CrónicasSemblanzas

Eligio Macías Mujica, primer cronista de Barquisimeto

Mario R. Tovar G.
His­to­ri­ador y escritor

“Eligio Macías Mujica siempre se inspiraba 
en lo popular y los problemas del hombre 
humilde, del borroso hombre de la calle, 
los hacía suyos en nombre de una mejor 
distribución de la justicia”. 
Hermann Garmendia

El cro­nista y escritor Eli­gio Macías Muji­ca, nació en Bar­quisime­to el 4 de mayo de 1909 y estu­vo casa­do con doña María Tere­sa Men­doza, con quien pro­creó a sus hijos: José, Sal­vador, Luís, Arturo, Ger­ar­do y Pal­ma­cia, respectivamente. 

En relación al pro­ce­so para ser nom­bra­do como Cro­nista de Bar­quisime­to, éste se ini­ció el 12 de mayo de 1950, cuan­do tuvo lugar una impor­tante sesión en la Con­ce­jo Munic­i­pal de Bar­quisime­to, donde se dis­cu­tió una prop­ues­ta del con­ce­jal Anto­nio Castil­lo Arráez, en la que éste pro­pu­so que dicha cámara pro­cediera a nom­brar al primer cro­nista de la ciu­dad, lan­zan­do de inmedi­a­to el nom­bre del Sr. Eli­gio Macías Muji­ca, quien por su desta­ca­da labor peri­odís­ti­ca y cul­tur­al en el esta­do, bien merecía hac­erse acree­dor de dicho car­go; prop­ues­ta que luego de ser debati­da, resultó aproba­da por una­n­im­i­dad y se dedignó una comisión con­for­ma­da por su per­sona, además de los con­ce­jales: Nel­son Dávi­la Aguil­era y por el Pres­i­dente del Con­ce­jo Munic­i­pal, Ernesto Ben­dayán Pérez, con el obje­to de comu­ni­car­le al cro­nista elec­to, tan hon­or­able des­i­gnación en for­ma Ad Hon­orem, tal como era el car­go para la fecha; sin embar­go el munici­pio acordó dar­le  la suma de tre­scien­tos bolí­vares para sus gas­tos de representación.

 

 

 


Eli­gio Macías Muji­ca, desta­ca­do periodista

 

 

 

 

 

 

Den­tro de este con­tex­to, para el fal­l­e­ci­do cro­nista, his­to­ri­ador y escritor Ramón Querales, en su pro­fu­so tex­to: “(Re) Visión. Apuntes para la His­to­ria del Munici­pio Irib­ar­ren (1995, págs., 143), Eli­gio Macías Muji­ca fue, sin ningu­na duda, bril­lante peri­odista y mae­stro difu­sor de muchos aspec­tos de la his­to­ria local; redac­tor y direc­tor de “El Impul­so”, donde man­tu­vo ame­nas colum­nas de con­tenido vari­a­do en los cuales entre­ga­ba, en bue­na prosa poéti­ca, intere­santes pági­nas de infor­ma­ción históri­ca y real­i­dades del pasa­do para reflex­ionar el presente.

Tam­bién le cor­re­spondió ejercer la direc­ción del Cen­tro de His­to­ria Larense con mucho acier­to y des­de ese espa­cio, desar­rol­ló una per­ti­nente labor bien refle­ja­da en las pági­nas del boletín de dicho cen­tro; auna­do a ello, sirvió como direc­tor de la Bib­liote­ca Públi­ca y de la Imprenta del Esta­do, donde dada su extra­or­di­nar­ia expe­ri­en­cia peri­odís­ti­ca y geren­cial, le garan­ti­zaron ejercer con sumo pro­fe­sion­al­is­mo todas esas respon­s­abil­i­dades encomendadas. 

Pese a ello, en sesión ordi­nar­ia de la Cámara Munic­i­pal con fecha del 04 de abril de 1951, se cono­ció de su renun­cia a su car­go como Cro­nista Munic­i­pal, la cual le fue acep­ta­da y en con­se­cuen­cia se declara vacante el cargo.

Tiem­po después, especí­fi­ca­mente en la sesión de cámara con fecha del 12 de abril de 1953, el con­ce­jal Ver­a­coechea Loza­da pro­pone de nue­vo su nom­bre para ejercer como Cro­nista Munic­i­pal de Bar­quisime­to, que luego de ser debati­da, quedó aproba­da con los calurosos aplau­sos de los con­ce­jales allí pre­sentes; razón por la cual Eli­gio Macías Muji­ca que­da de nue­vo fac­ul­ta­do para ejercer como el ter­cer cro­nista de la ciu­dad, al estar vacante el mis­mo por el sen­ti­do dece­so del Dr. Anto­nio Álamo, quien tuvo el hon­or de desem­peñarse como el segun­do cro­nista de Barquisimeto. 

Como su ante­cesor Álamo, el cro­nista Eli­gio Macías Muji­ca usó muchos seudón­i­mos en sus cróni­cas y notas peri­odís­ti­cas, tal como se acos­tum­bra­ba para ese entonces, de los cuales se cono­cen los sigu­ientes: Fer­nan­do de Mag­a­l­lanes, Kan-Tú, Jac­in­to Juáres, Speak­er, Rodri­go de San­til­lana, Minutero, Juan de Segovia, J. de S., Mar­i­ano Mén­dez y Aladino.

Escribió sobre muchos y vari­a­dos temas, prin­ci­pal­mente rela­ciona­dos con la his­to­ria y las cos­tum­bres del Esta­do Lara. Asimis­mo, escribió diari­a­mente en los per­iódi­cos de la época, espe­cial­mente en El Impul­so, pero lam­en­ta­ble­mente nun­ca pub­licó un libro. 

Sin embar­go, en 1963 y como un hom­e­na­je pós­tu­mo a su memo­ria, luego de haber fal­l­e­ci­do en el Hos­pi­tal Clíni­co de Cara­cas, la Sociedad Ami­gos de Bar­quisime­to llevó a la imprenta un libro tit­u­la­do: “El Sol en las Bar­das”, donde se com­pi­laron algu­nas de sus más sig­ni­fica­ti­vas cróni­cas, al tiem­po que el Con­ce­jo Munic­i­pal de Irib­ar­ren pub­licó un acuer­do de due­lo en el diario El Impul­so, donde comen­zó a escribir en 1922.

 


Eli­gio Macías Muji­ca, reci­bi­en­do una dis­tin­ción de manos de mon­señor Críspu­lo Benítez Fonturvel, obis­po de Bar­quisime­to. Eli­gio Macias Muji­ca fue peri­odista y llegó a ejercer la direc­ción del Diario El Impul­so, pero tam­bién estu­vo en otros impre­sos de la ciu­dad. Fue escritor y poeta, pero lo que más lo dis­tin­guió fue su labor como segun­do Cro­nista Ofi­cial de la Ciu­dad de Barquisimeto. 

Iván Brito López, costumbrista

 

 

En la pluma de don Raúl Azparren

“Él fue escritor por excelencia. 
Antes que él nadie la escudriñó mejor, 
para escribir luego de su vida pasada”.
Raúl Azparren (1972; p. 162)

Le cor­re­spondió al escritor don Raúl Azpar­ren, plas­mar un intere­sante tra­ba­jo en su tex­to: “Bar­quisime­to, Paisaje Sen­ti­men­tal de la Ciu­dad y su Gente”, impre­so en 1972 en los Talleres Tipográ­fi­cos Mer­sifrica de Cara­cas, referi­do al peri­odista, escritor, his­to­ri­ador y human­ista bar­quisimetano don Eli­gio Macías Muji­ca, quien como peri­odista de El Impul­so, fue uno de sus peri­odis­tas y luego su direc­tor; diario al que le dio lo mejor de su vida y donde evocó rem­i­nis­cen­cias del Bar­quisime­to de ayer, hacien­do gala de su prodi­giosa pluma, usan­do el seudón­i­mo de “Juan de Segovia”, para reseñar escritos referi­dos a per­son­ajes pop­u­lares tales como: Ña Mar­ti­na, la Bar­co Sereno, la Postali­na, el Cua­tro Reales, Mar­in­fer­ín­fero, Guachi­ron­go, Malan­ga, Pablera y la Ver­a­gacha, entre otros. 

Asimis­mo, exaltó con su pluma a fig­uras de nues­tra his­to­ria patria como: Jac­in­to Lara, Trinidad Morán, Pedro León Tor­res y Juan Guiller­mo Irib­ar­ren, por men­cionar algunos. De igual man­era, reseñó cróni­cas sobre la vida políti­ca, social y cul­tur­al del Bar­quisime­to de prin­ci­p­ios del siglo XX, que se desen­volvía, por ejem­p­lo, en aquel famoso botiquín lla­ma­do “El Chin­go”, donde se reunía lo más grana­do de la gente de ese tiempo.

Den­tro de este con­tex­to, Macías Muji­ca se famil­iar­izó a través de las tradi­ciones con los hon­or­ables habi­tantes del Bar­quisime­to de antaño; es decir, se rela­cionó con fig­uras de la tal­la del Dr. Anto­nio María Pine­da, Martín Alvizu, Dr. Argimiro Bra­ca­monte, Eli­gio Anzo­la y el Dr. J.M. Romero Macha­do, por reseñar algunos. 

En relación a los asid­u­os vis­i­tantes al botiquín “El Chin­go”, ubi­ca­do en la antigua calle Com­er­cio (Av. 20 entre calles 23 y 24), don Raúl Azpar­ren men­ciona entre otros a: Eduar­do Pine­da, Elías Olavar­ri­eta, Alber­to León, José María Irib­ar­ren (Chimiro), Luís Nass, Luís Martínez, Fran­cis­co Calderón, José Fran­cis­co González, José Arráez, José Anto­nio González, Pablo Cortez Gar­cía, Pedro Agustín, Dupouy y Hernán Nass.

Reunión de la Sociedad Div­ina Pas­to­ra en la sede situ­a­da frente el tem­p­lo de San José. Car­rera 22. Año 1955. Sen­ta­dos de derecha a izquier­da : Dr. Car­los Felice Car­dot, Mons. Crispu­lo Ben­itez Fonturvel, Licen­ci­a­do Eli­gio Macías Muji­ca, Pres­i­dente, Dr. Anto­nio Pine­da Castil­lo, Sr. Obdulio Puli­do. De pie de izquier­da a derecha: Mons. Escalona, Padre Fal­cón, Deo­da­ta Irigoyen de Mon­tero, Ana San­ti­a­go Vasquez de Puli­do, María Jiménez, Sra. Mar­got Lam­ber­ti, Sra Eva María Del­ga­do, Sra. Con­sue­lo Galavis de Pine­da, sra Car­men de Lopez, Sr. San­teliz. 
Fotoleyen­da por: Antoni­et­ta Lep­ore. Foto: Elio Otaiza. Colec­ción Ana Teoni­la de Azparren

Final­mente muchos  de los tra­ba­jo elab­o­ra­dos por Macías Muji­ca, fueron pub­li­ca­dos en el tex­to “Sol en las Bar­das”, cuyos orig­i­nales per­manecieron guarda­dos por muchos años  con devo­ción bar­quisimetana y pos­te­ri­or­mente estos orig­i­nales fueron cedi­dos por el autor a la Sociedad Ami­gos de Bar­quisime­to, cansa­do y defrau­da­do de los múlti­ples ofrec­imien­tos hechos por parte de otros entes públi­cos y pri­va­dos, para pub­li­car­los, sin éxi­to alguno.

En suma, Macías Muji­ca le can­tó a las alb­o­radas y a los atarde­ceres de su tier­ra, anun­cia­ba cada primero de diciem­bre la lle­ga­da del mes de la ale­gría y del uni­ver­sal con­tento; mien­tras que en enero his­to­ri­a­ba la lle­ga­da de la Div­ina Pas­to­ra, así como la lle­ga­da de la Sem­ana San­ta, con los ser­mones ofre­ci­dos por el padre Abeso­lo durante la Colo­nia, has­ta Enrique María Dubuc, pasan­do por Ague­do Felipe Alvara­do y Car­los Borges. 

A tales efec­tos, don Eli­gio Macías Muji­ca hizo suyas las cróni­cas sobre el primer Aljibe, el primer Acue­duc­to, el primer automóvil, el tran­vía, el fer­ro­car­ril, el alum­bra­do públi­co, así como las calles empe­dradas, Igle­sias, plazas estat­uas, per­iódi­cos, teatros, escritores, músi­cos, escul­tores, pin­tores, el telé­grafo y el correo mular, del otro­ra Bar­quisime­to de antaño y hogaño.

Por últi­mo, don Raúl Azpar­ren visu­al­izó en su tex­to a un Eli­gio Macías Muji­ca, en sus largas y lentas cam­i­natas med­i­tan­do y dialo­gan­do con su tier­ra y cuan­do lev­anta­ba la cabeza, con el pecho ergui­do y las manos cruzadas hacia atrás, silen­cioso; parecía como si estu­viera en una con­fe­sión ante el crepús­cu­lo larense que le vio nacer.

Repor­ta­je sobre la “Fiebre Fría” 

Según una impor­tante nota de pren­sa, escri­ta por el desta­ca­do peri­odista Luis Alber­to Per­o­zo Pad­ua, pub­li­ca­da en el Diario El Impul­so de Bar­quisime­to con fecha del 16 de mar­zo de 2019, éste nos infor­ma sobre un repor­ta­je redac­ta­do por Eli­gio Macías Muji­ca, que fue reseña­do por ese mis­mo diario en su primera pági­na y fecha­do el sába­do 14 de enero de 1939, con el sigu­iente tit­u­lar: El fla­ge­lo de la “fiebre fría” en Cabudare.

A este respec­to expli­ca el escritor Per­o­zo Pad­ua, que en ese ejem­plar número 11 mil 128 el per­iódi­co informa­ba que para esa fecha se habían repor­ta­do “dieciséis muer­tos en poco tiem­po”. Asimis­mo, en dicha nota refiere el cita­do peri­odista que “en esta población y cam­pos dis­tri­tales causa enormes estra­gos la epi­demia ‘fiebre fría’ reg­istrán­dose dieciséis defun­ciones en el tran­scur­so de breve tiem­po. La población cla­ma por recur­sos de todas clases”.

Sin embar­go dicha fiebre no era otra cosa que malar­ia. Esto lo aclara a Per­o­zo Pad­ua el recono­ci­do his­to­ri­ador larense Car­los Giménez Lizarza­do, quien le cer­ti­ficó que la pop­u­lar­mente “Fiebre Fría” no era otra cosa que malar­ia y que “segu­ra­mente a Cabu­dare la epi­demia había lle­ga­do con los braceros de la caña de azúcar”.

Auna­do a ello, Giménez le aclara al peri­odista que para entonces el esta­do Lara en gen­er­al, “estu­vo ase­di­a­do por otras epi­demias como fiebre amar­il­la, fiebre tifoidea y cólera mor­bo”. Esta expli­cación fue ampli­a­da por Per­o­zo Pad­ua con­sul­tan­do para la ocasión al médi­co Rafael A. Segun­do Cebal­los, quien le refiere que para 1939, las primeras causas de muertes en Bar­quisime­to fueron: “tuber­cu­lo­sis, diar­reas, palud­is­mo, neu­monías y bron­quitis, nefritis y nefro­sis, pre­ma­turez, cáncer, sífil­is, tétanos, tos­fe­ri­na y enfer­medades aso­ci­adas al corazón”, entre otras. 

Aña­di­en­do además que “en el tran­scur­so de los años sub­sigu­ientes a 1939, la malar­ia causó pér­di­das humanas en las veci­nas pobla­ciones aledañas a Bar­quisime­to, como Dua­ca, Quí­bor, Sarare, El Tocuyo, Caro­ra, Sanare, Yaritagua y Acarigua”, entre otras.

Urban­ización con su nombre

Durante el ejer­ci­cio pres­i­den­cial del Dr. Luis Her­rera Cam­píns (1979–1984), fue inau­gu­ra­do un impor­tante urban­is­mo al norte de la ciu­dad de Bar­quisime­to, especí­fi­ca­mente en el sec­tor San Loren­zo, perteneciente a la Par­ro­quia Unión del munici­pio Iribarren. 

A este respec­to según la inves­ti­gado­ra Yoli­mar Peña (2004), en su Libro “Bar­quisime­to Aden­tro. Dic­cionario de His­to­ria y Geografía de las Comu­nidades”, pub­li­ca­do por la Alcaldía de Irib­ar­ren a través del Fon­do Edi­to­r­i­al Río Ceni­zo y la Unidad del Cro­nista; per­ti­nente obra donde esta escrito­ra nos aclara que la Urban­ización Eli­gio Macías Muji­ca se fundó en 1982 orig­i­nal­mente con 1915 vivien­das, en ter­renos geo­mor­fológi­ca­mente con­for­ma­dos por col­i­nas,  pertenecientes para la fecha al entonces  Insti­tu­to Nacional de la Vivien­da (Inavi).

Urban­ización Macías Muji­ca. Foto David Escalona. Año 2019

Pos­te­ri­or­mente el munici­pio demar­ca su ámbito según la Res­olu­ción Número 043 emana­da en octubre de 2001; mien­tras que para la urban­ización Eli­gio Macías Muji­ca I, dicho ámbito que­da estable­ci­do según la Res­olu­ción Número 041 en la mis­ma fecha que la ante­ri­or, tenien­do por límites hacia el norte la Urban­ización Eli­gio Macías Muji­ca; por el sur, la car­rera 05; por el este, el talud del sec­tor La Per­se­ver­an­cia y por el oeste, la aveni­da acera este. 

Unos años antes, especí­fi­ca­mente en agos­to de 1995, se le había otor­ga­do ámbito ter­ri­to­r­i­al al sec­tor San Loren­zo, según Res­olu­ción Número 024, con los sigu­ientes límites: por el norte, zona de pro­tec­ción de la Aveni­da Cir­cun­valación Norte; por el oeste, la aveni­da 03; por el  sur, calle 01 y por el este, la zona de pro­tec­ción de la Que­bra­da Tier­ri­tas Blancas.

Por lo demás, esta amplia zona había sido incor­po­ra­da a la perime­tral urbana de la ciu­dad en 1984, tenien­do por límites: norte, el bar­rio La Caña­da; por el sur y el oeste, el bar­rio San Jac­in­to y por el este, la vía hacia Dua­ca; con­for­man­do una exten­sa área geográ­fi­ca local­iza­da a unos 3 kilómet­ros del otro­ra ele­va­do de Pate´Palo, en ese entonces ubi­ca­do en la aveni­da Libertador. 

En la actu­al­i­dad la urban­ización Eli­gio Macías Muji­ca cuen­ta además con 37 edi­fi­cios de cua­tro pisos, 250 vivien­das de dos plan­tas, áreas com­er­ciales, la Igle­sia de San Loren­zo y su casa par­ro­quial, dos módu­los poli­ciales, tres insti­tu­ciones educa­ti­vas: U.E. Cecilio Acos­ta, la U.E. Gran Mariscal de Ayacu­cho y el Pre-esco­lar Jac­in­to Lara, un cen­tro de capac­itación lab­o­ral de Fe y Ale­gría, una para­da de las rutas 3 y 8, que trasladan con altiba­jos a los res­i­dentes hacia el cen­tro de la ciudad. 

Pedro Móni­co Eli­gio de la San­tísi­ma Trinidad Macías Muji­ca, era su nom­bre completo

Por lo demás, esta pop­u­losa urban­ización cono­ci­da como la “Macías Muji­ca” o sim­ple­mente la “Macías” a fal­ta de una val­la alu­si­va que la iden­ti­fique apropi­ada­mente, en la actu­al­i­dad padece de los mis­mos prob­le­mas que otros sec­tores de la ciu­dad, tales como la inex­is­ten­cia de un ambu­la­to­rio médi­co pro­pio, la fal­ta de una bib­liote­ca públi­ca que atien­da a una alta masa estu­di­antil del sec­tor, fal­las per­iódi­cas en el sum­in­istro de agua potable y del aseo urbano, con­tin­u­os apagones, colap­so de las cloa­cas, fal­ta de ilu­mi­nación en algu­nas de  sus  calles, avenidas y veredas, con­stante inse­guri­dad, caren­cia de rutas sociales como el Trans­bar­ca e insu­fi­cien­cia en el sum­in­istro del gas domés­ti­co, entre otros padec­imien­tos, que muchas veces son resuel­tos en for­ma auto­ges­tionar­ia por parte de sus moradores, con­for­ma­do en su may­oría por pro­fe­sion­ales de diver­sas áreas, emplea­d­os públi­cos, tra­ba­jadores inde­pen­di­entes y del sec­tor pri­va­do, estu­di­antes, amas de casa y jubi­la­dos, quienes ante la fal­ta de respues­ta por parte de los entes respec­tivos, se acti­van e involu­cran en su gran may­oría para resolver­los opor­tu­na­mente, hacien­do hon­or a su epón­i­mo, el recor­da­do peri­odista, escritor y primer cro­nista de Bar­quisime­to, don Eli­gio Macías Muji­ca, quien fal­l­e­ció hace 59 años en la ciu­dad de Cara­cas, el 20 de julio de 1962.

Final­mente, es per­ti­nente agre­gar que en ese acuer­do de due­lo encar­ta­do en el diario El Impul­so, el 21 de julio de 1962, se le cat­a­logó  como un peri­odista com­ple­to, dada su mul­ti­pli­ci­dad de roles desem­peña­dos en el ofi­cio, que le lle­varon a redac­tar una nota local, has­ta elab­o­rar una bril­lante edi­to­r­i­al, pasan­do por el estu­dio históri­co y la alusión pin­toresca del pretéri­to en la cróni­ca antañona. Hon­ra a su pro­fusa vida y obra.

CorreodeLara

Esᴛᴀ́ ᴜsᴛᴇᴅ, ᴅɪsᴛɪɴɢᴜɪᴅᴏ ʟᴇᴄᴛᴏʀ, ᴇɴ ᴛᴇʀʀɪᴛᴏʀɪᴏ ᴅᴇ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ, ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄɪᴠɪʟɪsᴛᴀs, ʏ sᴏʙʀᴇ ᴛᴏᴅᴏ, ᴅᴇ ɢʀᴀɴᴅᴇs ᴀᴄᴏɴᴛᴇᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ϙᴜᴇ ᴍᴀʀᴄᴀʀᴏɴ ᴜɴ ʜɪᴛo

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