Simón Bolívar no murió pobre
Inés Quintero
Historiadora
Siempre se ha dicho que Simón Bolívar murió pobre, sin una camisa que ponerse. Esto no es verdad. El Libertador al morir era dueño de las minas de Aroa, un valioso yacimiento de cobre, propiedad de la familia desde el siglo XVII. Luego de la batalla de Carabobo, en 1821, le otorgó la libertad a sus esclavos de San Mateo y benefició a muchas personas con asignaciones provenientes de sus rentas
En 1827, cuando estuvo en Venezuela, repartió las propiedades de la familia entre sus hermanas y sobrinos. Jamás renunció a las minas de Aroa. Su plan era venderlas y vivir holgadamente de estos recursos al retirarse de la vida pública. No lo logró en vida. Pero sus herederos cobraron una suma millonaria cuando las vendieron a una compañía inglesa por 38.000 libras esterlinas.
Este era el patrimonio de Bolívar al momento de su muerte, además de sus pertenencias personales, sus joyas, medallas y algo de efectivo. Los detalles están en su testamento que puede ser consultado en línea. Está versión de un Bolívar empobrecido y en la inopia es parte de la idealización que ha acompañado la construcción del culto heroico sobre su vida y obra
Reacción antibolivariana
En los años finales de su vida, ya en el ejercicio de las dictadura, hubo una fuerte reacción contra la autoridad y el predominio político y militar de Simón Bolívar. Pasquines, versos y artículos de prensa condenaban el ejercicio autoritario del poder.
En Caracas la reacción antibolivariana fue rotunda. Tomás Lander editor del periódico El Fanal publicó en marzo de 1830 una nota en que lo llamaba “déspota” “malvado” y “ambicioso” y afirmaba que su único fin era elevarse sobre la ruina de los pueblos. El Congreso reunido en Valencia aprobó con solo 3 votos salvados perdonar y absolver a quienes participaron en el atentado contra Bolívar el 25 de septiembre de 1828. También se aprobó que mientras Bolívar permaneciera en territorio de Colombia no tendrían tratos con esa nación.
Cuando finalmente se supo en Venezuela la noticia de la muerte del Libertador, se publicó una nota escueta en la Gaceta de Venezuela el 4 de febrero de 1831, informando el deceso. No hubo duelo oficial ni honores fúnebres de ningún tipo. Fue solo 12 años después cuando se realizaron las honras fúnebres a Bolívar en su ciudad natal.