Tucacas es la cuna del Ferrocarril 1870–1945
Cruz Enrique Otero Duno
Cronista del Municipio Silva, estado Falcón
El general Antonio Guzmán Blanco resultó electo presidente constitucional de Venezuela para el período de 1870 a 1877. El propio congreso nacional acordó denominarle Ilustre Americano y erigirle una estatua frente al Capitolio de Caracas. El período es llamado El Septenio, habiendo realizado Guzmán fecundas obras de progreso, tales como acueductos, el Capitolio Federal, el Panteón Nacional, el Teatro Municipal de Caracas y el establecimiento de tramos ferroviarios en varias zonas del país
Su afán por los trenes lo llevó a firmar un contrato con especializados magnates ingleses, a fin de construir una trocha desde el puerto de Tucacas hasta las minas de cobre ubicadas en la localidad de Aroa. El presidente depositó su confianza en la empresa New Quebrada Company, la cual inició la obra en 1873. La fecha prevista para la inauguración de la obra fue el día 7 de febrero del año 1877.
Efectivamente el día anterior el presidente Guzmán partió desde su casa, ubicada en Antímano, y bajó hasta el puerto de La Guaira acompañado de su ministro de Guerra y Marina general Felipe Esteves Valdés y una numerosa comitiva. Abordaron el buque de guerra El Zumbador y al amanecer del día 7 llegaron a Tucacas. Le esperaban un ministro inglés, el presidente del estado Falcón Antonio Marzal y otras personalidades, quienes le rindieron homenaje y con mucha alegría festejaron el hecho en los elegantes salones de la estación.
Una vez develada la placa de mármol, conmemorativa de la importante obra, procedieron a abordar el vagón de pasajeros que era impulsado por la locomotora No.1, y se dirigieron a Aroa. Esa localidad también era llamada Hato Rey y Pueblo Nuevo.
Aspecto de la vía del Ferrocarril Bolívar
Obreros construyendo la vía férrea
La voluntad de Guzmán Blanco derivó un auge socio- económico muy predominante en el puerto de Tucacas; mientas que en Aroa fueron conocidas, por vez primera, diversas instalaciones industriales, una planta de hielo, un laboratorio metalúrgico, el servicio médico regional, una planta eléctrica y un equipo de fundición.
A ambas localidades llegaron colonos ingleses, franceses, italianos, árabes, alemanes y holandeses. En Tucacas, en el inicio de la era del caballo de hierro, los primeros holandeses en establecerse fueron Harry Pierre y Essac Eekhout. En Tucacas se instalaron, por cierto tiempo, los ingleses Míster Gibson, Self, Robinson, Bowen, Crissi, Machi y Charles Botonlye.
Estación Pueblo Nuevo
Al poblado de Aroa el primer emigrante italiano que llegó fue don Giuseppe Bavaresco De Windt (don Pepe), casado con Petra María (Ñá María) Tescari Cobolo de Bavaresco. El hijo mayor de don Pepe y Ñá María fue Antonio Guzmán Bavaresco Tescari, quien se desempeñó como experto mecánico de trenes en los talleres ubicados en las minas. Al tiempo se hicieron presentes los Bonaguro, Barone, Pigotti, Radaelli, Corso, Peluza, Pichinoni, Cechini, Gennini, Vicchoni y Mastrángelo.
Al nombrar a los primeros holandeses que se radicaron en estos pueblos, recordamos a los Prince, Mauricio, Athalido, Gull, Timer, Schermer, Vandeberde y Lofman. Los árabes también se radicaron mucho tiempo después de haber comenzado la explotación de las minas de cobre. Entre ellos podemos citar a los Curé, Moor, Amair, Saldivia, Salím, Abrahám, Abdul y Raidi. Estos fueron dueños de grandes almacenes de ropa y telas. A la vez iniciaron el sistema de pago por cuotas.
La lápida de mármol, develada por Guzmán Blanco en Tucacas, fue traída desde la ciudad de Carrara (Italia) y posee la siguiente inscripción: Esta placa conmemora la conclusión e inauguración del primer ferrocarril de Venezuela, construido durante la fecunda presidencia del Ilustre Americano General Antonio Guzmán Blanco. La inauguración de esta importante obra, comenzada en 1873, fue solemnizada con la asistencia del Regenerador de Venezuela, el 7 de febrero de 1877. La losa reposa en el Museo del Transporte, en el Parque del Este, en Caracas.
Estación Aroa
Esa época el comercio minero constituye uno de los primeros campos para la inversión extranjera. El capital inglés desarrolla la vía férrea para realizar el transporte de cobre de las minas, las cuales habían sido descubiertas por Alonso de Oviedo, al penetrar a través del río Aroa en el año de 1615. Luego las propiedades fueron pasadas al poder de Francisco Marín de Narváez, quien testamentó las minas a nombre de su hija Josefa, bisabuela de Simón Bolívar. A raíz de su muerte fueron vendidas a una empresa cuyo nombre fue Bolívar Mining Company, que transportaba el cobre hasta Tucacas en lomos de bestias, a una distancia de 55 millas. Luego fue fundada la Bolívar Railway Company, Limited, que administró la comercialización del mineral hasta el año 1898.
Uno de los electricistas más relevantes de las máquinas fue Daniel Segura C., en tiempos en que Mr. R. T. Brindley Hicks se desempeñara como ingeniero jefe en Aroa. La línea comprendía, inicialmente, las siguientes estaciones: Tucacas, Santa Bárbara, Alambique, Palma Sola, Yumare, Boquerón, El Hacha y Aroa, con prolongación hasta las minas.
A fin de trasportar productos alimenticios y otros renglones comienza, en 1913, la construcción de un ramal desde Palma Sola hasta la ciudad de San Felipe, pasando por Farriar, Las Rositas, Los Cañizos y Marín. Luego se prolonga la vía desde El Hacha hasta Barquisimeto, pasando por San José, Cayures, Agua Fría, Limoncito, Duaca, El Eneal, Tacarigua y El Cují. Se hizo una prolongación desde Pueblo Nuevo hasta El Hacha, con la estación de La Luz.
A causa de la primera guerra mundial se perdieron los mercados; y ya para 1922 los fletes del transporte de cacao, arroz, café, velas, jabón, cigarrillos y fósforos fueron rebajados. Se hizo necesario vender algunos terrenos de la compañía. Esto coincidió con la crisis económica Estatal de 1932, cuando la compañía Bolívar se vio en la necesidad de poner gratuitamente a disposición de los agricultores de los valles de Aroa los terrenos para incentivar la siembra.
A comienzos de los años 40 hubo una línea férrea que fue anexada al Ferrocarril Bolívar. Se trata de la ruta desde Palma Sola (estado Falcón) hasta El Palito (estado Carabobo), con estaciones intermedias en San Pablo de Urama y Morón. Ello significó que, mediante necesarios trasbordos, pasajeros y cargas procedentes de Barquisimeto, San Felipe, Aroa y Tucacas podían ser llevados hasta Puerto Cabello, e incluso Valencia, Maracay y la capital de la República, al tomar el tren Puerto Cabello-Valencia y luego el Valencia-Caracas.
Ferrocarril Bolívar. Estación El Hacha
En 1952 las propiedades de la empresa pasan al Instituto Autónomo de Ferrocarriles del Estado (IAFE), mientras que en 1954 la actividad se paraliza totalmente. Es cuando el gobierno nacional ordena desmantelar los 216 klm. de vías y establece oficinas de administración de bienes en Tucacas y Aroa. Luego los terrenos e inmuebles son transferidos, unos al Instituto Agrario Nacional y otros al Concejo Municipal del Distrito Silva, capital Tucacas. Este último procede a adjudicar los terrenos a terceras personas y es destruida la sede de la estación Tucacas, desapareciendo así un legado que fue testigo de una radiante epopeya que marcó un hito en la historia de la patria: el primer ferrocarril fundado en Venezuela.
El primer emigrante italiano (Treviso, Italia), que llegó a Aroa fue don Giuseppe Bavaresco De Windt (don Pepe), era mi Bisabuelo paterno.