Reportajes

El Templo de San Juan de Los Lagos de Barquisimeto

 

El desa­pare­ci­do cro­nista de Bar­quisime­to, Ramón Querales apun­ta que dos doc­u­men­tos del siglo XVIII callan la exis­ten­cia del tem­p­lo de San Juan en dos fechas difer­entes; la descrip­ción geográ­fi­ca de Nue­va Segovia que es de 1745, sólo habla de lo Igle­sia Par­ro­quial de la Con­cep­ción, de la de Nues­tra Seño­ra de la Paz fab­ri­ca­do por los mulatos, del Con­ven­to de San Fran­cis­co, de la Ermi­ta de Nues­tra Seño­ra de la Paz que entonces esta­ban con­struyen­do los negros esclavos. En la relación de su visi­ta a la Dióce­sis de Cara­cas, el Obis­po Martí, quien vino a Bar­quisime­to en 1779, igual­mente sólo men­ciona al tem­p­lo de la Con­cep­ción, el de Alt­a­gra­cia, La Paz y el Con­ven­to de San Fran­cis­co. Nada ref­er­ente al Tem­p­lo de San Juan


      El 21 de enero de 1792, el Pbro. Doc­tor José Bern­abé Es­pinosa, vic­ario de la par­ro­quia de Bar­quisime­to, pidió licen­cia al Ilus­trísi­mo Señor Obis­po Mar­i­ano Martí para edi­ficar una capil­la en hon­or de Nues­tra Seño­ra de San Juan, ima­gen que poseían unas indias libres, may­ores de 50 años y solteras, lla­madas María de Jesús, María José, María Gertrud­is, María del Rosario y María Gabriela Prieto.

      Era copia de la que se ven­er­a­ba en la ciu­dad de San Juan de los Lagos, del Obis­pa­do de Guadala­jara, provin­cia de Nue­va Gali­cia (hoy Esta­do de Jalis­co, Mé­xico) del Reino de nue­va España. El señor Obis­po Martí pidió un dis­eño de dicha ima­gen para poder dar su aprobación, pero durante el cur­so de estas dili­gen­cias murió el Prela­do, y aunque el Doc­tor Espinosa reit­eró su peti­ción ante el Señor Pro­vi­sor, Doc­tor Luis An­tonio Mén­dez Quiñones, éste exigió de nue­vo el dis­eño de la ima­gen y una relación cir­cun­stan­ci­a­da del modo cómo había lle­ga­do a la ciu­dad de Barquisimeto.

     Por los informes obtenidos, se supo entonces que una mon­ja de Tru­jil­lo envió al Doc­tor Don Felipe del Pra­do, a la sazón vic­ario de esta ciu­dad, una nove­na y una estam­pa de papel de la dicha ima­gen, la cual hi­cieron copi­ar las her­manas Pri­eto en la tabla en que actual­mente se hal­la. “Sabién­dose por cosa ver­dadera (dice el libro en que están copi­adas estas dili­gen­cias) que aunque algu­nas per­sonas prin­ci­pales de esta ciu­dad han hecho la mis­ma copia y con­ser­van en su poder la ima­gen, no se ha ver­i­fi­ca­do, ni recono­ci­do que haga los mila­gros que se exper­i­men­tan en la que ven­er­an las referi­das indias (Las Pri­etos), acred­itán­doles tan­tas gentes que vienen a pagar nove­nas y romerías del con­ti­nente de los pueb­los de esta provin­cia, de la de Mara­cai­bo, Bari­nas y Obis­pa­do de Mérida”.

 Tocó al limo Sr. Obis­po Fray Juan Anto­nio de la Vir­gen María y Viana, con­ced­er la licen­cia pedi­da para la con­struc­ción de la capil­la, lo que se hizo con anu­en­cia del Vice-Patrono Pedro de Car­bonell, por auto del 26 de noviem­bre de 1.793. El 18 de mayo del sigu­iente año se bendi­jo el ter­reno cedi­do por las her­manas Pri­etos y se colocó la primera piedra de la ca­pilla, cuyos tra­ba­jos de con­struc­ción duraron 4 años. El 26 de diciem­bre de 1.798 tuvo lugar la inau­gu­ración de este san­tu­ario que bendi­jo con gran pom­pa y so­lemnidad el Pbro. Pedro Fran­cis­co de Anzo­la, teniente de Vic­ario y cura más antiguo de Barquisimeto.

San Juan en ruinas

      Este tem­p­lo cayó en el ter­re­mo­to de 1812 y se refiere que cier­to via­jero del pueblo de Sanare, lla­ma­do Loren­zo Neme­ses, que a la sazón pasa­ba por allí lle­vando comu­ni­ca­ciones y dinero, vio entre las ruinas del tem­p­lo una ima­gen de bul­to de Nues­tra Seño­ra de San Juan, que aún existe, la cual resolvió lle­varse envuelta en una bayeta, y la entregó al cura de su pueblo, Pbro. Pío Romero, quien la colocó en su igle­sia y la ofre­ció a la ven­eración de los fieles, has­ta que fue recla­ma­da por los veci­nos de Bar­quisime­to que su dieron su paradero, con cuyo moti­vo, sen­ti­dos por aquel reclamo, los de Sanare hicieron labrar otra ima­gen igual, que aun hoy día se ven­era en aque­l­la población.

 

 Los primeros capel­lanes de esta igle­sia fueron suce­si­va­mente los Pbros. Dr. José Bern­abé Espinosa, Do­mingo Caste­jón, Car­los de Abasó­lo y el Preben­da­do José A. Vázquez. Después del ter­re­mo­to sirvió de ca­pilla una casa perteneciente a las mis­mas her­manas Pri­etos, has­ta los “tiem­pos del Pbro. Dr. Juan Pablo Wohn­siedler. Asistieron suce­si­va­mente esta capil­la los Pbros. Mae­stro José Macario Yépez, Dr. José M. Raldíriz, Juan Andrés Domínguez y Juan de J. Sotel­do. El Pbro. Andrés Domínguez resolvió reed­i­ficar el antiguo tem­p­lo, con may­or ampli­tud y esplen­dor, con los recur­sos habidos de la ven­ta de los bienes y pren­das de la Vir­gen, que eran muchos. Hizo varias con­tratas de mate­ri­ales para este obje­to, pero a causa de la guer­ra de los “Cin­co Años”, ape­nas se cumpli­eron algu­nas, dan­do por resul­ta­do la com­ple­ta par­al­ización de la fábrica.

      Los tra­ba­jos de con­struc­ción, inter­rumpi­dos por más de sesen­ta años, ofrecían el triste aspec­to de unas antiguas y vetus­tas ruinas, en vez de una “obra incon­clusa”. Pero hace cosa de cin­co o seis años, unos hon­or­ables caballeros de bue­na vol­un­tad, api­adán­dose de la des­gra­ci­a­da suerte de lo que gen­eral­mente llam­a­ba el pueblo “ruinas de San Juan”, resolvieron reed­i­ficar el tem­p­lo y con plau­si­ble anh­elo reanu­daron los tra­ba­jos. Lograron ter­mi­nar la cúpu­la y la parte que había de ocu­par el altar de las capil­las late­rales. Los tra­ba­jos nacen de nue­vo par­al­iza­do, pero a pesar de no estar aún techa­da, cel­e­brase en esta igle­sia, con cier­ta fre­cuen­cia, el San­to Sac­ri­fi­cio de la misa.

     Guard­a­ba con gran respeto la ima­gen de bul­to de Nues­tra Seño­ra de San Juan la famil­ia Wohn­siedler y la Mila­grosa, la mis­ma de las Pri­etos, estu­vo en pose­sión del Sr. Lore­to Zavarce, Pres­i­dente de la Jun­ta de recon­struc­ción del tem­p­lo, quien durante mucho tiem­po la tuvo expues­ta, en el frente de su casa, a la ven­eración públi­ca. Hoy día se encuen­tra en casa del Sr. Rito Pra­do. Todos los años se cel­e­bra en Bar­quisime­to una gran fes­tivi­dad a Nues­tra Seño­ra de San Juan y es de esper­ar que una vez ter­mi­na­do su tem­p­lo volverá a flo­re­cer el cul­to a María San­tísi­ma bajo esta antigua advocación.

Reconstrucción de la iglesia

     La revista cul­tur­al “Actu­al­i­dades” que dirigía para la época Rómu­lo Gal­le­gos, en su edi­ción de Enero de 1921, serie extra­or­di­nar­ia No. 2, ded­i­ca­do al Esta­do Lara, trae una de sus pági­nas con fotos de seis tem­p­los bar­quisimetanos: Alt­a­gra­cia, Cat­e­dral, La Paz, San José, Con­cep­ción y, en medio de todas, las ruinas de San Juan, a cuyo alrede­dor sólo se obser­va uno super­fi­cie despobla­do y al fon­do uno vivien­do cer­ca­da de tapias blan­cas que era el local ded­i­ca­do a Matadero pero que, según la foto no parece ser el actu­al edi­fi­cio en el cual fun­ciona el Mer­ca­do y antes fue el Matadero. Frente a las ruinas del Tem­p­lo se ve esta­ciona­do un automóvil y jun­to a él varias per­sonas que se supone sean Don Rómu­lo Gal­le­gos y sus acom­pañantes en la ocasión de fotografi­ar las ruinas del templo.

Según Sil­va Uzcátegui. “Alrede­dor del año 1922, unos veci­nos de San Juan intere­sa­dos en la ter­mi­nación de la igle­sia, con­sti­tuyen una jun­ta con tal fin y emprendieron nue­va­mente los tra­ba­jos. Los Padres Paules, pertenecientes a una con­gre­gación extran­jero de este nom­bre, a car­go de quienes corre hoy (1.941) ésta Igle­sia, ter­mi­naron su con­struc­ción con limosnas de los fieles y edi­fi­cación tam­bién depar­ta­men­tos anex­os, paro habitarlos. 
 

     “La his­to­ria de San Juan no se ha escrito. Que­da pen­di­ente y con­ven­dría escribir­la”. Ramón Querales. Con­fer­en­cia impar­ti­da en la Par­ro­quia La Mila­grosa (Tem­p­lo de Nues­tra Seño­ra de San Juan de los Lagos).


Fuentes:
Escrito del Hno. Nec­tario María, en Libro Venezuela Mar­i­ana, facil­i­ta­do por la Sra. Ramona Torres.
Dic­cionario del Esta­do Lara. Telas­co Mac Pherson.
Archivos del Obis­pa­do de Barquisimeto.
Archivos de Caracas.
Capil­la de Nues­tra Seño­ra de San Juan”, por el Dr. Juan Pablo Won­siedler. Man­u­scrito, año de 1882.

Toma­do de Bar­quisime­to 2.0

 

CorreodeLara

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