Sir Robert Ker Porter realizó tres retratos del Libertador
Juan José Perdomo
Historiador — compilador
juan.jopb2004@gmail.com
“Él es una persona un poco flacucha, y con un semblante estrecho, largo, melancólico, pero enérgico, plácido, pero de vez en cuando con un asomo de irritación en los ojos y los labios… Tiene unos 44 años de edad pero aparenta diez más, debido al clima, preocupaciones públicas y la carga del bienestar del nuevo mundo que por tan largo tiempo ha pesado sobre sus hombros…”
Carta de Ker Porter a su madre 24 de enero de 1827.
¨Cuando Bolívar ya no exista, quedarán su fama y renombre como el de un puro patriota y el real padre de su pueblo; como un Presidente muy por encima en talento, gloria y virtud patriótica al célebre americano, el Gran Héroe de la Libertad para sus hermanos del Norte…¨
Carta de Ker Porter a su hermana Jane del 25 de mayo de 1827.
La iconografía bolivariana ha de buscarse en los retratos realizados de él al natural. Por ello fueron cinco artistas, que se conozcan hasta ahora ‑incluyendo a Porter- a los cuales Bolívar posó para que lograran retratar su alma en su mirada: el peruano José Gil de Castro (1783–1841), el francés François Desiré Roulin (1796–1874), el colombiano José María Espinosa (1796–1883), el italiano Antonio Meucci (1785-¿?) y Sir Robert Ker Porter (1777–1842).
Es lamentablemente que los tres retratos realizados por Ker Porter no hayan perdurado en el tiempo y más aún que se desconozca su paradero al día de hoy (es un misterio sin resolver).
De los cinco retratistas que lo dibujaron al natural, creemos que ‑al igual que Roulin y Meucci- Porter era uno de los más acreditados en el arte del dibujo. Por esta razón, es interesante leer sus apreciaciones al respecto en su epistolario familiar y oficial, cuya correspondencia reposa actualmente en la Fundación John Boulton.
Aquí solo hemos utilizado su correspondencia y no su Diario puesto que este último ya está publicado tanto en inglés (1966. Walter Dupuy. Fundación Otto y Magdalena Glohm, Caracas, 1966), como en castellano (Traducción de Teodosio Leal. Fundación Polar, Caracas, 1997).
Para este trabajo hemos utilizado solo 30 registros de un total de 45 que hemos localizado sobre el tema en el referido archivo de Porter que tienen que ver con el retrato del Libertador.
Hemos utilizado los más relevantes, sin embargo, es oportuno aclarar que desconocemos si existen otras cartas que hagan referencia sobre el referido retrato, después del 24 de enero de 1829, fecha de la última carta utilizada acá y en dónde Porter ve con temor el retraso de Reynolds para concluir el grabado.
Así tenemos que para el 24 de enero de 1827, en carta a su madre, le comenta que le enviará un dibujo del Héroe de Sudamérica y le describe cómo era la fisonomía del Libertador:
¨porque prometió dedicarme una o dos horas para que le hiciese un retrato al lápiz de su rostro, el cual confió que por lo menos será el más parecido de los que se le han hecho hasta ahora… Él es una persona un poco flacucha, y con un semblante estrecho, largo, melancólico, pero enérgico, plácido, pero de vez en cuando con un asomo de irritación en los ojos y los labios… Tiene unos 44 años de edad pero aparenta diez más, debido al clima, preocupaciones públicas y la carga del bienestar del nuevo mundo que por tan largo tiempo ha pesado sobre sus hombros…¨ [1]
Según lo manifestado por el propio Porter un mes después, el 26 de febrero en carta a Jane, el Libertador estaba, según su parecer, ¨satisfecho¨ con lo que había logrado hasta ese entonces, puesto que le informa lo siguiente:
¨A menudo ceno con el Libertador, y es a indicación suya que he empezado un dibujo de él, el cual procuraré hacerlo tan bien como lo permitan mis habilidades en desuso. Hasta ahora el parece muy satisfecho de lo realizado; y puedo decir sin vanidad, que será el retrato más fiel que los que hasta ahora le han hecho. Te lo enviaré por un próximo paquete ‑en una especie de duplicado: el uno para Mr. Canning y el otro para ser litografiado a la Seddick [¿?], y si es posible por Mr. Lane- ya te volveré a hablar de esto más adelante...¨[1]
Un mes después, el 27 de marzo, le escribe a su esposa, que ha terminado el retrato y que él cree que el Libertador está encantado:
¨He hecho un retrato de él realmente excelente, y del cual creo que está encantado… Te enviaré una copia por el correo que probablemente saldrá a fines de abril o primeros de mayo, y Jane debería dar los pasos para que sea grabado, porque estoy seguro que podría venderse bien, tanto en Europa como en Sudamérica… La expresión es sosegada y afable, con un aire de melancolía pensativa y gran elevación de espíritu…¨[2]
Por lo que se desprende de la carta remitida el 31 de marzo a su hermana Jane, sabemos que los tres retratos realizados no eran copias exactas de uno solo, sino que por lo menos, el que enviaría a ella sería de cuerpo entero, por lo tanto, el enviado a Canning fue realizado ¨hasta un poco más abajo de la cintura. Así le escribe que:
¨Estarás enojada de que haya mandado una copia del retrato que hice de Bolívar directamente a Mr. Canning en lugar de enviártelo primero a ti; pero en realidad el tamaño era demasiado grande para poder aplicarle la autorización de mandarlo como una carta privada… le he escrito que así mismo te he enviado una copia para ser grabada, a deseos de S.E…. (ilegible) el tuyo ira sin falta por el próximo paquete; será de cuerpo entero; el suyo solamente hasta un poco más abajo de la cintura, así podrás ver que porción de este grande e inmortal Héroe crees preferible para ser multiplicado por los medios gráficos… pero realmente creo que si puede darse toda su persona no sería impropio del caso… Como no dudo de que muchos grabados vendrán a este país, México y Perú, debe ser muy bien hecho para que dé crédito a Inglaterra…¨ [3]
Quizá por prepotencia o celo artístico, Porter, al enterarse por correspondencia recibida de Sir Robert Wilson ‑padre del edecán del Libertador Belford Hinton Wilson- que se estaba realizando en Londres un grabado mandado hacer desde Lima, lo tacha de una obra muy mala y sin ningún parecido con el Libertador por lo que le promete a su hermana dedicarle las horas que se lo permitan para acabar el retrato de Bolívar ‑el que le enviaría a ella- pues el 19 de abril de 1827 le escribe expresa lo siguiente:
´Con respecto al retrato de Bolívar, encuentro en una carta de Sir Robert Wilson que actualmente hay en Londres un grabado de una obra muy mala hecha al gran hombre en Lima, y mandada desde allí… No tiene mucho parecido con él… Dedicaré al que preparo para ti todas las horas que me permitan mis tareas para acabarlo, y espero que lo podré enviar por el próximo paquete…´[4]
El grabado en cuestión fue el que realizó Charles Turner basado en el retrato hecho por Gil de Castro en 1825. El 30 de abril prosigue, en carta que envía a su hermana Jane, con su dura crítica al cuadro de Gil de Castro: ´He visto el original, que él [Bolívar] posee, y le da la semblanza de un mono.¨[5]
El mismo 30 de abril, escribe carta a parte a su madre informándole:
¨Deseo que puedas recibir pronto el retrato que he empezado de él [Bolívar], y será una digna adición a los otros en el comedor o la sala del “cottage” [Cabaña]…¨[1]
El 6 de mayo de 1827, le escribía a Jane, que:
¨Estoy muy ocupado en el retrato de Bolívar… Procuraré aprovechar todos los instantes que pueda hurtar a los asuntos públicos… para terminarlo… Creo que os agradará, y veréis que bella expresión tiene, los ojos radiantes bajo las cejas de la testa alargada a lo pericles.¨ [2]
Diecinueve días después, el 25 de mayo, le comenta a Jane que ha adelantado bastante el retrato y que cree ha de hacerse un grabado en mezzotinta. Pero también, casi proféticamente, le comenta en esa carta, lo siguiente:
¨ … Cuando Bolívar ya no exista, quedarán su fama y renombre como el de un puro patriota y el real padre de su pueblo; como un Presidente muy por encima en talento, gloria y virtud patriótica al célebre americano, el Gran Héroe de la Libertad para sus hermanos del Norte…¨[3]
El 18 de junio de 1827, le informa a Jane, que:
¨Voy adelantando el retrato, pero aún tardará unas semanas en quedar terminado… Cuando los recibas estoy seguro que te gustará… y entonces decidirás si ha de ser grabado o desistir de ello, porque me imagino que el retrato de cuerpo entero que Sir Robert Wilson recibió de Lima habrá sido grabado, con el consiguiente desgaste del filo agudo de la curiosidad pública… Confío que ahora Mr. Canning habrá recibido el que le envié… espero que apreciará la atención de obsequiarle con el retrato del Jefe del Nuevo Mundo…¨ [4]
Todas las anteriores cartas las escribió Porter cuando todavía Bolívar se encontraba en Caracas. La que escribe a Jane, el 16 de julio de 1827, así lo atestigua:
¨Caracas está desanimadísima… todos han marchado ‑Bolívar y su séquito y también mi amigo Alex Cockburn y el suyo-… Te enviaré su retrato, es demasiado grande para hacerlo por los despachos… En verdad me tomó mucho tiempo con él, procurando dibujarlo lo mejor que puedo, ya que se trata de un personaje tan trascendental, y estoy seguro que pensará que no he fallado en la empresa… Confío que sobrepasará mis (retratos de) reyes, está acabado con el mismo estilo, pero es como cuatro veces mayor; el retrato es realmente ‑aunque no debiera decirlo- como él mismo, y creo que descubrirás en él una gran semblanza con la descripción que te di de su rostro y expresión… Creo que por el paquete (el que salió el 14 de abril) envié el retrato de Bolívar a Mr. Canning, y por el próximo que llegue espero saber que lo recibió y tengo mucha curiosidad por saber cómo lo ha acogido y que ha dicho de él. Ahora ansío que el mío quede terminado y colgando felizmente en vuestra sala o comedor…¨[5]
El 20 de julio de 1827, le escribe a Robert Wilson:
¨Mr. Harry, el Vice-cónsul en La Guaira, me informa de que hay allí una caja de hojalata, dirigida a su dirección, que contiene grabados del Libertador… No dudo que con ellos debe haber instrucciones en cuanto a su precio, etc.; … si el precio es elevado no creo que puedan venderse mucho, la pobreza y una invencible apatía serán los dos obstáculos más poderosos a su venta, a pesar de ser la ciudad natal del Héroe que representa… Por las razones expuestas no auguro un gran éxito en la venta de los grabados… Confío en que Mr. Canning le enseñará el dibujo de Bolívar que le envié por uno de los paquetes anteriores a los últimos; … se lo ofrecí a tan brillante estadista, con una muestra de respeto y gratitud por su protección y amabilidad hacia mí… Todos los que han visto el retrato aseguran que tiene un gran parecido; Belford dice que es el único entre los existentes que refleja la expresión de su semblante.¨[6]
Por medio de la misiva enviada a Jane Porter sabemos que para el 5 de agosto de 1827 ya había terminado el segundo retrato de Bolívar y que había realizado una acuarela en gran formato:
¨Quiero decirte como me gusta el retrato que estoy haciendo del grande hombre; pero por su tamaño no será posible enviarlo a Inglaterra en la forma corriente de una carta; tendrá que ir enrollado en una caja de hojalata;… en su rostro encontrarás una fiel imagen de la descripción escrita que te mandé, pudiendo observar al mismo tiempo que no se parece casi en nada al retrato que posee Sir Robert Wilson… Hice cuanto pude ‑a pesar de la falta de práctica que ahora tengo del lápiz- para que fuese digno de la ilustre personalidad que representa… y tal como va la obra… creo que es lo mejor que he hecho como acuarela…¨[7]
El 17 de agosto vuelve a expresar a hermana María su rechazo al retrato de Gil de Castro en manos de Robert Wilson, ahora no con términos racistas sino antifrancés:
¨Mucho deseo que puedas ver el retrato que he hecho de él… porque creo que estuve afortunado al reflejar su expresión benigna y hondamente reflexiva,… el grabado hecho en Londres de un retrato que posee Sir Robert Wilson lo presenta como un petulante General francés, es demasiado fatuo para ser el del Presidente;… no quiero que te imagines que crea que el mío es perfecto, pero es sin duda,… tanto en el rostro como en la figura, mucho más verídico que el otro.¨[8]
El 20 de septiembre de 1827, le escribe a Jane Porter que había enviado el retrato de Bolívar por medio de Mr. Ward: su Diario; lo que había escrito para ese año y tres dibujos: uno del Emperador Alejandro, croquis hechos en Madeira y uno cerca de Caracas.[1]
En esta importante carta, por lo menos según lo expresado por Porter, aparte de su familia otras dos personas más habrían visto o conocido el retrato realizado por él del Libertador: Belford Hinton Wilson y Herbert Taylor. Así lo atestiguan tres cartas, una dirigida a su hermana Jane el 19 de noviembre de 1827, dónde además de reconocer que la pintura realizada en Lima ‑quizá por diplomacia ante Wilson- tiene ¨una tenue semblanza¨ con el Libertador, muy a pesar de haber ya expresado que se parecía a un mono:
¨Te harás cargo del carácter del Libertador contemplando la expresión que tienen los ojos en el retrato… Siento decir que no he recibido ninguna insinuación de Mr. Canning que sea un indicio de que ha recibido el dibujo de Bolívar que le envié; … confío que lo recibió; yo estaría muy disgustado si hubiese ido a parar a otras manos… Cuando en julio pasado escribí a Sir Robert Wilson le rogué pidiese al último Secretario de Estado que le dejase ver el retrato, ya que su hijo me dijo que entre todos los hechos, era el único que verdaderamente se parecía al Libertador… A propósito, no me has dicho si viste la pintura de Lima de la cual se copió el grabado en mezzatinta, y que se parece más a un mono que a Bolívar, y no obstante, a la primera ojeada tiene una tenue semblanza con él…¨[2]
En otra carta dirigida al mismo Wilson el 21 de marzo de 1828, además de expresarle las alegrías de volver a ver a Bolívar en Caracas y desearle éxito al Libertador en la salvación del país bajo su mando, le copia lo expresado por su hermana María respecto a las apreciaciones del retrato hecho por él al Liberador:
´Tendré más alegría de la que puedo expresar… si puedo otra vez estrechar su mano, y no menor en dar por segunda vez la bienvenida en su ciudad natal a su virtuoso Jefe… Deseo que el éxito corone sus honestos y patrióticos esfuerzos, ya que para la salvación de este país no veo nada más que el permanezca colocado permanentemente a la cabeza del mismo con plenos poderes… Su propia integridad y juiciosa moderación ya son suficientes garantías… Copio a continuación lo que me escribe mi hermana María al ver por primera vez el retrato del Libertador; … ello le probará que la interpretación fisionómica de tal semblante puede estar de acuerdo con la realidad… “En este momento solo tengo pensamiento y ojos para Bolívar, al cual he mirado fijamente más de una vez, hasta que la imagen quedó vívidamente impresa en mi memoria… Nunca había visto un rostro que me causase una impresión tan honda y extraordinaria; al mirarlo, olvidé el dibujo ‑y hasta al querido artista‑, de nada me acordaba al contemplar al héroe… Ví al mismo Bolívar, y he podido verlo sin prisas ni estorbos. Tu descripción del él queda exactamente corroborada por el retrato, él no es igual que ningún otro guerrero que nunca haya visto representado ‑sin ninguna semblanza con Napoleón- por lo tanto creo que no corrompido por ninguna de las degradaciones que a veces envilecen la gran ambición… Jane y yo quedamos particularmente impresionadas por la ausencia de fuego y ardor en su semblante, tiene más el aspecto de un patriota, que por un hondo sentido del deber se dedica a los grandes actos, para los cuales él está dispuesto hasta el sacrificio, del que espera el triunfo de su causa, y renombre, si no poder, para él… Esta rara expresión es la que da un interés tan intenso a su retrato, haciéndolo penetrar más profundamente en el corazón de lo que pueda hacerlo la clara confianza de otros héroes más felices. … Realmente me obsesiona desde que lo he visto”… Creo que desde ahora todo irá de acuerdo con sus deseos, … el espíritu público, al que deberán despertar tantas representaciones, civiles y militares, … sin duda se generalizará sinceramente; … si no es así, entonces en realidad este pueblo no es digno de que lo salven. En todo caso creo que la decisión del General está irrevocablemente tomada; y que a todo trance la querrá mantener sagradamente, porque de ella depende la salvación de su buen nombre y la de su país… Tan sólo su supremacía puede hacerlo.´´[3]
La última de estas tres cartas, dirigida a Herbert Taylos el 19 de abril de 1828, le escribe lo siguiente:
´´Confío en que mientras mi hermana ha estado en Londres… le habrá podido enseñar el dibujo que he hecho de Bolívar; en él verá los rasgos y la expresión de una extraordinaria personalidad, y creo que puede adivinarse la verdadera carrera de este General patriota en su rostro agobiado de inquietudes…´´[4]
Porter vuelve hacer referencia sobre el retrato de Gil de Castro como una ´´representación simiesca,´´ puesto que así se le expresa a María Porter el 21 de diciembre de 1827:
´´Así será la primera de ver el retrato del glorioso héroe colombiano, y podrá compararlo en su memoria con la representación simiesca del mismo gran hombre que posee Sir Robert Wilson… Mi Diario te hará conocer el carácter de este buen patriota, quiero decir sus sentimientos más íntimos, porque a causa de ser tan terriblemente afortunado, ha de aparecer siempre delante del pueblo con la firme solemnidad de su Libertador, pero cuan diferente es cuando se desviste, y deja de lado el manto popular por otro de más puro y simpático, de individual amistad e intercambio privado… Bolívar, como mi querido y recordado Alejandro [Emperador Alejandro I de Rusia + 1 de diciembre de 1825], cuando se presenta al público asume el ademán de lo que ha de ser el Jefe de una Nación creciente, con la dignidad y toda la cortesía del título bien merecido de Libertador que todos le han conferido…´´[1]
En vista del futuro que le deparaba al Libertador por la convención de Ocaña, Porter sugiere a su hermana Jane esperar la reproducción del grabado, así se lo expresa el 28 de febrero de 1828:
´´Me siento orgulloso y lisonjeado de la impresión que mi Bolívar os hizo a ti y a María; debes hacer como dices, esperar un poco para ver si es prudente reproducirlo en grabado o no. El evento, o mejor el resultado de la Gran Convención de Ocaña sellará su futuro poder en este país; por lo tanto decidiremos también entonces su destino.´´[2]
Según las apreciaciones de Porter, el Libertador no tenía una gota de sangre de color ni de indio en sus venas. Hoy día sabemos que eso es totalmente falso, sin embargo, las apreciaciones de Porter estaban de acuerdo a la costumbre de su época, muy a pesar que recibió, a petición suya, un ´bucle de su cabello´, puesto que así se lo expresaba a su madre el 29 de febrero de 1828:
´´A petición mía me dió un bucle de su cabello negro, que es realmente hermoso; y cuando vea su retrato, como quizás pueda también verlo el público de Europa, por un grabado del mismo, se comprobará el hecho, desvaneciéndose la falsedad de que es un negro o un indio. Al contrario, no tiene una gota de sangre de color en sus venas, ni la menor traza de la apatía de los indios aborígenes ni la ferocidad vengativa de los africanos trasplantados… Él es mi segundo Bolívar, y durante las conmociones políticas de 1826, siempre procuré presentar sus actos a Mr. Canning bajo la luz más patriótica y favorable posible.´´[1]
Por lo que se desprende de la carta enviada a su hermana Jane el 23 de abril de 1828, hecha a la suerte seguir con los trabajos de grabar su dibujo del Libertador muy a pesar que el grabado de Turner ‑para ese entonces- no había cubierto los gastos, así se lo expresa:
´´Realmente me siento más halagado de lo que podría expresar por la expresión general de encanto y sincero sentimiento que todos manifiestan al ver al Bolívar… Quiero decir al leer tan verdaderamente en su imagen el real y virtuoso carácter del hombre… Te aseguro que lo que me dices de que los que ahora llevan el timón están con el Libertador, me da una verdadera alegría… Creo que si el retrato del Presidente (el que posee Sir Robert Wilson) aún no ha cubierto los gastos, no te dará mucho estímulo para grabar el mío, sin embargo, a estas horas la suerte debe estar ya echada y tal vez el trabajo bastante adelantado; su glorioso pendant creo que cubriría su costo aquí y en la parte septentrional de la República se vendería bien; el parecido es como él mismo. Te enviaré tan pronto como pueda el destinado a nuestra casa.´´[2]
Porter habría convencido a su hermana Jane de seguir con la idea de grabar el retrato realizado por él al Libetador, pues así se lo hace saber a su esposa el 23 de abril de 1828:
´´Ya veo que, como en todo lo que hace por mí, ella (Jane) ha entrado en la idea del retrato de Bolívar en cuerpo y alma. El original es en todos los conceptos digno de cuanto pueda hacerse para mostrar sus patrióticas virtudes al mundo europeo, así como hacer ver sus esfuerzos para despertar el interés de los gobernantes de Inglaterra, y que estos insistan para que el truhán de Fernando reconozca de una vez la Independencia de estos países…´´[1]
Por la carta que le escribe el 14 de mayo de 1828 a Belford H. Wilson se desprende que el propio Bolívar sabia de los trámites de Porter para grabar su retrato en Londres:
´´Le ruego que traslade al General mis más cálidos y sinceros recuerdos, y dígale que todo Londres está admirado de la expresión de su semblante, y confío que cuando deje Colombia tendré el honor de ofrecerle algunos ejemplares del grabado que ya se está haciendo de mi dibujo que llegó a Londres el último noviembre.´´[2]
Muy a pesar del entusiasmo de Porter sobre mandar a grabar el retrato del Libertador él se mantenía suspicaz a la hora de venderlos quizá creería –suponemos nosotros- que correría la misma suerte del de Turner. El 26 de mayo de 1828 en carta a su hermana Jane le escribe:
´´Acompaño con esta carta un trozo de papel en el cual indico lo que creo que debería grabarse debajo del retrato de Bolívar; en la próxima carta te podré dar mejor una idea del número de ejemplares que podrá necesitarse aquí, a pesar de la fama del héroe, de ser esta su ciudad natal y de la gratitud que deberían tenerle, no espero grandes cosas de Colombia… Vinieron cien copias del grabado de Sir Robert Wilson, y creo que de ellas sólo se vendieron diez, una de las cuales compré yo para mi sala y otra para un regalo… Lo que has decidido respecto al grabado demorará de momento la oportunidad de que el retrato que mandé a Mr. Canning pudiese llegar a conocimiento del público por medio de un grabado, lo cual creo que más pronto o más tarde hubiese sucedido en el caso de no publicarse el del cuerpo entero; si Mr. Reynolds termina su parte de trabajo en tres meses, imaginaré qué caminos y medios pueden encontrarse para enviar aquí unos cincuenta ejemplares, los cuales temo sean aún demasiados para satisfacer a los pocos que quieran dar una guinea por su Libertador…´´[3]
El mismo 28 de mayo le escribe a Belford H. Wilson que:
´´Mi hermana Jane ha puesto el retrato del General en manos del mejor grabador de Londres y se pagarán doscientas guineas por su trabajo, pudiendo costar cerca de una tercera parte más antes de distribuirse… Mi Bolívar fue admirado por Wellington y todos los grandes personajes civiles y militares de Londres, y le aseguro que las señoras se volvían locas al ver el alma magnánima y realmente grande que expresa su semblante… Creo que hacia el mes de diciembre tendré aquí algunas copias… Sir Robert visitó a mi hermana cuando esta estaba en Londres y sin duda le dirá su opinión acerca de la expresión del retrato… Se tenía que enviar a Windsor para que Sus Majestades lo viesen antes de darse al grabador.´´ [4]
Para mediados de agosto de 1828, seguía con la negativa de que en Caracas se vendiera su retrato del Libertador y pensaba que era más valorado por los europeos. Así se lo expresa el 15 de agosto de 1828, a su madre:
´´Me sorprende… que alguien haya recomendado a Nugent (?) para hacer el grabado de Bolívar, seguramente que él nunca hubiera tenido la vanidad de indicarlo a la querida Jane… En verdad creo que aquí no habrá muchos que admiren tanto al Libertador como para llegar a comprar su retrato; la efigie del héroe será valorada mil veces más por vosotras que en la República, y más en cualquier parte de la República que en su ciudad natal, Caracas… Así es la gratitud!…´´[5]
Ese mismo 15 de agosto de 1828 le recomienda a su hermana Jane que si ella lo cree:
´´conveniente podría escribirle a Lord Aberdeen [George Hamilton Gordon] ofreciéndole un grabado del Libertador, creo que fuera mucho mejor siendo tú quien lo hiciese, diciendo que estás segura de que al hacerlo te adelantas a mis intenciones… Confío en que la elevación de Bolívar al Poder Supremo será ventajosa para el grabado del héroe; quiero decir en Europa… Aquí no le será ni una pizca, porque son una gente muy singular… a los que solo mueve el impulso del momento por lo cual no se puede esperar de ellos nada estable… ni en actos ni sentimientos… Bolívar está ahora en un pináculo muy peligroso, y su protegido el Coronel Wilson lo ve y lo siente así…´´[6]
Por lo escrito en la carta anterior Porter mantenía su negativa en que la gente llegara a comprar su retrato de Bolívar; veía más ventajosa la posición del héroe en Europa que en su tierra natal tanto por los acontecimientos políticos como por lo que le expresó el coronel Wilson. Esa misma negativa seguía intacta el 22 de septiembre de 1828, cuando le escribe a Jane lo siguiente:
´´Respecto al grabado de Bolívar, creo que probablemente podrían venderse diez o doce en los Estados Unidos; pero ya sabes que son tan piratas con las obras de arte y producciones literarias, que seguramente muy pronto copiarían la parte del retrato del grabado de Bolívar, vendiéndolo a un precio reducido, lo que convertiría en nula la venta de un número aún mayor que el indicado… En mis últimas cartas ya os dije que era probable que aquí se venderían algunos, pero repito que en Colombia no debemos esperar vender ni un centenar, quizás la mitad de esto, es solamente en Europa donde pueden obtenerse mayores beneficios…´´[7]
Para el 24 de enero de 1829 Porter temía por la demora de Reynolds y que el grabado no llegara a Colombia antes de su partida y pensaba además que la tardanza del grabador se debía a que estaba duplicando la placa para así aprovechar para venderlo en Paris, puesto que son varios los países que admiran a Bolívar.[8]
[1] ASRKP.FJB. Legajo 05. N° de registro 159. pág. 115.
[2] ASRKP.FJB. Legajo 27. N° de registro 345.pág. 242.
[3] ASRKP.FJB. Legajo 05. N° de registro 161.pág. 131.
[4] ASRKP.FJB. Legajo 27. N° de registro 348.pág. 252.
[5] ASRKP.FJB. Legajo 05. N° de registro 176. pág. 227.
[6] ASRKP.FJB. Legajo 05. N° de registro 177. pág. 235.
[7] ASRKP.FJB. Legajo 05. N° de registro 180. pág. 251.
[8] ASRKP.FJB. Legajo 07. N° de registro 213. pág. 001.
[1] ASRKP.FJB. Legajo 05. N° de registro 151.pág. 057.
[2] ASRKP.FJB. Legajo 05. N° de registro 158. pág. 105.
[1] ASRKP.FJB. Legajo 03. N° de registro 116. pág. 167.
[2] ASRKP.FJB. Legajo 05. N° de registro 150. pág. 049.
[1] ASRKP.FJB. Legajo 03. N° de registro 103. pág. 095.
[2] ASRKP.FJB. Legajo 26. N° de registro 263. pág. 033.
[3] ASRKP.FJB. Legajo 27, N° de registro 337. pág. 221.
[4] ASRKP.FJB. Legajo 27, pág. 229. N° de registro 341.
[1] ASRKP.FJB. Legajo 02. N° de registro 84. pág. 085.
[2] ASRKP.FJB. Legajo 03. N° de registro 92. pág. 029.
[3] ASRKP.FJB. Legajo 03. N° de registro 90. pág. 017.
[4] ASRKP.FJB. Legajo 03. N° de registro 95. pág. 041.
[5] ASRKP.FJB. Legajo 04. N° de registro 131. pág. 057.
[6] ASRKP.FJB. Legajo 27. N° de registro 305. pág. 108.
[7] ASRKP.FJB. Legajo 03. N° de registro 99. pág. 067.
[8] ASRKP.FJB. Legajo 03. N° de registro 102.pág. 091.
[1] ASRKP.FJB. Legajo 04. N° de registro 123. pág. 019.
[2] ASRKP.FJB. Legajo 02. N° de registro 73. pág. 017. La negrita es nuestra.
[3] ASRKP.FJB. Legajo 02. N° de registro 74. pág. 021. La negrita es nuestra.
[4] ASRKP.FJB. Legajo 02. N° de registro 79. pág. 049.
[5] ASRKP.FJB. Legajo 02. N° de registro 82. pág. 073.
[1] Archivo de Sir Robert Ker Porter. Fundación John Boulton. (En adelante: ASRKP.FJB). Legajo 02. N° de registro 70. pág. 001. La negrita es nuestra.
Infinito agradecimiento por este aporte, con el cual usted comparte facetas muy precisas del genio Simón Bolívar Padre Libertador. Sol de América.
Por cierto imágenes (retratos) muy distantes y distintas a lo expuesto en tiempos recientes.
Un fuerte abrazo
H. Reyes