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Venezuela, país invisible: 1899–1902

Ángel Rafael Lombardi Boscán
Director del Centro de Estudios Históricos de la Universidad del Zulia
@lombardiboscan

Hay una idea que es ter­ri­ble. Y muy pocas veces se nos pasa por la cabeza a los vene­zolanos: luego de la Inde­pen­den­cia en vez de ganar en real­i­dad perdi­mos. Y en 1899, fecha fron­ter­i­za y emblemáti­ca, en que ocurre la Caí­da del Lib­er­al­is­mo Amar­il­lo guz­mancista y el ascen­so de los Andi­nos al Poder, Venezuela no tenía gob­ier­no efec­ti­vo y su debil­i­dad como nación era algo notorio.

Otro hecho no menos asom­broso es que un Pres­i­dente de los Esta­dos Unidos, Groover Cleve­land (1837–1908), nos ayudó en la con­tro­ver­sia Venezuela-Gran Bre­taña aten­uan­do las per­di­das ter­ri­to­ri­ales en la fron­tera ori­en­tal del país. En 1895 Inglater­ra goz­a­ba de la más grande pre­em­i­nen­cia mundi­al y pre­tendió enseñore­arse en la Améri­ca del Sur posan­do sus ojos sobre Venezuela.

Dos cri­sis así lo ates­tiguan: la dis­pu­ta por el Ese­qui­bo, un largo con­tencioso ini­ci­a­do en 1840 y resuel­to en el Lau­do de París (1899) muy des­fa­vor­able­mente para nosotros con la pér­di­da de 159.000 km²; y el Blo­queo sobre las costas y puer­tos de Venezuela en el año 1902 por parte de Inglater­ra, Ale­ma­nia e Italia que casi implicó una invasión. En ambos casos nos salvó la diplo­ma­cia de los Esta­dos Unidos ape­ga­dos a la Doc­t­ri­na Mon­roe (1823).

Luego de la Inde­pen­den­cia (1830), los “padres fun­dadores”, nue­stros caudil­los, en vez de fun­dar, con­stru­ir y pro­gre­sar, se dedi­caron al pil­la­je. Y esta huel­la del des­or­den y dilap­i­dación del tiem­po, pre­firien­do la guer­ra a la paz, anuló toda posi­bil­i­dad de un pro­gre­so mate­r­i­al y espir­i­tu­al en con­so­nan­cia con los país­es pio­neros en adop­tar los pos­tu­la­dos de la Rev­olu­ción Indus­tri­al (1750).

Esta guer­ra per­ma­nente de más de cien años entre 1810 y 1903 nos con­vir­tió en un país inver­te­bra­do. Otra direc­ción man­tu­vo los Esta­dos Unidos, resuel­to el tropiezo de su Guer­ra de Sece­sión (1861–1865), se dedicó con ter­ca per­se­ver­an­cia al expan­sion­is­mo ter­ri­to­r­i­al a expen­sa de sus pro­pios veci­nos y al optar por un desar­rol­lo sobre bases indus­tri­ales cap­i­tal­is­tas de evi­dente sig­no pro­gre­sista en lo que se refiere a la pro­duc­ción y acu­mu­lación de riquezas.

Estos datos demográ­fi­cos con­fir­man el raquitismo de la sociedad vene­zolana estigma­ti­za­da por su extrema pobreza que el mito boli­var­i­ano erigi­do en 1842 inten­tó siem­pre dis­im­u­lar como ide­ología y pro­pa­gan­da de Esta­do exi­toso. La fan­tasía criol­la, toda una rama por­ten­tosa de nues­tra lit­er­atu­ra, surgió como com­pen­sación a real­i­dades des­menuzadas y en per­ma­nente condi­ción embrionaria.

 

1802: 728.000 (Depons); 1810: 802.100 (Hum­boldt); 1823: 766.100 (Hum­boldt); 1835: 701.633 (Codazzi); 1839: 945.348 (Codazzi); 1844: 1.218.716 (Ofi­cial); 1854: 1.564.433 (Ofi­cial); 1873: 1.784.194 (Ofi­cial); 1881: 2.075.245 (Ofi­cial); 1891: 2.290.228 (Ofi­cial); 1920: 2.363.138 (Ofi­cial); 1926: 2.890.731 (Ofi­cial); 1936: 3.364.347 (Ofi­cial); 1941: 3.850.771 (Ofi­cial).

Por el con­trario, sólo Lon­dres, cap­i­tal de Inglater­ra tuvo 1.000.000 de habi­tantes en el año 1800, once años antes de nues­tra Inde­pen­den­cia dec­re­ta­da el 5 de julio de 1811. A estas cifras de la der­ro­ta hay que agre­gar el caudil­lis­mo per­sis­tente de fac­tura seño­r­i­al y prim­i­ti­va; el anal­fa­betismo del 80% de la población; la fal­ta de caminos y cap­i­tales; y un palud­is­mo endémico.

La Venezuela-Archip­iéla­go en el siglo XIX con­stató que el asalto de las estepas pas­to­riles (1814) con sus llaneros rús­ti­cos sobre las urban­idades costeras y cul­tas fue una hecatombe soci­ológ­i­ca que sigu­ió pro­fun­dizán­dose en esa des­o­lado­ra cen­turia has­ta el arri­bo del petróleo salvador.

 

 

CorreodeLara

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