lid­er­a­da por Chávez, has­ta el pun­to de que boli­var­i­an­is­mo, chav­is­mo y comu­nis­mo se con­virtieron casi en sinón­i­mos. Pero ¿real­mente Chávez fue el ori­gen de esta manip­u­lación políti­ca de la figu­ra de Bolí­var? ¿Y tiene algu­na base lóg­i­ca, razon­able y autén­ti­ca la aso­ciación de Bolí­var con el marxismo?

Como es bien sabido el cul­to a Bolí­var, el cul­to boli­var­i­ano, esa especie de pseu­do-religión laica, nacional­ista y repub­li­cana que ado­ra a Bolí­var como si fuera un Dios, una figu­ra mís­ti­ca; arrancó en toda su inten­si­dad en el rég­i­men del dic­ta­dor Anto­nio Guzmán Blan­co (quién fue Pres­i­dente de Venezuela en tres oca­siones, en los perío­dos 1870–1877, 1879–1884 y 1886–1887).

Hugo Chávez. Feb. 10, 2010 Venezue­la’s Pres­i­dent Hugo Chavez  (AP Photo/Fernando Llano, File)

Sería Guzmán Blan­co el que prác­ti­ca­mente elevó a Bolí­var a los “altares”, ide­al­izan­do y mist­i­f­i­can­do su figu­ra para, sobre la base de esa ado­ración, ter­mi­nar de crear o gener­ar un sen­timien­to de iden­ti­dad nacional vene­zolana, y sobre todo instru­men­talizar políti­ca­mente ese cul­to para fomen­tar el apoyo a su rég­i­men, iden­ti­ficán­dose a Guzmán Blan­co como el heredero de Bolí­var, el con­tin­u­ador de su obra “inmor­tal”.   

A par­tir de entonces el cul­to boli­var­i­ano fue usa­do por todos los gob­ier­nos o regímenes, que pro­movieron e instru­men­talizaron el cul­to a Bolí­var, inde­pen­di­en­te­mente de las difer­en­cias ide­ológ­i­cas y políti­cas que existier­an entre los difer­entes gob­ier­nos; Bolí­var lo mis­mo valía para un nacional­ista anti-comu­nista que para un social­ista “mod­er­a­do”, lo mis­mo para un lib­er­al que para un con­ser­vador, lo mis­mo para un dic­ta­dor que para un gob­er­nante democrático. 

Y el patri­o­tismo o nacional­is­mo vene­zolano se fusionó con el cul­to boli­var­i­ano, has­ta que prác­ti­ca­mente uno no se entendía sin el otro, y ser nacional­ista o patri­o­ta vene­zolano se con­vir­tió casi en sinón­i­mo de boli­var­i­ano, por enci­ma de afinidades o iden­ti­dades ideológicas.

Anto­nio Guzmán Blan­co, pres­i­dente de Venezuela en tres periodos

Pero llegó un momen­to de la his­to­ria en que la estrate­gia de una cor­ri­ente políti­ca e ide­ológ­i­ca ter­minó secues­tran­do la figu­ra de Bolí­var y su culto. 

En el año 1957, Venezuela todavía esta­ba gob­er­na­da por la dic­tadu­ra mil­i­tar del gen­er­al Mar­cos Pérez Jiménez, un nacional­ista anti-comu­nista; pero ese mis­mo año el Par­tido Comu­nista de Venezuela (PCV) ini­cia una estrate­gia de infli­tración en las filas de las Fuerzas Armadas de Venezuela, con el obje­ti­vo de cap­tar a jóvenes ofi­ciales mil­itares para even­tual­mente der­ro­car al rég­i­men mil­i­tar y reem­plazar­lo con una dic­tadu­ra comunista.

Esa estrate­gia sigu­ió ade­lante, aunque el 23 de enero de 1958 el rég­i­men de Pérez Jiménez fue der­ro­ca­do y se ini­ció la tran­si­ción a la democ­ra­cia. Y de hecho en 1962 los ofi­ciales mil­itares comu­nistas lle­van a cabo dos san­gri­en­tas inten­tonas de golpe de esta­do, “El Caru­pana­zo” y “El Porteña­zo”, inten­tan­do der­ro­car al gob­ier­no con­sti­tu­cional de izquier­da mod­er­a­da socialdemócra­ta del pres­i­dente Rómu­lo Betancourt.

Después del fra­ca­so de esas dos cru­en­tas rebe­liones mil­itares, los ofi­ciales marx­is­tas pasan a la clan­des­tinidad y se unen a mil­i­tantes del PCV y de otro par­tido marx­ista, el Movimien­to de Izquier­da Rev­olu­cionar­ia (MIR), para con­sti­tuir el grupo guer­rillero ter­ror­ista denom­i­na­do Fuerzas Armadas de Lib­eración Nacional (FALN), que lle­varía a cabo la lucha guer­rillera urbana y rur­al con­tra los gob­ier­nos democráti­cos has­ta 1969, inten­tan­do emu­lar la Rev­olu­ción Cubana de Fidel Castro. 

Es en este con­tex­to cuan­do el históri­co diri­gente del PCV, coman­dante guer­rillero e ideól­o­go marx­ista Dou­glas Bra­vo, pre­sen­ta en 1964 un informe sobre la situación políti­co-mil­i­tar ante la 5ta Con­fer­en­cia del Par­tido Comu­nista de Venezuela; y es ese informe el pun­to de par­ti­da del boli­var­i­an­is­mo comu­nista o marxista.

En ese informe Dou­glas Bra­vo pro­ponía mezclar el marx­is­mo-lenin­is­mo con el cul­to boli­var­i­ano, el boli­var­i­an­is­mo; en real­i­dad lo que pro­ponía era uti­lizar o instru­men­talizar el cul­to a Bolí­var para hac­er el Comu­nis­mo más atrac­ti­vo a los vene­zolanos, espe­cial­mente para los mil­itares que esta­ban imbui­dos de un nacional­is­mo que se nutría del cul­to mesiáni­co a la figu­ra de Bolívar. 

Y es que de hecho Dou­glas Bra­vo con­cluía en su informe que una Rev­olu­ción no se podría lograr tenien­do a las Fuerzas Armadas en con­tra (de hecho, la guer­ril­la sería der­ro­ta­da por las fuerzas mil­itares y poli­ciales), y por eso era nece­sario inten­si­ficar la tarea de infil­trar cadetes marx­is­tas en las Acad­e­mias mil­itares de Venezuela, donde se forma­ban a los futur­os oficiales. 

Mario Menén­dez (Cen­tro) posa con con los guer­rilleros Dou­glas Bra­vo (derecha) y Luben Petkoff (izquier­da) her­mano de Teodoro Petkoff

En 1965, Dou­glas Bra­vo es expul­sa­do del Par­tido Comu­nista de Venezuela, pero con­tin­ua su activi­dad guer­rillera y le ofrece al peri­odista mex­i­cano Mario Menén­dez, de la revista Suce­sos, una entre­vista donde reivin­di­ca su “marx­is­mo-lenin­is­mo-boli­var­i­ano”.

Y en 1966 fun­da el Par­tido de la Rev­olu­ción Vene­zolana (PRV), a través del cual sigu­ió bus­can­do una vía vene­zolana propia al marx­is­mo-lenin­is­mo que pasa­ba, entre otras cosas, por el bolivarianismo. 

Se for­mu­la la famosa tesis de “El Árbol de las Tres Raíces”; se supone que las tres raíces del social­is­mo marx­ista vene­zolano serían el Pen­samien­to Robin­so­ni­ano, el de Simón Rodríguez (el mae­stro de Bolí­var), otra raíz sería el pro­pio Simón Bolí­var y su pen­samien­to, y la otra raíz sería el caudil­lo lib­er­al fed­er­al­ista Eze­quiel Zamo­ra, los tres por supuesto “inter­pre­ta­dos” por los ideól­o­gos marxistas.

Dou­glas Bra­vo y sus colab­o­radores reclu­taron jóvenes de toda Venezuela con el fin de con­ver­tir­los en futur­os ofi­ciales y sub­o­fi­ciales mil­itares de car­rera para tomar el poder en Venezuela, logran­do intro­ducir­los con éxi­to en las Acad­e­mias de las Fuerzas Armadas. Así que con los años se for­mó una incip­i­ente logia mil­i­tar comu­nista den­tro de la insti­tu­ción castrense.

En la déca­da de los años 70s se imple­men­ta en la Acad­e­mia Mil­i­tar de Venezuela (la acad­e­mia de for­ma­ción de ofi­ciales del Ejérci­to de tier­ra vene­zolano) el Plan Andrés Bel­lo, que era un plan para refor­mar los pro­gra­mas de estu­dio en esa acad­e­mia; como parte de ese plan, se intro­du­jo una asig­natu­ra o mate­ria académi­ca denom­i­na­da Cát­e­dra Boli­var­i­ana, para el estu­dio del pen­samien­to políti­co de Bolívar. 

Pron­to esa cát­e­dra se con­vir­tió en un instru­men­to para agru­par, reclu­tar y adoc­tri­nar a los miem­bros de la logia comu­nista que se expandía den­tro del Ejército. 

Pre­cisa­mente en esa déca­da cursa­ba estu­dios en la Acad­e­mia Mil­i­tar uno de los cadetes marx­is­tas que se habían infil­tra­do como parte del proyec­to del marx­is­mo-lenin­is­mo-boli­var­i­ano de Dou­glas Bra­vo; se trata­ba de un jóven Hugo Chávez, que el 5 de julio de 1975 se grad­ua en la acad­e­mia con el ran­go de subteniente.

En esos años los ofi­ciales marx­is­tas ya comen­z­a­ban a ser cono­ci­dos den­tro de las Fuerzas Armadas, inclu­so por los Altos Man­dos, que asum­ieron una incom­pren­si­ble acti­tud pasi­va y con­de­scen­di­ente con esos ofi­ciales que debían haber sido trata­dos como una serie ame­naza con­tra la democ­ra­cia; y ya en ese entonces ese grupo de ofi­ciales eran cono­ci­dos como “Los Bolivarianos”.

En el año 1982 el grupo mil­i­tar marx­ista se orga­ni­za y adop­ta for­mal­mente un nom­bre, y pasa a lla­marse Movimien­to Boli­var­i­ano Rev­olu­cionario — 200 (MBR-200); con ello que­da for­mal­iza­da la instru­men­tal­ización de la figu­ra de Bolí­var, su nom­bre, por parte de los comu­nistas seguidores de las tesis de Dou­glas Bravo. 

Además, recur­ren a un espe­cial sim­bolis­mo, pues el número 200 es inclu­i­do en la denom­i­nación ofi­cial del grupo clan­des­ti­no hacien­do alusión a los 200 años del nacimien­to de Simón Bolí­var, un aniver­sario que se cumpliría el sigu­iente año al de la fun­dación del grupo, en 1983.

Para may­or sim­bolis­mo, el 17 de diciem­bre de ese año, en el aniver­sario de la muerte de Bolí­var, Chávez y otros ofi­ciales que lid­er­a­ban el grupo, hacen un jura­men­to sim­bóli­co emu­lan­do el famoso jura­men­to de Bolí­var en el Monte Sacro, y además lo hacen en el Samán de Güere, un leg­en­dario árbol muy lig­a­do a la leyen­da de Bolí­var (pues se supone que bajo su som­bra Bolí­var acam­pó varias veces con sus tropas); en el jura­men­to se com­pro­metían a dar la vida por su causa. El Jura­men­to del Samán de Güere acabó con­vir­tién­dose en un rito ini­ciáti­co para los futur­os miem­bros que se incor­po­raron al MBR-200. 

Es bien sabido que el Movimien­to Boli­var­i­ano Rev­olu­cionario — 200 eje­cutó dos san­gri­en­tos inten­tos de golpe de esta­do con­tra el gob­ier­no democráti­co del pres­i­dente socialdemócra­ta Car­los Andrés Pérez, el 4 de febrero y el 27 de noviem­bre de 1992, y aunque fueron un fra­ca­so mil­i­tar de los golpis­tas marx­is­tas, sig­nifi­caron la irrup­ción públi­ca del MBR-200 que se con­vir­tió en un movimien­to políti­co, el embrión de un futuro partido.

Pero, sobre todo, la primera inten­tona golpista sig­nificó el nacimien­to del fenó­meno de Hugo Chávez, con­ver­tido en un per­son­aje caris­máti­co y mesiáni­co con una inmen­sa pop­u­lar­i­dad, en un país siem­pre a la búsque­da del gran caudil­lo, del “sal­vador de la patria”. 

Y pre­cisa­mente ahí nació el Chav­is­mo, una nue­va pseu­do-religión pop­u­lar y políti­ca que adora­ba a Chávez como un dios o semi-dios; una pseu­da-religión que era tam­bién una cor­ri­ente políti­ca e ide­ológ­i­ca que en lo fun­da­men­tal era una cor­ri­ente comu­nista, marx­ista-lenin­ista, y que refle­ja­ba bási­ca­mente los prin­ci­p­ios del proyec­to orig­i­nario de Dou­glas Bra­vo, ese proyec­to de bus­car una vía vene­zolana propia al marx­is­mo-lenin­is­mo aprovechan­do el boli­var­i­an­is­mo, usan­do la ima­gen de Bolívar. 

En 1997 el Movimien­to Boli­var­i­ano Rev­olu­cionario — 200 es dis­uel­to y es reem­plaza­do por el Movimien­to V Repúbli­ca (MVR), un par­tido políti­co fun­da­do por Chávez para servir de tram­polín a su primera can­di­datu­ra presidencial. 

El nom­bre del nue­vo par­tido apela­ba de nue­vo a la his­to­ria de Venezuela, a la épi­ca inde­pen­den­tista, pues las tres primeras Repúbli­cas vene­zolanas se sucedieron durante la Guer­ra de Inde­pen­den­cia de Venezuela de España (la Segun­da y la Ter­cera Repúbli­ca fueron fun­dadas por Bolí­var) y la Cuar­ta Repúbli­ca fue la que nació al sep­a­rarse Venezuela de la Gran Colom­bia, y esa era la que Chávez pre­tendía “super­ar” para fun­dar una nue­va, la Quin­ta República.

Con la lle­ga­da de Chávez al poder en 1999 y la instau­ración del rég­i­men chav­ista que aún per­du­ra, se hizo más inten­sa la instru­men­tal­ización de la figu­ra de Bolí­var por parte del nue­vo orden neo-comunista.

Chávez no sola­mente provenía de las entrañas del movimien­to marx­ista mil­i­tar que, inspi­ra­do por el proyec­to ini­cial de Dou­glas Bra­vo, se reivin­di­ca­ba como “boli­var­i­ano” y manip­u­la­ba la figu­ra de Bolí­var en su ben­efi­cio; sino que además el pro­pio Chávez aparenta­ba ten­er una per­son­al devo­ción, obsesi­va e inclu­so enfer­miza, por el per­son­aje de Bolí­var (o al menos de la ver­sión car­i­ca­tur­iza­da de Bolí­var que tenía en su mente), lo que inclu­so ali­menta­ba algu­nas leyen­das urbanas.

El caso es que se abusó de la figu­ra de Bolí­var en la pro­pa­gan­da del rég­i­men, y el tér­mi­no Boli­var­i­ano fue uti­liza­do has­ta el har­taz­go; el nom­bre ofi­cial de Venezuela fue cam­bi­a­do a Repúbli­ca Boli­var­i­ana de Venezuela, la nue­va Con­sti­tu­ción era Con­sti­tu­ción Boli­var­i­ana, la Fuerza Arma­da Boli­var­i­ana, etc todo pasó a ser Bolivariano. 

Pero el prob­le­ma era que Boli­var­i­ano pasó a ser sinón­i­mo de Chav­ista, y por lo tan­to de Comu­nista o Marx­ista; el Boli­var­i­an­is­mo fue iden­ti­fi­ca­do con Chav­is­mo, Comu­nis­mo, Marx­is­mo-Lenin­is­mo y el famoso Social­is­mo del Siglo XXI, que no era otra cosa que el ran­cio social­is­mo marx­ista dis­fraza­do con nuevos ropajes.

La figu­ra de Bolí­var, que había sido pat­ri­mo­nio de todos los vene­zolanos en vir­tud del cul­to boli­var­i­ano nacional­ista, fue secuestra­da y con­ver­ti­da en pat­ri­mo­nio exclu­si­vo del total­i­taris­mo marx­ista-lenin­ista chav­ista. Y aunque den­tro de Venezuela muchos vene­zolanos anti-chav­is­tas no acept­a­ban esa manip­u­lación e instru­men­tal­ización, fuera de las fron­teras vene­zolanas surtía efec­to abso­lu­to la manip­u­lación del régimen.

En algunos país­es no se entendía la difer­en­cia entre boli­var­i­ano y chav­ista; es el caso de España, donde durante muchos años se uti­lizó el tér­mi­no boli­var­i­ano exclu­si­va­mente para iden­ti­ficar lo que en real­i­dad era apropi­a­do lla­mar chav­ista. De hecho, el tér­mi­no chav­ista se usa­ba muy poco y en su lugar sólo se usa­ba “boli­var­i­ano”, de tal man­era que parecía que en real­i­dad Bolí­var había sido el ideól­o­go del marx­is­mo reinante en Venezuela.

Pero, ¿históri­ca­mente se podrían encon­trar razones para iden­ti­ficar a Bolí­var con una cor­ri­ente marx­ista has­ta el pun­to de uti­lizar­lo como ído­lo y figu­ra pro­pa­gandís­ti­ca de esa corriente?

Lo primero que hay que recor­dar es que Simón Bolí­var murió el 17 de diciem­bre de 1830, es decir, más de 17 años antes de la primera pub­li­cación del Man­i­fiesto del Par­tido Comu­nista el 21 de febrero de 1848; así que no podría haber sido comu­nista o marx­ista porqué durante su vida eso aún no existía

Podríamos recor­dar tam­bién el pro­fun­do des­pre­cio que el fun­dador del comu­nis­mo, Karl Marx, sen­tía por Bolí­var, a quién atacó e insultó en artícu­los sobre his­to­ria y políti­ca que escribió. No deja de ser iróni­co que un marx­ista se con­sidere al mis­mo tiem­po boli­var­i­ano, cuan­do Marx odi­a­ba a Bolí­var y lo descal­i­fi­ca­ba en tér­mi­nos muy ofen­sivos y despectivos.

Karl Marx (1818–1883), Collection/Getty Images) CIRCA 1865

Pero vamos al hecho de que el Comu­nis­mo siem­pre ha inten­ta­do pre­sen­tarse o vender­se como el defen­sor de los pobres y oprim­i­dos con­tra los ricos, poderosos y explota­dores; eso es lo que se supone según su pro­pa­gan­da y sus enun­ci­a­dos dog­máti­cos, aunque sabe­mos de sobra por la expe­ri­en­cia históri­ca que en la prác­ti­ca es todo lo con­trario y la may­or mis­e­ria, explotación y desigual­dad se pro­duce pre­cisa­mente bajo el gob­ier­no de esta ideología. 

Pero sí nos aten­emos a lo que preg­o­nan supues­ta­mente y no a lo que hacen en la prác­ti­ca, ¿es posi­ble encon­trar en Bolí­var a un rev­olu­cionario defen­sor de los pobres y oprim­i­dos y ene­mi­go de las injus­ti­cias? ¿Fue Bolí­var un pre­cur­sor de algu­na for­ma de “jus­ti­cia social”?

La respues­ta hon­es­ta es un rotun­do no. Bolí­var era un aristócra­ta muy poco pre­ocu­pa­do por la suerte de los menos favorecidos. 

Recor­dan­do que Bolí­var estu­vo mucho tiem­po en el poder, y que durante los casi últi­mos 13 años de su vida fue Jefe de Esta­do gob­er­nante, bien sea como Pres­i­dente de la Repúbli­ca o bien sea como Dic­ta­dor, de ellos casi 11 como gob­er­nante de la Gran Colom­bia, y durante casi 3 años tam­bién gob­ernó el Perú, es posi­ble juz­gar per­fec­ta­mente su acti­tud al respecto.

A muchos marx­is­tas, sobre todo europeos, les podrá resul­tar sor­pren­dente saber que Bolí­var no tomó ningu­na medi­da a favor de los campesinos pobres; que no llevó a cabo nada pare­ci­do a una refor­ma agraria o repar­to de tier­ras. Que ape­nas dio vales por tier­ras a algunos vet­er­a­nos de guer­ra de sus ejérci­tos que ter­mi­naron ben­e­fi­cian­do a los grandes caudil­los que los com­pra­ban a bajo precio.

Se sor­pren­derán al saber que no dio la lib­er­tad a los esclavos negros, que ape­nas con­cedió la lib­er­tad a los que se unieron a sus ejérci­tos durante la guer­ra; y pro­mul­gó una ley aproba­da por el Con­gre­so de la Gran Colom­bia que hacía “libres” a los hijos de esclavos que nacier­an a par­tir de la pro­mul­gación de la ley (en 1821) pero someti­dos a una servidum­bre oblig­a­to­ria has­ta que cumpli­er­an 18 años de edad, y que por otro lado man­tenía como esclavos a los naci­dos antes de la pro­mul­gación de la ley.

Se sor­pren­derían al saber que no hizo nada tam­poco por los indí­ge­nas, a los que más bien per­ju­dicó al elim­i­nar las tier­ras comu­nales e imple­men­tar una políti­ca que pro­movió que los ter­rate­nientes blan­cos criol­los se quedaran con las tier­ras de los indios a pre­cio de gal­li­na flaca.

Segu­ra­mente tam­bién se sor­pren­derían al des­cubrir el pro­fun­do des­pre­cio hacia negros, indios y mes­ti­zos que Bolí­var mostra­ba en sus car­tas pri­vadas; y quizás enten­derían la ironía de que el marx­is­mo chav­ista mez­cle su supuesto boli­var­i­an­is­mo con el indi­genis­mo pop­ulista y radical. 

Y sí conocier­an la his­to­ria real sin pre­juicios, des­cubrirían para su escán­da­lo que, sobre todo al final de su trayec­to­ria como gob­er­nante, Bolí­var era mucho más un reac­cionario defen­sor de los priv­i­le­gios de la aris­toc­ra­cia que un rev­olu­cionario rad­i­cal jacobino.

La con­clusión es que real­mente es una aber­ración con­tra-natu­ra haber mez­cla­do a Bolí­var y el cul­to boli­var­i­ano con el marx­is­mo-lenin­is­mo o comu­nis­mo y el cul­to a Chávez. Una aber­ración que afor­tu­nada­mente parece estar diluyén­dose con el paso del tiempo. 

CorreodeLara

Esᴛᴀ́ ᴜsᴛᴇᴅ, ᴅɪsᴛɪɴɢᴜɪᴅᴏ ʟᴇᴄᴛᴏʀ, ᴇɴ ᴛᴇʀʀɪᴛᴏʀɪᴏ ᴅᴇ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ, ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄɪᴠɪʟɪsᴛᴀs, ʏ sᴏʙʀᴇ ᴛᴏᴅᴏ, ᴅᴇ ɢʀᴀɴᴅᴇs ᴀᴄᴏɴᴛᴇᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ϙᴜᴇ ᴍᴀʀᴄᴀʀᴏɴ ᴜɴ ʜɪᴛo

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