Crónicas

Voluntarios británicos: la guerra cambia de curso (1819)

Ángel Rafael Lombardi Boscán
Director del Centro de Estudios Históricos de la Universidad del Zulia
@lombardiboscan

La ayu­da extran­jera a la causa repub­li­cana nun­ca fue desin­tere­sa­da. Y además, tam­poco fue todo lo efec­ti­va y deseable en algu­nas espe­ciales cir­cun­stan­cias de la lucha, sobreto­do, en lo ati­nente a las bár­baras jau­rías, sobre per­sonas y propiedades, de algunos regimien­tos insub­or­di­na­dos ante el retra­so de la paga.

No hay duda que Bolí­var aprovechó la pres­en­cia de ofi­ciales extran­jeros para dis­ci­pli­nar mejor al ejérci­to, y que uti­lizó des­de entonces a los regimien­tos legionar­ios, como soporte fun­da­men­tal en cam­pañas deci­si­vas como la que se hizo en la Nue­va Grana­da en 1819 y luego sobre Venezuela en 1821.

Aho­ra bien, sosten­er la excusa de Moril­lo, acer­ca de la par­tic­i­pación de las fuerzas extran­jeras como fac­tor deciso­rio en el resul­ta­do final de la guer­ra, es algo difí­cil de compartir. 

Inglater­ra prestó una ines­timable ayu­da, mil­i­tar y logís­ti­ca, pero fueron Bolí­var, Páez, Mar­iño, Bermúdez y los sol­da­dos vene­zolanos y neogranadi­nos quienes incli­naron la vic­to­ria a favor de su pro­pio bando. 

El número total de extran­jeros que com­bat­ieron al lado de los inde­pen­den­tis­tas en Venezuela fue de un número aprox­i­ma­do de 5.000 vol­un­tar­ios entre los años 1817 y 1820

Des­de Mar­gari­ta, el Gen­er­al Rafael Urdane­ta jun­to con las fuerzas de vol­un­tar­ios británi­cos bajo el coman­do de James Eng­lish, desem­bar­caron el 16 de julio en la ciu­dad de Barcelona, ocupán­dola y lle­van­do a cabo un fer­oz saqueo violan­do las órdenes de los prin­ci­pales líderes republicanos. 

No fueron pocos los prob­le­mas de insub­or­di­nación que estos vol­un­tar­ios extran­jeros le crearon a Bolívar. 

Moril­lo tenía aho­ra que aten­der el frente ori­en­tal y acusó a Inglater­ra por el descara­do aux­ilio que brind­a­ba a los rebeldes. 

Las opera­ciones mil­itares se realizaron bajo la mis­ma tóni­ca que en el resto de los esce­nar­ios del país, donde la pre­cariedad de las fuerzas de ambos ban­dos era insu­fi­ciente para dec­re­tar una man­i­fi­es­ta supe­ri­or­i­dad respec­to al otro.

En Venezuela la guer­ra se había estanca­do y ninguno de los dos ejérci­tos estu­vo en capaci­dad de poder infli­gir una der­ro­ta deci­si­va sobre su adversario. 

Bolí­var, entendió ade­cuada­mente las espe­ciales cir­cun­stan­cias de la lucha en ese momen­to, y ya al tan­to de las noti­cias penin­su­lares que refer­ían sobre los prepar­a­tivos de una nue­va expe­di­ción mil­i­tar sobre Améri­ca, decidió cam­biar el esce­nario de la lucha con un sor­pren­dente como audaz plan mil­i­tar: avan­zar con un ejérci­to a la con­quista del Nue­vo Reino de Grana­da atrav­es­an­do des­de Angos­tu­ra todos los llanos ubi­ca­dos en el Sur del país y los difí­ciles pasos de la  escarpa­da cordillera and­i­na por los lados del páramo de Pis­ba. Este ines­per­a­do movimien­to diver­gente cam­bió el cur­so de la guer­ra e inclinó la bal­an­za del tri­un­fo a favor de Bolívar.

La causa españo­la se había vuel­to impop­u­lar y las deser­ciones entre los sol­da­dos amer­i­canos empez­a­ban a ser un prob­le­ma de graves con­se­cuen­cias para los real­is­tas. Luego del tri­un­fal­is­mo del año 1818 era difí­cil acep­tar que en los primeros meses del año 1819 no se podía dar el “golpe de gra­cia” sobre los enemigos. 

No les quedó, a los encar­ga­dos de difundir la pro­pa­gan­da real­ista en aquel entonces, que sobred­i­men­sion­ar el paso del Arau­ca por parte de Moril­lo como un autén­ti­co éxi­to logís­ti­co. Aunque en el fon­do hoy sabe­mos que no le con­du­jo a nada positivo.

CorreodeLara

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